Niall.
Yo era torpe.
Ella era preciosa.
Yo era aburrido sin remedio.
Ella era fascinante hasta el infinito.
Si las personas fueran lluvia, yo seria llovizna.
Ella sería un huracán.
Las notas iban surgiendo de mi guitarra. Rozaba mis dedos con las cuerdas y las vibraciones subían de mis yemas hasta cada pelo de mi cuerpo que se ponía de punta. Miré a través de la ventana. Solo tenía que mirarla para que la pizca de inspiración que tengo venga a mí. La lluvia cae fuerte sobre el suelo, el aire mueve los árboles. Harry la agarra por cintura y ella le sonríe. Están sentados en el sillón que hay en el porche abrazados.
Deseo tanto ser él.
Acariciar sus rizos rubios, ver sus oyuelos a la altura de mi boca. Notar su piel estremecerse cada vez que la toco.
Quiero que este enamorada de mí.
Oye, fea.
Un trueno irrumpe en la casa y las luces parpadean un poco hasta quedarse completamente sin luz. Los nubarrones a penas dejan pasar algo de claridad por las ventanas. Dejo la guitarra sobre una mesa y el cuadernillo con la letra. Alex baja las escaleras despeinada y me mira como preguntándome que ha pasado. Zayn bajo detrás poniéndose una camiseta.
-Se ha ido la luz-me dice. Yo le miro como «No me jodas».
Liam, Bobbie y Harry entran en casa.
-Pasa muchas veces, los rayos, la tormenta...-señalo al techo.
-Hay goteras-dice Irene que aparece por detrás mío de la mano de Lou. No puedo evitar que me ardan las venas, pero miro hacia otro lado.
-Yo se arreglarlo, me enseñaron en tecnologia-dice Boo llamando nuestra atención.
-Poned calderos por las goteras, yo y Bobbie vamos a la caseta de fuera a arreglarlo.
Me mira algo nerviosa pero yo la doy una sonrisa tranquilizadora. No pretendo ligar con ella, lo juro. Me acercó a ella y Harry me mira con el ceño fruncido.
-Las tocas y te mato-me avisa.
Salimos y la lluvia irrumpé contra el suelo. Mi piel se estremece por el frio y me acarició los brazos para que entren en calor. Ella me mira y sonríe juguetona.
-¿El sensible de Niall tiene frio?-pregunta retándome. Yo levanto las cejas asombrado y me quito la sudadera. Puedo notar su mirada en mi. Me remuevo el pelo despeinado. Ella ríe y se quita su chaqueta de lana.
-Vaya, la princesita quiere mojarse.
Me adentró bajo la lluvia que rápidamente me moja la ropa y miro hacia el cielo con los brazos abiertos. Las gotas resbalan por mi cara y el pelo se me pega a la frente.
Tengo frio por fuera.
Tengo calor por dentro.
Ella es el fuego.
Yo la nieve.
La letra sale de mi como un suspiró y me mira riéndose.
-Estas loco, Horan-tras decir eso echa a correr, con las manos en su pelo, hacia el cobertizo.
Ahí guardamos motos, un coche viejo y cajas con cosas mas viejas aún.
Corro tras ella, que ya casi ha entrado y cuando la lluvia ya no cae sobre mi cabeza un trueno retumba las paredes.
-Este ha caído cerca-señala al techo, indicando el trueno, y se intenta peinar el pelo mojado. Su ropa está calada y se estremece del frío.
La caja de la luz debe de estar por aquí. Busco por las paredes, pero no encuentro nada de la oscuridad. Tener a Bobbie con camiseta blanca y mojada no ayuda a la concentración. Oigo como se apoya en el coche viejo y se sienta en él. Una postura perfecta para...
-Niall, ¿no es eso de ahi arriba?
Señala justo a dónde es, una carita blanca pegada a la pared. Joder, ¿cómo no la he visto?
Esta a casi dos metros de altura.
-Tus abuelos eran altos ¿eh?-sonrie y yo río. Joder, esto es muy difícil.
Yo sólo soy un rayo.
Tu eres la tormenta entera.
-Podemos usar la escalera-señalo a una escalera de madera vieja. Me mira asustada, pero yo la sonrió y digo:-Yo la sujetaré, vamos. No pasa nada.
Se baja del coche y sube por la escalera. Yo sujeto con fuerza, pero cada vez que subo la vista veo su culo y no puedo ni saber que estoy haciendo.
Otro trueno se oye.
-¿Qué tal?-preguntó evitando las vistas. Aun que ¿que coño? ¿Por qué no aprovecho y ya está?
No, Niall, eso seria aprovecharse de la situación.
-Ya casi esta-me dice dulce.-Joder esta atascada esta palanca.
Hace fuerza y pierde el equilibrio. La escalera se mueve hacia un lado y ella cae hacia el otro. Tengo los suficientes reflejos para sujetarla un poco para que no cayera de bruces al suelo.
Esa típica escena de película de que cae justo a los brazos del príncipe, no pasa. Da gracias que la agarre un poco para que no cayera del todo, pero sus pies estaban sobre el suelo. Se dio la vuelta y sus ojos contactaron con los míos. Su suspiro era caliente y mis labios lo notaron tan cerca que a penas podían controlarlo.
"Como la toques, te mato"
Harry me mataría de verdad.
Además, Bobbie no le pondría los cuernos.
Ella no lo haría.
Sus ojos inquietos me eximanaban. Mis manos se trasladaron a su cintura y la acogí en mi espacio personal.
Su toque es cálido.
Mi piel se estremece.
Sus ojos son diamantes.
Los míos piedras.
-Gracias-dice. Se mueve un poco y la sueltó. Dios, esto es muy incómodo.
-Nada-susurro.
Nuestros ojos siguen en un contacto penetrante que me mata por dentro. Unas gotitas le caen del pelo y la hacen estar precioso. Su pelo no esta tan rubio como seco y está mas largo.
-¡Ha vuelto la luz, chicos!-grita Louis desde el porche, pero le oímos.
Un rayo entra por la ventana e ilumina la sala.
-Genial-dice, antes de echar a correr de nuevo bajo la lluvia.
Yo era imperfecto.
Tu eras imperfectamente perfecta.
Yo era un idiota.
Tu, en cambio, valias la pena.
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Las jugadas de la casualidad.
Teen Fiction«¿Crees en la casualidad?» Entonces lo miré y lo agarré por el cuello decidida. «A la mierda la casualidad»