Bobbie POV.
Besé a Harry en los labios y me coloqué bien la camiseta. Me hice una coleta ante su atenta mirada desde uno de los bancos del vestuario.
-Te pondrán amonestación si te pillan en el vestuario de chicas-le advierto.
-Que me la pongan, no me importa.
Yo suspiré y puse los ojos en blanco. Terminé de atarme la coleta y sonreí al espejo.
Estoy preparada.
-Mucha suerte, Boo.
-No la necesitaré-le guiño un ojo rápido y le lanzo un beso. Salí corriendo del vestuario y me dirigí directa a los campos de fútbol. Alex e Irene ya estaban allí, al igual que un montón de chicas.
¿Sólo podíamos pasar 6?
Es imposible que Irene y yo estemos entre ellas.
La capitana se acercó a nosotras. Era una rubia despampanante. Estaba delgadita, pero muy musculosa. Era alta, con piernas largas, brazos duros. Su expresión de la cara era lo más parecido a un tigre hambriento delante de una lagartija.
-Las reinas de la universidad ¿eh? Tened cuidado haber si os rompais una uña-su tono irónico me sentó realmente mal añadiendo su forma repulsiva de mirarnos.
-Eh, capulla, relajate. Que hasta el balón nos tiene miedo-Alex mostró un tono engreído que hizo sonreír suspicaz a la capitana.
Se acercó al rostro de Alex, a unos pocos centímetros, tanto que podían compartir respiración.
-Estas dentro-susurra.
Irene y yo abrimos la boca alucinadas. ¿Osea, qué?
-Ni siquiera la has visto jugar -replica Ire. La capitana ahora nos mira a nosotras.
-Me gusta su espíritu, ahora vosotras...¡A jugar!-su gritó nos descolocó y nuestras articulaciones se empezaron a mover hasta el campo. Jugamos un partidito y algunos toques. La verdad es que eran todas bastante malas, e Irene y yo lo estábamos haciendo bastante bien. Miré a mi compañera que me sonreía. Alexandra nos gritaba de vez en cuando que lo estábamos haciendo bien.
El juego acabó y todas nos reunimos en un círculo esperando respuestas. La entrenadora, llamada Maggie, por cierto, se acercó para dar los nombres de las 6 nuevas jugadoras.
-Haber...Primero, todas sois unas putas mancas. No servís para esto. Pero como necesitamos equipo, elegimos a las que "se puede hacer algo con ellas"-no me cae bien la chavala esta. Pero tengo que aguantar. Miré a Irene que susurra con los labios.
-La mato. La mato. Sujetame.
-Por Alex-la susurró yo. Ambas sonreímos y miramos de reojo a la capulla de nuestra amiga que se ha librado de las pruebas por su cara bonita.
-Las elegidas son...Trish, Johanna, Gemma, África y...-levanta la vista del papel y nos mira con asco -las dos pijas estas.
Irene y yo nos levantamos y nos abrazamos medio chillando.
-Nada de mierdas de esas-nos ordena la mounstro. Si, asi la voy a llamar.
La mounstro.
Irene y yo aparentamos normalidad y cuando no mira vamos a abrazar a Alex como locas.
-¡Hemos pasado!
**
Harry y Louis también están en el equipo de fútbol masculino. Estaba claro, por mucha seriedad y mal humor que muestre Liam, no podría vivir sin Louis, y ya menos sin Harry.
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Las jugadas de la casualidad.
Ficção Adolescente«¿Crees en la casualidad?» Entonces lo miré y lo agarré por el cuello decidida. «A la mierda la casualidad»