Alex y yo entramos en nuestro apartamento muy felices. Nos sentíamos realmente adultas teniendo llaves de nuestro propio piso. Aun que en realidad teníamos una mentalidad de niñas de 6 años. Pero no importaba. Nada importaba. A Alex y a mi nos abundaba la facilidad de pasar de todo. Irene era un poco mas coherente. Pero la estabamos llevando al lado oscuro. Sonreí maliciosamente por mi comentario interior.
Pasamos a la cocina y estaba todo, literalmente todo, lleno de harina. Louis e Irene reían como bobos. Ellos también, repito, llenos de harina. Alex y yo abrimos la boca como bobas. Dios mio, vaya locura.
-¿Que cojones ha pasado aquí?-Pregunta Alex. Pero ninguno respondió, ya que no podían parar de reír.
-Que quede claro que esto lo limpiareis vosotros, guapuras.-Les digo yo. Ahí dejaron de reír y me miraron. Louis se acerco a mi, Alex se alejo temerosa, pero yo me cruze de brazos. No se atrevería. No, no se atrevería.
-Bobbie, tengo mimos. Abrazame.-Me dijo Tomlinson haciendo un pucherito.
-Oh, no. Tommo, alejate de mi.-Le advertí. Pero él se tiro a mis brazos y me abrazo. Me espezo a remover el pelo y pasarme sus manos llenas de harina por la cara.
-¡Louis Williams Tomlinson! ¡Sueltala!-Grito Irene. El chico me dejo y sonrió pícaramente. Me guiño un ojo y se dirigió al horno. Saco una bandeja con...Básicamente, un trozo de harina negro.
-Que bien se os da la cocina ¿eh?-Dice Alex riendo.
-Oh dios mio.-Digo riendo, mientras me peino el pelo y me quito un poco la harina de Louis.
-Se nos ha quemado un poquito el bizcocho... Bueno, el tercer bizcocho.-Dice Louis. Todas reimos. Dios vaya dos tontos.
-¡Fue culpa de él!-Se protege Irene. El intenta rechistar, pero Ire le golpea en el cuello.-Los hombres no sirven para nada.
-Para follar.-Dice Alex.
-Y para burlarte de ellos.-La digo yo. Ambas hacemos nuestro saludo de choque arriba, choque abajo y choque con puño.
-Sois todas jodidamente asquerosas.-Dice Louis.
-Si si, pero vas a limpiar tu solito la cocina.-Le dice Irene mientras que se acerca a nosotras. Lou la agarra de la muñeca y la atrae hacia el.
-De eso nada, monada. Vamos.-La entrego un trapo y Alex y yo nos fuimos, por un largo pasillo, hasta el salón.
-No puedo creer que vaya a salir en la radio mañana.-Dice Alex sentándose en el sillón mientras que revisa el twitter en su IPhone 4S. Vaya pija.
-¿Vas a ponerlo en tu bio o como?-La vacilo sentándome a su lado. Ella me asesina con la mirada.
-Pues si nena. Por cierto... ¿Tu acaso no crees que Zayn es el puto chico mas puto guapo del puto mundo?-Me dice. Yo río a carcajadas.
-¿En serio, Alex? ¿Todo puto?-La digo entre risas.
-Todo jodidamente puto. ¡Ostia ya!-Grita riendo conmigo.
-¿Cuando dirás una puta frase sin una puta palabrota?-La digo imitándola.
-Ni un puto día.-Se levanta riendo graciosa.-Voy a pegarme una puta ducha. Adiós puta.-Se mete en el baño unico y yo río. Alex es graciosisima. Sin ella en el grupo estaríamos aburridos. Louis e Irene también son graciosos y de vez en cuando a mi se me va la pinza. Podríamos ser el grupo de los locos. Pero sin duda, con Alex ese nombre cobra completamente el sentido.
Enciendo la tele. Antena 3, anuncios. La cinco, odio la cinco. La dos, documentales. No se cual era ese canal, pero cuando vi la cara de Josh Hutcherson en la pantalla, supe el plan que tenia para esta noche. Los juegos del hambre: en llamas, acababa de empezar. Recuerdo que la vi en el cine, y me gusto mucho.
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Las jugadas de la casualidad.
Teen Fiction«¿Crees en la casualidad?» Entonces lo miré y lo agarré por el cuello decidida. «A la mierda la casualidad»