43 [Aire fresco]

575 51 24
                                    

Me levanto sorprendida y comienzo a dar pasos lentos hacia su dirección.

—Zaida tenemos que conversar —Me alcanza.

—Rachid, yo…disculpa no te cumplí mi palabra.

—Es lo de menos, dime donde nos podemos ver mañana para conversar.

—Apunta tu numero. Yo te escribo.

—De acuerdo —Toma una pluma y sin previo aviso agarra mi muñeca y escribe su numero en ella.

—Mi mano no es papel.

—¿Tenias hoja? Pues tarde no me la ofreciste.  —Rueda los ojos y se va sin despedirse.

—¡Adiós! —Chillo para luego regresar con la empleada. —Vámonos.

—Pero señorita los batidos —Dice sin moverse de su asiento.

—Dije que nos vamos —Repito. —¿Cuánto es la cuenta? —Le digo al mesero que venía con los batidos.

—6 dólares. —Busco el monedero y le doy la cantidad asignada.

Regresamos a casa, dejo todas las bolsas en el suelo y rápidamente busco el nuevo celular que compré.

Lo enciendo y lo pongo a cargar.

Abro las bolsas y pongo todo en su lugar. Termino y tomo el celular para luego descargar whatsapp y agregar el numero de Rachid.

Rachid.

Zaida: Assalamualeikum.

Espero unos minutos y llega su respuesta.

Rachid: Waleikumsalam.

Rachid: ¿Quién?

Zaida: Yo, Zaida.

Rachid: Ah, si dime

Zaida: Me ibas a dar la ubicación donde nos encontraremos mañana.

Rachid: Parque Omar.


Zaida: De acuerdo, ahí estaré a las 1:00 PM si no asisto. Tuve inconvenientes.

Rachid: De acuerdo.

Borro la conversación y soy interrumpida por la puerta, rápidamente dejo el celular en la mesita de noche.

—Ya estoy aquí cariño —Se adentra un Zayd agotado. —El trabajo es más difícil sin ti. Estoy esperando que te recuperes y regreses a la empresa —Toma asiento por el borde de la cama y se desabrocha unos que otros botones de la camisa permitiendo visualizar su abdomen.

—Hmmm si entiendo, nunca en tu vida habrás trabajado tanto —Hago un puchero.

—Oh deja de ser tan dramática —Me toma del brazo y de un movimiento rápido me sienta a su lado abrazándome. —Que si no hubiera trabajado tan duro. Hoy no sería un gran empresario.

Segundo PlatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora