Capitulo 5. ¿Qué es todo esto?

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BOBBIE POV.

—¿Ocurre algo, Boo?—La voz de Alex me despertó de mi concentración. Yo miré hacia dónde provenía la voz. Ella e Irene me observaban. Cuando de repente mi mente empezó a funcionar. Y una única persona pasó por mi mente.

Harry.

Yo es que juro que un día lo mato. Lo mato. ¿Me está vacilando? ¿Ahora va de cursi mandandome cartas de amor? En serio, lo mato. ¡Es un completo hijo de puta!

—¿Boo? Tia, ¿qué pone en la carta?—Pregunta Irene. Yo sin contestarlas salgo de clase corriendo con el papel en la mano.

Cuando de repente le vi, al fondo del pasillo buscando algo en su taquilla. A toda velocidad fui hacia él, esquivando a cualquier persona que se cruzaba en mi camino.

—¡¿Pero tu eres gilipollas?! ¿Te gusta vacilarme, no?—Le grito. Todo el mundo nos observa. Harry pone cara de como no enterarse de nada. Pero no, a mi no me engaña.

—Bobbie, ¿que cojones te pasa?—Me susurra agarrandome del brazo. Sus venas se tensan y yo le miro mal. Sin darme cuenta, me estaba arrastrando entre la gente para llevarme a un sitio menos...Lleno de gente. Tal vez no he estado muy acertada con ponerme a gritarle delante de todo el colegio.

Cuando estuvimos solos yo seguía cabreada, pero él lo estaba aun más.

—Eres una niñata mal criada. ¿Cómo mierdas me gritas así? ¿Quien crees que eres?—Me pregunta levantando el dedo indice. Yo lo miré aterrorizada. ¿De qué va hablandome así?

—¡Mira!—Le grité mostrandole la carta. Él comenzó a leerla.—Ahora no te me hagas el gilipollas, se que has sido tu. ¿Si no quien podría tomarme esta broma de mal gusto?—Le grito. Pero él sigue leyendo.—Vamos Harry, di algo.—Le obligué.—¿Por qué me mandas esto y más en anónimo?—Sus ojos me observan por encima del papel, terrorificos y llenos de odio. Jamás una mirada me ha puesto los pelos de punta, pero sin duda esta si lo hizo. Me daba miedo, realmente miedo la mirada que me echó Styles.

—Voy a matar al gran hijo de puta que te ha mandado esto, lo juro.—Dijo besandose la mano.

—¿No has sido tu?—Pregunté incredula.

—Yo no te pienso mandar estas putas mierdas de cursiladas.—Dijo malhumorado.

—¿Entonces...Quien?

—No se y prefiero no saberlo, por que le estrangularé. Nadie toma a mi chica.

—¿Cómo que tu chica?-Pregunté recalcando el "tu".—¡Yo no soy tu marioneta!—Grité fuera de mí. Él negó con la cabeza y sonrió. ¿Por qué sonrie? ¿Por qué no me toma en serio?

—No, no, Bobbie. Mi vida, claro que eres mia.—Se acercó a mi y yo al querer darme para atrás, choqué con un muro que impedia mi movimiento. Harry hizo que nuestros cuerpos se quedaran sin espacio entre ellos y noté su respiración pesada en mi nariz. Quise oponer resistencia. Pero ni mi corazón ni mis brazos, que pronto se perdieron en su cuello, querían.

Era una sensación totalmente bipolar. Me gustan sus besos, sus caricias. Habia algo en Styles que me encanta. Pero su forma de ver la vida hacía que todas esas pequeñas cosas desaparecieran, como una piramide de cartas perfecta que de un soplido, se desploma contra la mesa. Pues esto igual. Su pelo rizado, sus ojos, su sonrisa, la forma en la que nuestros labios se juntan...Cada cosa es una carta que forma la piramide.

Su impotencia, su furia, todas y cada una de las mujeres a las que no ha sabido amar y ha dejado hechas polvo y con el corazón roto; su arrogancia, su prepotencia, su forma de insultar y meterse en peleas.

