Epílogo P.1

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Estaba saliendo del trabajo, caminaba por el estacionamiento con mi uniforme negro, un pantalón pegado pero un poco holgado en la parte de arriba, una camisa blanca de botones abierta hasta el pecho y una chaqueta de manga larga encima. Iría a comprar un poco de comida china más tarde, más específicamente, pollo con mermelada de piña y arroz cantonés, mi estómago rugía de tan sólo imaginármelo.

Conducí hasta el restaurante, pedí aquello que llevaría de comer, salí y conducí hasta una tienda cerca de la casa de mi madre para comprar algunas bebidas. Veía las diferentes variedades en la sección de alimentos chatarra, y estaba segura de que le encantarían. Además no podía quejarme de su comportamiento, él siempre había sido muy obediente desde el principio. Tomé unos chocolates y luego fuí por una gran coca-cola, caminé hasta la caja, pagué y subí de nuevo al auto.

Por alguna razón me encontraba bastante ansiosa... Y no era para menos, ¿quién no lo estaría si estuviera en mi situación?, dos meses de trabajo habían por fin dado sus frutos. Había puesto todo mi empeño y había logrado mi objetivo acortando el tiempo de mis estudios gracias a mis extraordinariaa calificaciones. Sabía que posiblemente las cosas no serían como lo esparaba, pero tenía la suficiente madurez como para aceptarlo. Aún así todo esto había valido definitivamente la pena.

Hoy sería un día increíble.

Me bajé de mi auto con las bolsas colgando de mis brazos, entré a la casa y dejé los alimentos en la barra. Mis tacones de plataforma rezonaban contra el suelo mientras caminaba hasta la cocina, encontrándome con mi madre, sosteniendo lo que más amaba antre sus brazos.

—¡Pollito! —Grité de emoción.


POV Camila

Me dejé caer sobre mi litera y saqué un tramo de fotografías de por debajo de mi cama. Me acosté boca abajo y empecé a ver una por una. Observé con más atenció una fotografía de mi padre y yo juntos cuando era una niña.

Me hubiera gustado que las cosas terminaran mejor con él

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Me hubiera gustado que las cosas terminaran mejor con él... Pero no me arrepentía de lo que había echo. Tal vez había alargado mi sentencia unos años más, pero había alargado también mi tiempo de vida y el de mi bebé. Desde que entré aquí me prometí a mi misma que protegería el nacimiento de mi hijo sin importar qué consecuencias tuviera. Y a la perra de Ashley Nicolette se lo había dejado muy en claro... A todas se los había dejado claro. Alargué mi sentencia 6 años por intento de homicidio y había perdido totalmente la noción del tiempo al igual que la importancia que tenía el mundo fuera de aquí. Pero después de tres años con un historial de buen comportamiento mi sentencia de 12 años se redujo a 10z Había prohibido las visitas desde que Cameron nació. Era la última vez que había visto a Lauren, a Dinah, a mi madre, a papá, a Sofía. Según mis cálculos y cuentas llevaba aproximadente pasado de cuatro años  en esta pocilga, viendo cada lunes por la mañana las fotos que conservaba bajo mi cama. Mi familia me daba esperanza para seguir, me preguntaba todos los días cómo estaban... Sofía debía ser toda una preciosa señorita. Sabía que pronto cumpliría quince años y daría lo que fuera para acompañarla.

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