Estaba abrazada a mi enorme oso, llorando desconsoladamente y casi gritando. Todo se había arruinado. No quería que Camila me dejara, ella era lo único que me hacía sentir feliz ahora, se había convertido en mi felicidad por completo.
—Lauren todo va estar bien... —Su mano acarició mi brazo pero de inmediato lo aparté de un manotazo.
—¡Eso no es cierto!
—Lau-
—¡¡Ella me va a odiar, yo me odio!! —Chillé.
—Lauren, ¿podrías tranquilizarte porfavor?, estoy segura de que Camila hará algo, no va a dejarte así...
—¡Va a terminar conmigo, eso es lo que va a hacer!, ¡toda puta Miami sabe que tengo...!
—Lauren tranqui-
—¡NO! —Empujé a Normani y corrí al baño encerrándome. Creo que fue lo peor que pude hacer porque las paredes del baño estaban cerrándose. Me coloqué en una esquina y me abracé a mis piernas mientras gruesas lágrimas caían por mis mejillas. Los toques en la puerta taladraban mis oídos como si fueran martillos.
—Lauren porfavor sal de ahí.
Mis ojos vagaban por toda la habitación mientras mis oídos se cerraban. Era como si casi no pudiera escuchar nada y la voz de Normani se hacía cada vez más débil.
—Voy a llamar a tu madre, porfavor no hagas nada estúpido.
Mis ojos se fijaron en el objeto que arreglaría todos mis problemas. Me levanté del piso sosteniéndome de la pared que tenía detrás de mi y dí unos pasos hacia enfrente. Tomé las enormes tijeras de entre todos los otros productos que se encontraban en la encimera.
Seguro si ya no tenía esto Camila ya no tendría más problemas por mi culpa, yo ya no tendría problemas por su culpa... Todo estaría bien. Sonreí mientras bajaba la cremallera de mi pantalón, lo desabotoné y bajé mi bóxer lo suficiente para sacar mi miembro.
—Camila no te quiere. Yo tampoco ya no te quiero.
Lo sostuve con mis manos mientras lo miraba. Recuerdos cruzaban mi cabeza ahora. Camila cruzaba mi cabeza ahora. Todos los momentos que había vivido con ella y los malos momentos también.
—Todo es tu culpa.
Respiré hondo.
—Te odio.
El sonido de las cuchillas despegarse fue música para mis oídos. Todo se solucionaría y Camila estaría conmigo.
Tragué saliva al sentir el frío metal tocar mi piel.
POV Camila
—¿Cami?
—Hola mamá. —Saludé.
—Hola mija, ¿cómo estás?, ¿qué andas haciendo?
—Estoy muy bien mamá... —Mentí—. ¿Cómo están ustedes por allá?
—Extrañándote hija. Te hubieras venido pa' ca.
—También los extraño... Pero tengo mucho trabajo, ya sabes.
—Lo sé mi niña, sé que siempre estás muy ocupada. Pero deberías darte unas vacaciones.
—Oye... Mamá —Hubo una pausa—. Cuando regresen de México, ¿podrían venir directo a Miami?
—¿Porqué?, ¿pasó algo?
—Tengo... Tengo que hablar con ustedes. —Mierda, me estaba poniendo demasiado nerviosa.
—Me estás poniendo nerviosa Karla...
—Mamá te necesito. —Sollocé—. Te necesito mamá, estoy muy asustada. —Necesitaba sus cálidos brazos rodeándome y diciéndome que todo estaría bien, necesitaba a mi madre conmigo, poco más de un mes que no estaba con ella y ella me cuidaba de todo.
—Voy a tomar el primer vuelo a Miami, estate tranquila. Camila, no vayas a hacer ninguna pendejada porfavor. Te quiero mucho mi amor.
Colgué el teléfono y tallé mis ojos intentando quitar mis lágrimas. Me acosté en el sofá y me abracé a mi misma mirando el techo intentando calmarme. Extrañaba a Lauren... Ella siempre hacía que me olvidara de todo. Quería tenerla aquí conmigo y que me hiciera sentir como si todo el mundo no existiera. Quería llamarla. Tomé mi celular de nuevo y marqué su número, debatiendo internamente en si llamarla o no... Esperaba que ella no se hubiera enterado de nada, dios quería protegerla de todo.
Esperaba que Roger arreglara todo... Roger.
Se había comportado tan extraño... Nunca me gritó desesperado por no saber qué hacer, no me insitió, no me dió una plática moral que interara cambiar mi opinión. No me juzgó. Simplemente se fue... No entendía su actitud, algo no cuadraba bien con todo esto y me estaba asustando.
Fruncí el ceño al escuchar la puerta de la entrada. Me levanté del sillón, caminé hasta la entrada y abrí la puerta.
—¿H... Hola? —Pregunté confusa. La niña castaña de anteojos se llevó las manos a la boca y me abrazó con fuerza.
—De verdad vives aquí... —Me percaté de que Roger no había tenido la descencia de cerrar el portón—. Te sigo desde TXF Camila.
—¿Cómo sabes que vivo aquí? —Pregunté paciente. No quería sonar grosera, aunque estaba un poco molesta porque estaban empezando a invadir mi privacidad, pero lo que menos quería ahora eran más problemas, además... Era una niña, no podía hacer algo así.
—Oh, lo siento —Se aparto—. Espero que no te moleste que... Que haya venido. Mhmm... Bueno creí que ya lo sabías.
—¿De qué hablas? —La pequeña titubeó un poco. No le creía que pasara de 12 años, de verdad se veía muy joven—. ¿Cómo te llamas?
—Sam...
—Bueno Sam... Prometo que no me enojaré, y mucho menos contigo, ¿sí? —Acaricié su brazo intentando recofortarla. Era muy joven y la entendía, tampoco quería asustarlaz
—Tu dirección está filtrado por todo twitter.
—¿Qué?
POV Roger
Estaba muy nervioso. Sobre mi asiento esperando. No podía creer lo que estaba apunto de hacer, pero era esto o estaba acabado. Tengo mi propia familia y tengo que cuidarla. Además... No está bien. Sí, no estaba bien. Yo estaba haciendo lo correcto.
Tal vez iba a perjudicarla pero independientemente de qué pasara después yo estaba haciendo lo correcto. Si no hacía algo pronto, yo también me embarraría de mierda las manos cuando yo no tengo nada que ver, no quería pagar platos rotos ajenos, yo le dí la maldita elección y ella no quiso hacerlo. Ya no podía ayudarla después de lo que pasó y temía que el hecho de que haya vomitado no hubiera sido por sus ataques de ansiedad. Porque si no era así, entonces no podría ocultar absolutamente nada. Ella tampoco me había ayudado, ¿¡cómo mierda iba a protegerla así!?—Sr. Gold. —Mi mirada fue hacia arriba, encontrándome con el Ejecutivo de la Reid. Antonio tenía su mano frente a mi esperando que la estrechara mientras una enorme sonrisa se plasmaba en su cara.
Ya no había vuelta atrás.
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Privilegios Ilegales
FanfictionUna relación bajo el ojo público siendo un artísta internacional nunca es fácil, menos con un contrato. Menos cuando es una relación homosexual. Menos cuando es con tu propio fan. Menos cuando es con una menor de edad. Y mucho menos cuando se ocu...