Todo eran risas. Me dolía la barriga y casi no podía respirar. Seguro que tenia la cara roja, pero no me importaba. Hacia tiempo que no reía de esa manera. Y el hecho de que Harry estuviera a mi lado, porque así se habían distribuido los asientos, tampoco me afectaba. Un poco si, pero me estaba riendo tanto rato que casi ni lo pensaba.
-¿Es que a quien se le ocurre regalarle unos preservativos en una fiesta de los 16?-pregunta Irene, que se la ve bastante animada.
-Fue idea de Liam, fijo.-comenta Niall.
-¡Vale vale! Puede ser.-dice éste admitiéndolo.
-Si veis que cara pusieron mis padres al verlos...-comenta Louis tapándose la cara, sin dejar de reír al recordar aquel 16 cumpleaños.
-¡Seguro que eras virgen!-le acusa Zayn.
-Me apuesto 100 pavos a que lo era.-comenta Alex, que está muy cariñosa con Zayn en toda la cena.
-Si, si lo era.-digo yo, que lo sabia con certera. Perdió su virginidad al año
-Cabrona.-me dice él.
-¡Encima es verdad!-grita Ire. Todos estayamos en risas, menos Louis.
-Pero haber–nos interrumpe.–El peor haciendo regalos es Harry.–dice gracioso.
-¡No sabia yo que no te gustaran los tapones de baño!
-¿Que le regalaste un tapón de la bañera?-le pregunté dejando me llevar por un impulso. Todos se quedaron asombrados por la situación en la que he hablado a Harry. Los segundos se convirtieron en horas y las horas en días para mí. Su boca se torció en una sonrisa y acabo en una leve risa, asintiendo a mi pregunta.
-¿Traigo unas copas?-pregunta Niall. Nosotros aceptamos y el rubio sale a la cocina para buscar unas copas y algo de alcohol para beber.
De repente noto una mano en mi rodilla y veo la mano de Harry moviendo sus dedos en mi rodilla. Le miro confusa mientras los demás siguen conversando de anécdotas de regalos de cumpleaños. Él ni siquiera me mira y sigue hablando con su primo como nada.
Le quito la mano y la vuelve a poner, enganchando sus dedos con los mios, ahora si, mirando con una sonrisa juguetona. Se está aprovechando de la situación. Sabe que no me gusta montar pollos y menos delante de Niall. Le jode que sienta algo por Horan y está marcando sus dichosas propiedades.
Me levanté de la silla y comencé a recoger los platos. A mi sorpresa Harry se puso a hacer lo mismo. Al menos ahora, le podré decir cuatro cosas en privado. Ambos pasamos y la puerta se cierra con las voces de mis amigos al otro lado.
-¿Que cojones haces?-le susurro.
-¿Te das cuenta que siempre discutimos en tu cocina?-me pregunta juguetón dejando los platos.
-No me importa.–ajudiqué.–Discutimos en todos los sitios posibles.
-Cambiemos eso.
-No.
-Bobbie, te echo de menos.-susurra.
-¿Que tal la chica del otro día? A esa a la que abrazabas en la fiesta.
-Era solo una fresca que se me acercaba.
-Pues disfrutaba mucho.-dije dejando los platos al lado de los suyos, fuertemente y con mal humor.
-¿Estas celosa de esa don nadie?-pregunto incrédulo, por primera vez decía algo con un tono serio.-Esa zorra no te llega ni a los talones.
Mi mirada y mi gesto se ablandó y procuré no sonreír para hacerme la dura. Era la primera vez que Harry me decía algo bonito.
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Las jugadas de la casualidad.
Genç Kurgu«¿Crees en la casualidad?» Entonces lo miré y lo agarré por el cuello decidida. «A la mierda la casualidad»