66 [Divorcio]

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Con cuidado pongo en contestar.

—¡SUELTAME RACHID ALÉJATE! ¡NO ME TOQUES!

Me arranca la manga de la camisa y me rasguña un poco debajo de mi cuello haciendo que chille del dolor.

Narra Zayd.

Escucho a Zaida gritar y no entiendo, al escuchar no me toques. Me alarmo y salgo corriendo, le pregunto al guardia que esta adentro el numero de piso de Rachid y este al ver mi desesperación pregunta que sucede le explico rápidamente lo que sucede y este sube conmigo.

Escucho los chillidos de Zaida y el guardia llama al personal que se encarga de las llaves.

Empujo la puerta varias veces intentando que esta caiga hasta lograrlo. No iba a esperar al personal.

—¡MALDITO! —Lo tomo por el cuello de la camisa y lo alejo de Zaida, ella esta asustada y llorando.

Lo tiro al piso y comienzo a golpearlo sin detenerme es tanta la furia que mis deseos de que se muera están apunto de cumplirse.

Este no se queda sin reaccionar y también me da un puñete en el abdomen pero logro recuperarme de este enseguida no lo pienso dos veces y le doy una en eso tan asqueroso que tiene entre las piernas.

Llega la policía y nos separan.

—¡COMO MALDITA SEAS TE ATREVISTE A TOCAR A MI MUJER MALDITO SUCIO DESALMADO!

—¡LA AMO Y TE LO DIGO EN TU CARA Y SEA COMO SEA TE LA VOY A QUITAR!

Intento soltarme de la agarrada y plantarle otros dos o cinco golpes más pero me controlan.

—¡SUELTENME QUIERO VER A MI ESPOSA!

—Hasta llegar a la comisaría nadie se puede hablar y que todos se los lleven en diferentes patrullas.

Narra Zaida.

Me monto en la patrulla aun asustada por la situación y el oficial me hace unas cuantas preguntas pero no estoy en condiciones de responder.

Luego de unos minutos llegamos a la comisaría y nos hacen pasar a una sala en donde me encuentro a Zayd y a Rachid.

Zayd esta sangrando.

—Señorita Zaida..tome asiento por favor —Accedo.

—¿Está bien? —Niego con la cabeza. —¿Sabe quienes son ellos y qué pasó? —Asiento con la cabeza. —¿Me lo puede decir?

—Lo que sucedió es que me fui a vivir unos días con Rachid al quien considero como mi hermano y hoy regrese de vuelta para buscar mis cosas y al llegar el me entro a la casa de un jalón y comenzó a hablar cosas tan horribles y…y luego… —Intento seguir pero las lágrimas no me lo permiten. —El..el me quiso violar, me aruño —Le muestro mi cuello. —Y también me rompió mi manga, me intento besar con su sucia boca.

—¡MALDITO! —Zayd le va a soltar un golpe pero el oficial se lo impide.

—Joven Zayd compórtese.

—Entonces mi marido Zayd, que amo con toda mi alma y le agradezco mucho que haya llamado justo en el momento…llamo y logre contestar la llamada y el luego llego para rescatarme y me salve de ser violada por un sucio y cochino infeliz desalmado como este hombre llamado Rachid. 

—¿Desea usted montar una demanda?

—Si.

—Y también una orden de restricción —Agrega Zayd.

—¿Está usted de acuerdo con su esposo?

—Si.

—De acuerdo…y usted joven Zayd, no tome acciones hasta que llegue la policía.

Segundo PlatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora