Capítulo 71.

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—Se ha vuelto completamente loco—ríe Alex.—Hasta nos ha contagiado la locura y le hemos dejado escaparse.

—Lo sé, pero vi un brillo en sus ojos que no había visto nunca. No cometerá ninguna locura.

Alexandra agarró fuerte la mano de Zayn y le besó con ternura.

—Eh, aquí no. Estamos en medio del pasillo—gruñó Zayn.

—Que más da, el peligro me pone—sonrió mientras le besaba fugazmente. Nadie andaba a esas horas por la radio, Zayn lo sabía, pero aún así le daba respeto. Cosa que los besos de Alex no ayudaban mucho.—Vamos, Zayn, hacerlo aquí... —miro hacia los lados —Es muy excitante.

Sonrió juguetona, desabrochándole su cinturón. Besó su cuello mientras mantenía sus manos ocupadas.

—Alex, dios es muy arriesgado...—dijo él, con la voz entrecortada.

La chica se separó, burlona.

—Venga, vale. Vamos a trabajar.—Se giró y comenzó a andar.—Haber ahora que haces con eso—dijo, señalando a las partes más intimas de Zayn.

Subió satisfecha a la sala. Un montón de hombres hablaban con una mujer, alta, esbelta y rubia. Era bastante guapa. Tenía un toque de rebeldía en el piercing de su nariz.

—Hola—saludó tranquila. Todos voltearon para verla.

—Hombre, la famosa Alexandra—grita la chica. Se acercó y abrazó cariñosa a Alex.

—Alex, mejor Alex—la corrigió la chica, pensando en quién era la mujer que estaba frente a ella.

—Claro—susurra.—¿Dónde esta Zayn?—pregunta.

—Ha ido...al baño creo — dice, quitándose el abrigo, dejándolo en una percha.

—Oh genial, menos mal. ¡Qué sorpresa se va a pegar! Hace unos días que no le veo y le hará ilusión que venga a verle—dice sonriente, mirando a los hombres que antes hablaban con ella.

—Espera, ¿eres su prima Elizabeth?—pregunta Alex, intentando recordar alguna mención que ha hecho Zayn de alguna chica rubia.

—Uy no, para nada—ríe—No puede ser que Zayn no te haya dicho nada de mí. Encantada,—extendió la mano—Soy Perrie, la prometida de Zayn.

Al segundo se abrió la puerta y Malik apareció por ella.

—No puede ser que me hayas hecho eso Al...—subió la vista y contempló a las dos chicas que se encontraban frente a él. Su nerviosismo fue notable y a penas sabía que decir.

—¡Zayn!—Perrie corrió a los brazos de su chico y lo besó, mientras Alex contenía sus tremendas ganas de llorar. No había vivido nada tan bochornoso.—¿Cómo no le habías hablado a Alex de mí? —pregunta cuando se separan.

—No, —interrumpe Alex con una voz dulce— Perdona, Perrie. Él me había hablado mucho de tí,—asesinó a Zayn con la mirada—es que he visto pocas fotos tuyas y no te reconocí.

Dijo dándose un golpe en la cabeza.

—Oh, no, esta bien—respondió con una sonrisa.—He estado con mis amigas unos días, te extrañé tanto, amor. Si ves con que cara se han quedado todas al ver nuestro anillo de compromiso.

—Perdón, pero tengo que hacer una llamada—se disculpa Alex, manteniendo la compostura tranquila. Aun que por dentro se esté muriendo de ganas de arrancar la cabeza a Zayn.

Salió de la cabina, y cuando la puerta se cerró, rompió a llorar. Un vacío se apoderó de su corazón y deseó no sentir nada. Nunca más.

La puerta detrás suyo se abrió y aquella voz inconfundible la hizo regresar del cielo oscuro y nublado en el que se había metido.

Las jugadas de la casualidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora