Capítulo 37

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Empujaba con fuerza y mi estúpido pene se resbalaba hacia arriba, Camila apretó mis caderas entre sus piernas y me tomó de las muñecas deteniéndome.

—¡Camz, no puedo!, ¡mi pene se resbala! —Dije con desesperación. Ella sonrió mordiéndose el labio inferior y acarició mi mejilla con cariño, tomó mi cara con ambas manos y me llevó directo a sus ojos.

—Tranquila... —Asentí intentando calmarme. Una de sus manos bajó y sujetó mi miembro con fuerza, empezó a acariciarse así misma toda la línea de sus labios con mi pene haciéndome cosquillas, se sentía demasiado rico.

—Camz... —Empecé a empujar de nuevo casi como si fuera automático, quería esar dentro de ella, quería estar dentro de ella ahora.

—L-Lauren espera... —Sentí la punta de mi cabeza entrar y una calidez enorme tocarme. Empujé con más fuerza enterrándome todo lo que podía, ¡maldita sea esto era la gloria!—. ¡L-Lern d-deten...—¡No, no podía!

Me encajé por completo y la escuché gemir mucho más alto, sentía cómo mi miembro era enfundado por sus paredes y no sé que demonios estaba haciendo Camila que cada vez apretaba más mi pene. Sentía que iba a estallar.

—¡Camz... N-no puedo! —Empecé a moverme de manera frenética, no quería parar, quería follarmela hasta morir. Sentí sus uñas clavarse en mi espalda a la vez que aceleraba mis movimientos y eso me excitaba aún más.

—¡L-Lauren me lastim... —Llevé mi lengua a su boca sin permiso alguno, quería hacer lo del camerino de nuevo, quería chupar su lengua como en mi habitación. El agarre de sus piernas de suavizó dejándome entrar y salir con mayor fluidez, podía sentir como empezaba a relajarse con cada penetración. Podía sentir cómo estaba apunto de terminar.

—¡Mhhm... N-no te d-detengas Lern! —Dios voy a terminar—. ¡Fóllame... Ahhhh!

—¡C-Camz... —Ella llevó sus manos a sus pechos amasándolos, metiendo sus pezones entre sus dedos... y esa imagen fue lo que me hizo terminar. Un escolofrio me recorrió todo el cuerpo y sentí mis músculos tensarse. En cuanto pude reaccionar, todas esas sensaciones me jugaron en contra, no había durado nada.

—L-lo siento... —Mis ojos empezaron a aguarse, ¡no podía hacer nada bien!

Sentí las manos de Camila limpiar las lágrimas de mis mejillas y después el cómo me empujaba hacia enfrente. Ese movimiento había echo que se me empezara a poner dura de nuevo, aún no había salido de ella su interior era tan cálido y me apretaba tanto que me ponía al instante. Jesús, acababa de hacerlo con Camila Cabello, acababa de perder mi virginidad. Acababa de perder mi virginidad con Camila.

—Despierta rápido... —Envolvió sus brazos en mi cuello y abrazó mi espalda con sus piernas, sentada sobre mi regazo, con mi miembro encajado. Empezó a mecer las caderas conmigo dentro y en pocos segundos mi pene empezaba a punzar de excitación creciendo dentro de ella. Me tomó de los hombros y me empujó hacia abajo hasta que mi espalda llegó el colchón y mi cabeza a la almohada. Levantó las caderas sacándoselo lentamente y pude sentir lo dura que estaba ahora, Camila me ponía tan rápido, podía sentir lo mucho que necesitaba penetrarla ahora. Tome sus piernas y la llevé abajo de nuevo de golpé. Camila gimió fuerte desde el fondo de su garganda, arqueándose encima mío mienrtras se tocaba uno de sus senos.

—¡C-Camz, m-muévete porfavor! —Chillé. Una sonrisa ladina cruzó en su rostro y empezó a cabalgarme con sus senos rebotando dándome una vista preciosa. Llevó una de mis manos a sus senos y porfin pude tener sus erguidos pezones entre mis dedos apretándolos, podía sentir su humedad escurrirse por mi miembro—. E-estás tan mojada...

Camila mordió su labió inferior con fuerza y empezó a hacer movimientos circulares, mientras se recargaba en mi abdomen. Estaba llevándome al borde y yo no sabía cómo detenerlo. Tomé su cintura con fuerza encajando mis dedos en su piel y meciéndola duro encima. Quería casi partirla. Quería que Camila fuera mía, por lo más ridículo y difícil que sonara. Camila empezó a rebotar sobre mi miembro penetrándose duro.

—¡Dios L-Lauren... fóllame m-más fuerte! —Sentí cómo sus paredes empezaban a estrujarme la polla con fuerza, envolvía tan bien toda mi puta longitud—. ¡Lern! —Levanté a Camila saliendo e introduciéndome de nuevo por completo repetidas veces, mi miembro estaba apunto de estallar de nuevo—. ¡L-Lern v-voy a acabar! —Diablos sí—. Ter-termina dentro de mi Lern... —Sentí un tirón en mos testículos y una última embestida descargué chorros de mi segundo orgasmo en lo más profundo de ella, Camila se arqueó hacia atrás gimoteando y apretándome con fuerza. El silencio invadió la habitación y después de unos cortos segundos los jugos de Camila empaparon mi abdomen y las sábanas.

Mi corazón latía como un enorme tambor. Su pecho y mi pecho subían y bajaban. Aún sostenía debilmente sus piernas y sentía como mi miembro regresaba a su estado de reposo dentro de ella. Gotas de sudor corrían por todo su hermoso cuerpo cuerpo, aún podía ver sus pezones duros. Estaba con el cabello severamente alborotado y la boca entreabierta respirando con dificultad. Se veía perfecta. No podía haber persona más hermosa en este planeta. No podía comparar todo esto con nadie, porque ella no tenía comparación alguna. Quería decírselo. No me importaba qué pasaría después de esto, tenía que decírselo. Necesitaba hacerlo. Camila soltó in pesado suspiro una vez que estuvo más tranquila y acarició mi abdomen con su dedo medio, jugando con mi pequeño hombligo.

—¿Te... Te gustó? —Camila se mordió el labio inferior con las mejillas fuertemente sonrojadas y un mechón de cabello tapando la mitad de uno de sus ojos. Esto es increíble... Que mierda acaba de pasar en mi vida, esto es jodidamente irreal. Y yo sólo quería comérmela a besos.

—Camz... —Busqué sus manos y entrelacé nuestros dedos acariciando sus pulgares con los míos.

Camila miró nuestras manos juntas un momento y después se inclinó hasta poner sus labios sobre los míos, dió otro pequeño beso en mi nariz y finalizó con uno en mi frente. Había tomado una desición. Definitivamente se lo diría, sin importar que me quisiese lejos después.

Apreté el agarre de nuestras manos con fuerza y miedo, no quería que jamás se fuera, no quería que jamás me abandonara, si ella me dejara por esto me partiría el corazón en millones de pedazos. Si ella me dejara sin importar el motivo sería como triturar mi corazón, no podían quitarme algo así después de darme algo tan extraerdinario, no era justo. Sus ojos se conectaron con los míos de esa manera tan especial que sólo ella me hacía sentir y todos mis miedos se desaparecieron como si nunca hubiesen existido. Era ahora.

—Te amo.

Privilegios IlegalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora