23 [No Eras Así]

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Cada vez me ponía más nerviosa, no sabia que hacer, pregunte a algunas personas por el, a base de describir como es pero nadie lo pudo identificar.

Me voltee sin ánimo de seguir buscando y sentí una sombra detrás mio.

Me volteo nuevamente y lo abrazo fuerte.

-Lo primero que te dije, eso fue lo primero que hiciste -Dice con un tono enfadado pero al mismo tiempo aliviado.

-Tenia miedo -Dije temblando

-Ya calma, no pasa nada.

Volvimos al lugar anterior y este no dejaba de preguntar si estaba bien.

Unos minutos más tarde, entramos al avión y tomamos asiento en nuestro sitio asignado.

Observe a Zayd con atención y ahora tenía una cara más desagradable que antes y eso me hizo enfurecer.

-¿Que te pasa?. -Lo volteo hacia mi dirección.

-¿Que?. -Cuestiona desinteresado.

-Zayd que te pasa. -Se encoje de brazos -No, me dices que pasa. -Lo miro fijamente.

-No pasa nada.

-¡DIME!. -Chilló enfurecida.

-¡QUE NO PASA NADA!..¡AZAFATA!..¡AZAFATA! -Repite varias veces, hasta que se presenta una de ellas. -¡CAMBIEME DE LUGAR!. -Se desabrocha el cinturón.

-Joven eso no es posible. -Responde con un tono dulce, lo que me hace enfurecer aun mas. -Pero si usted desea. -Le guiña el ojo y me cruzó de brazos, desviando la mirada.

Siento como el se levanta y se va.

No se porque me hace estas cosas, me dan ganas de llorar, me ilusiona y luego me trata tan mal. Es un patán.

Su amor solo era de unos cuantos días, entiendo que la ciudad le hace recordar situaciones no agradables, pero no es para que se desquite conmigo.

Unas cuantas lágrimas se deslizaron por mi mejilla y de inmediato las borre.

Unos minutos más tarde, informaron que ya habíamos llegado.

Bajo mis maletas y nuestras miradas se cruzan, le ruedo los ojos y sigo mi camino.

-Zaida..Zaida..aguarda. -Omito y sigo mi camino.

[Ahora quiere venir a solucionar las cosas.]

Tome un taxi y me dispuse a regresar a casa.

En el transcurso de la llegada a la casa, me entraron varios mensajes, destacando a Zayd.

Zayd

Zayd: ¿Estas enojada?

Zayd: Amor arreglemos las cosas

Zayd: No me gusta discutir contigo y menos ahora que te tengo tan cerca.

Zaida: No quiero arreglar nada

Zaida: Y no me escribas

Envío tal mensaje y no vuelvo a encender el celular.

-¿Cuanto seria?. -Pregunte apoyándome de las débiles ventanas.

Segundo PlatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora