-Tu, niña rica. -Menea la pistola. -Dame todo lo que tengas. -Saco mi celular. -¿No tienes más nada?.-Mi bolso esta hacia allá. -Señalo.
-Inspecciona su bolso. -Le ordena a su compañero.
Toman todo mi dinero y luego entran a los cuartos.
-Maria, nos vamos a quedar en la ruina, nuestros ahorros serán robados. -Dice el señor Miguel con gran tristeza.
-Intenta detenerlos.
-No, no señor Miguel. Lo puede matar. -Interrumpo. -Evitemos disparos.
-¿De que hablan tanto eh?.
-Nada. -Respondo pasiva.
-Vamos. -Le dice a su compañero y se van.
-Allahamdulillah ustedes están bien. -Sonrío.
-Maria nuestros ahorros. -Corrieron hacia su habitación. -Lo robaron. -Dice devastado.
[Necesito ayudarles.]
-Me tengo que ir. -La señora Maria me detiene.
-¡Ay hija! Que pena, no pudiste cenar y te robaron. -Dice con lágrimas en los ojos.
-No llore, no pasa nada. -Le doy un abrazo y le seco las lágrimas.
Le sonrío y comienzo a caminar hacia mi casa.
Al llegar.
Entro a la casa y escucho voces desde el comedor, me acerco al comedor y encuentro a todos cenando, incluyendo a Zayd.
-Zaida, llegas temprano. -Dice mama Sana.
-Yo...este... -Muevo la cabeza nerviosa.
-¿Porque no contestabas las llamadas?.
-Lo que pasa es que cuando estábamos cenando, entraron ladrones y me robaron el celular y el dinero que tenía en el bolso.
-No te hicieron nada mi niña. -Mama Sana se levanta preocupada y me abraza.
-Allahamdulillah, no me pasó nada. -La abrazo aun más fuerte.
-Shukar'Allah. -Le beso la mano. -¿Tienes hambre mi niña?.
-Un poco.
-Ven, toma asiento. -Obedezco.
Noto que Zayd estaba en mi asiento de siempre y no habían más asientos libres.
[Si, me tengo que sentar a su lado.]
Me sirvo y todos siguieron cenando.
[¿Y si le piso los pies a Zayd?.] -Hice una cara de éxito.
Le doy con mi tacón y este se queja, automáticamente dirige su mirada hacia mi.
Le doy otro pizoteo y me levanto para luego entrar a la cocina.
Lavo mi plato y en eso entra Zayd y coloca su plato.
-Espero que lo hagas por mi.
-¿Hacer que?.
-Lavar mi plato.
-¿Hellou cariño?. -Digo sarcástica mientras muevo la mano. -Reacciona, no soy tu mujer para hacerlo.
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Segundo Plato
RomanceZayd: un hombre poderoso que lastima con palabras y hiere con miradas, muy bueno para los negocios. Sabe amar pero circunstancias del pasado lo hacen ser egocéntrico, egoísta y malo. Zaida: una joven hermosa, con una familia complicada y muchos pr...