Capítulo IV: La armería

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Había permanecido silente en su auto, viendo a lo lejos al joven que reconoció como el inspector de la prefectura, Lu Han si no se equivocaba en su nombre. Se deslizó en su asiento, evitando que la luz del poste junto a su auto, revelase su rostro por entre las sombras y siguió con la mirada al chico cuando se despidió del doctor Kim y caminó de regreso a un auto estacionado a la distancia.

En ese momento tenía dos opciones: seguía a Lu Han y le pedía explicaciones de lo que acababa de ver, le pedía el informe forense del Señor Jung que sabía había ido a buscar por órdenes de la capitana Kim o bien, hacía como que no había visto nada y bajaba de su auto para hablar con el doctor. Si usaba la primera opción, la chance de que Lu Han negase todo y que él no pudiese ver el informe eran muy altas y si usaba la segunda opción, podía al menos saber qué relación tenía el joven doctor, cómo se relacionaba con Lu Han y la capitana Kim, y qué aportaba en todo este enredo del 'Caso Cruzadas'

JongHyun no lo pensó mucho y asegurándose de que el auto de Lu Han se fuese desapareciendo del sector, se bajó de su vehículo y caminó hasta el ingreso del edificio en donde la silueta del médico se había perdido en el interior. Cruzó las puertas vidriadas y en un solitario mesón, una mujer le recibió dándole una escrutiñadora mirada.

- Buenas noches señor...

- ¿Sub oficial Sung? – dijo él acercándose para ver a la mujer con obvios signos de cansancio bajo sus ojos – hablamos por teléfono hace unos minutos, soy el fiscal Kim, Kim JongHyun

- Sí, claro, ¿Puedo ayudarle en algo?

- Quisiera ver al doctor Kim KiBum, usted me comunicó con él, dijo que era el médico de turno esta noche...

- Le comunicaré con él, aguarde un momento – añadió la sub oficial, marcando en el teléfono el anexo hacia el departamento forense en el piso inferior del edificio de la prefectura – Doctor Kim, el fiscal está aquí y desea reunirse con usted... Oh, claro. Sí, por supuesto, yo le digo, bien...

La mujer colgó y le miró con una falsa sonrisa en el rostro.

- Fiscal, lo siento, pero el doctor Kim está en un procedimiento y no puede recibirlo, desafortunadamente el horario a público del que dispone el doctor termina a las dos de la tarde, si gusta agendo una reunión para mañana y...

- Sub oficial Sung, ¿Está interfiriendo con el trabajo del fiscal del distrito? – le dijo apoyándose con ambas manos sobre el mesón marmolado, dándole una escueta sonrisa que sabía, era su arma más poderosa para lograr sus cometidos – ahora bien, dígame, ¿Dónde queda el despacho del doctor Kim?

Caminó por el pasillo apenas iluminado y con demasiado olor a desinfectante de piso siguiendo las indicaciones de la sub oficial. Sabía que la mujer le indicaría a dónde ir y así lograr su entrevista con el doctor Kim. ¿Por qué todos los departamentos forenses lucían tan igual? Era como en las películas; mucho silencio, poca luz, poca gente y una temperatura ambiental que estaba por lo bajo de lo soportable. Admitía que había ido mucho más tarde que el horario laboral pero, desde que había entrado al edificio, solo había visto a dos personas; la sub oficial y su reflejo en los ventanales.

En el fondo del pasillo, una puerta doble con pequeñas ventanas y un cartel de 'Morgue' le anunciaron que había llegado a su destino. Las atravesó y caminó por un pasillo de ventanales que le daban una idea muy gráfica de lo que era estar ahí; salas de procedimiento, mesones metálicos, grandes focos y paredes llenas de tope a tope con contenedores refrigerantes. El olor a formaldehído le hizo arrugar la nariz y el halo bajo una puerta al final del corredor, le indicaron que había encontrado la oficina del doctor.

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