-¿Porque no me dijiste que estas comprometida?. -Frunce el ceño.-No eres nada mio. -Desvío la mirada.
-Amor. -Posa sus manos en mi rostro.
-No me toques. -Advierto. -Y mucho menos me digas amor, que tu y yo no somos nada. -Aclaro.
-¿Que pasa aquí?. -Interrumpe Rachid
Dirijo mi mirada hacia Rachid y agacho la cabeza.
-Pregunte algo. -Nos da un vistazo rápido a los dos.
-No pasa nada, hablábamos de trabajo. -Responde Zayd.
-Si así es, hablamos de trabajo. -Reafirmo.
-Ven Zaida. -Dice con poca confianza.
-Vamos. -Me adelanto y este me sigue.
-¿El es algo tuyo?. -Me sorprendo ante su pregunta.
-Es mi jefe de trabajo. -Digo un tanto seria.
-Me refiero a algo íntimo. -Juega con las manos mientras lo dice.
-¿Tan poca confianza me tienes?. -Fijo mi mirada en la de el.
-No puedo confiar en tus ojos.
-¿A que te refieres?. -Digo desafiante.
-Tus ojos dicen mucho de ti, hablas con todos. Pero confías en pocos. -Sonrío ante su respuesta.
-Tienes razón, pero tu seras mi marido muy pronto. Se supone que deberías de saber como obtener mi confianza.
-¿Como se obtiene?
-Tu sabrás. -Sonrío y lo dejo con la duda.
Me acerco hacia Lamya y esta se despide de sus amistades.
-¿Que paso?. -Dice curiosa.
-Nada, me estaba pidiendo explicaciones y en eso llego Rachid. -Desvío la mirada y saludo a unas invitadas.
-¿Y escucho algo?. -Dice con un tono preocupado.
-No. -Hice una mueca de alivio.
-Uff, que bien -Mira a sus alrededores.
-Luego hablamos. -Le guiño el ojo y salgo al jardín.
Aprecio a la luna y sus amistades las estrellas.
Suspiro hondo y doy un sorbo a mi bebida.
-Te salvaste de mi porque llego tu prometido, ¿pero ahora?. -Me volteo y le regalo una sonrisa. -Ahora si, responde a mi antigua pregunta.
-Ya te dije, no eres nada mio. -Vuelvo a repetir la respuesta.
Camine hacia adelante pero este me detuvo.
-¿Hacia donde vas?..Todavía las cosas no quedan claras. -Me hace voltear y lo miro confundida.
-¿De qué me hablas?. -Doy un sorbo.
-¿Amas a ese chico?. -Me quedo helada ante la pregunta.
-Yo...Si. -Miento. -Espera. -Lo detengo. -Antes que te vallas, también quiero saber algo. -Me dedica una mirada confundida.
-¿Que?.
-¿Te gusta mi hermana Farah?. -Digo con gran dificultad.
-Si, ella me gusta.
Siento como poco a poco se me destroza el corazón, como respirar se me complica y como los sentimientos que tenía hacia el se desvanecen.
Unas cuantas lagrimas empiezan a recorrer ambas mejillas, esas simples palabras no paraban de resonar en mi mente.
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Segundo Plato
RomanceZayd: un hombre poderoso que lastima con palabras y hiere con miradas, muy bueno para los negocios. Sabe amar pero circunstancias del pasado lo hacen ser egocéntrico, egoísta y malo. Zaida: una joven hermosa, con una familia complicada y muchos pr...