Todo ello forma el huracán que derriba las cartas sobre la mesa y muestran que el fisico, en este caso, no sirve una mierda.

Pero aún que yo os digo esto, no lo cumplo. Estoy a dos centímetros de Harry y no puedo evitar que nuestros labios se hundan en un profundo beso. Ya no se oyen voces en el pasillo, la gente ha entrado a las salas de la universidad. Nosotros incluso deberiamos estar tomando apuntes como locos, pero, nos da igual. Estamos ocupados en otra cosa.

—Eres totalmente mia.—susurró separando nuestros labios, aun nuestros cuerpos pegados. De repente mi corazón se aceleró cuendo nuestros ojos se miraron tan sumamente cerca. ¿Por qué? Es lo más asqueroso del mundo. Volvió a besarme. Quería mandarle a la mierda, separarle de mi. Me daba miedo, no quería acabar como él.

No quiero meterme en el mundo de las drogas, el alcohol, las peleas, la mala vida. Harry era un delincuente. Sus tatuajes imponían autoridad, a la vez se veia sexy con ellos. Cuando enfurecia, sus pupilas se dilataban y sus ojos quedaban practicamente negros, con una fina ralla verde.

Lo único que me hacia estar con el estupido de Styles era esa puta apuesta que jamás, y con las consecuencias que traería, deberia haber aceptado.

En ese momento quise matar a Irene y a Alex, pero a la vez me haría mucha gracia verlas en pijama por el instituto. Muy convencidas han de estar de que me enamoraré de Harry.

¡Ja!

Lo llevan claro. Hace años que no me enamoro de un tio, y si llegara el caso, no sería un gilipollas como Harry.

—Vamonos a clase...—Propuse poniendo mis manos en su pecho.

—Esta bien, nena. Pero una cosita—Me sonrió de lado, mostrandome el hoyuelo derecho.—Si recibes otra carta, prometeme que me la enseñaras.—Dijo ahora más serio.

—Vale, Styles, lo prometo.—Le quité la carta de la mano y la metí en mi bolsillo izquierdo. No pienso enseñarle ninguna carta más, y menos sabiendo su reacción. Lo que yo no rubia es, cual sería su reacción, cuando supiera que yo no le enseñaré todas las cartas.

Fuimos a nuestra clase, ya que era la misma, nos dimos un beso antes de entrar y Harry pasó primero.

—Buenos días.—Dijo con tranquilidad, entrando. Yo pasé y cerré la puerta detrás de nosotros. La profesora ni se fijo en nosotros. Seguro que pensó: "Styles y una de sus victimas más". Me cabrée con mi asqueroso pensamiento. Me fui a sentar con Alex y Irene.

—¿Qué ocurrió? ¿Discutieron?—Preguntó Alex.

—Al principio si, luego lo arreglamos.

—¿Con un...?-Intentó preguntar Ire, pero yo la interrumpi.

—Un beso, un beso, Irene.—La dije sonriendo por la ocurrencia que queria decir.

—¿Que pasó antes?¿Qué era esa carta?—Me preguntó Alejandra, la morena de ojos verdes.

Les mostré la carta de amor y las expliqué la reacción mia y de Harry.

—¿Y si te llega otra?—Pregunta la rubia.

—Pues...Abre de ocultarselo.—Las dije encogiendome de hombros.

—¡Callaros!—Dijo el chico de detrás de mal humor. Nosotras pedimos perdón y hablamos en un volumen más bajo.

—Si se entera que le escondes la carta...—Dijo Alex.

—O las cartas—insinuó Irene.—Este anonimo esta enamorado de ti, no descansará hasta al menos tener un poco de ti.

—Pues entonces quemaré una a una según me vayan llegando. Si un día al anónimo le da por poner su nombre, no hay ninguna duda: Harry lo mataría a puñetazos.

Mis amigas me miraron algo tristonas. En vaya lio me he metido. Pero aún que duela reconocerlo, yo tenía razón. Al pobre anónimo le faltaría tiempo de huir, saliendo un mes antes de la ciudad, si su enemigo es Harry Styles.

Las jugadas de la casualidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora