-Estaros bien, por favor. Irene, no bebas ni hagas caso a Alex.-la indiqué. Alexandra me miró mal y yo la saqué la lengua infantilmente.
-Vais a perder el vuelo, vamos.-me indicó la otra. Yo asentí y comencé a pensar para que no se me olvidara nada.
Niall tiró de mi brazo, conduciendome hasta la puerta.
-Vamos, solo vamos a estar el fin de semana. No vas a necesitar nada, si no se lo pides a mi madre.-me dijo este.
Yo me escabullí de su agarre y fui al salón a abrazar a mis amigas. Nos fundimos en un abrazo diciendo bobadas y las miré con una sonrisa.
-Nos vemos dentro de tres días, y recordad: el lunes ya tenemos clase.
-Callate.
-Vete.
Caminé hacia Niall otra vez, que miraba dulce a su móvil, apoyado a la puerta.
-¿Ya estas?-me pregunta sin dejar de mirar al aparato.
-¡Hija de puta!
-Cabrona de mierda.-gritaron mis amigas.
-Vámonos.-le indiqué, arrastrando la maleta azul bastante grande que tenia.-Os quiero marmotas pedorras.
**
El viaje en avión fue muy corto.
Subimos a un taxi para que nos llevara a la casa de Niall, situada en Mullingar.
-Esto es bonito.-le susurro mirando por la ventana. Él también lo hace y sonríe melancólico.
-Ya te he dicho que Irlanda es el mejor país de todos, y Mullingar... Tampoco es bonito, pero si especial.
-Lo es.-le digo embobada mirando por la ventana. Noto como su mano se enreda con la mía como si mi piel fuera mármol delicado que no quiere romper. Temeroso. Tímido.
Presto atención en sus ojos azules, semblante serio y concentrado en examinar todas las partes de mi cara.
-Anoche estaba demasiado borracha...No sabía ni lo que hacia.-le susurro. El conductor nos miró por el retrovisor mientras mordía un palillo que sujetaba con la mano con la que no conducía.
-Me aproveché de la situación, lo siento tanto...No se que...
-Da igual, no hablemos más de eso.-le digo, quitándole peso al asunto. Desenlazo mi mano de la suya y rebuscó en mi bolso, algo sin rumbo. Tan solo quería cortar el contacto.
-No quiero evitar este asunto, Boo. Creo que tenemos que hablar de lo que sentimos.-abro los ojos ante su repentina opinión y le miro confusa.
-Creo que está mas que claro.
-No quiero ser tu amigo.-yo le miro seria y el coche se para.
-Hemos llegado.-Niall se adelanta a pagar al taxista y yo mientras me escabullo por la puerta, para coger las maletas del maletero.
Las saqué y el coche arrancó, dejando a Horan en la orilla.
-Dime algo.-me suplica.
-Sólo te voy a hacer daño, no me merezco a alguien cómo tu.-le digo sincera. Yo tengo un pasado de tíos detrás que podría dar la vuelta al mundo. Soy una guarra más, que solo sabe fastidiar las relaciones. El ejemplo perfecto: Harry. Él me dejó por haberle ocultado los anónimos. Y luego tan tonta yo, vuelve para estar conmigo y le digo que no quiero, por mi maldito orgullo.
-¿Es por Harry? ¿No es así?
-Niall, dejalo por favor.
-Necesito saberlo. ¿Es por Harry?
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Las jugadas de la casualidad.
Fiksi Remaja«¿Crees en la casualidad?» Entonces lo miré y lo agarré por el cuello decidida. «A la mierda la casualidad»