Privilegios Ilegales

Capítulo 58

Forcé la vista intentando ver un poco más allá, hasta que divisé entre los autos a mi madre hablando con un oficial. Jodida mierda. Camila miraba la escena confundida. Si ella se enteraba de que le había mentido tal vez nunca querría saber nada de mí, y yo no iba a permitir eso de ninguna manera.

—M-Mejor vámonos Camz... —Rogué con nerviosismo.

—¿Qué?, claro que no Lauren, ¿y si pasó algo con tu familia?, bájate. —Mierda, mierda, mierda.

—¿P-Pero y mis padres?

—Me disculparé con ellos por traerte a esta hora, ahora baja.

Camila bajó del auto con las manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero acercándose a los oficiales, dejándome atrás. No, tenía que detenerla, posiblemente me iba a matar pero no lo haría enfrente de la policía. De inmediato bajé y fuí tras ella intentando alcanzarla.

—¡Camz tengo que decirte alg-

Unos brazos me rodearon con fuerza el cuerpo deteniéndome.

—¡HIJA AQUÍ ESTÁS! —Mi madre empezó a repartir besos por toda mi cara con desesperación—. ¿¡DÓNDE MIERDA ESTABAS!?

—Y-yo... —Mi madre dejó se abrazarme y me sujetó de las mejillas para verme directo a los ojos. Podía notar sus grandes ojeras y sus ojos rojos. Un enorme sentimiento de culpa se estaba apoderando de mí.

—¿No te pasó nada?, ¿estás bien mamita? —Mi madre volvió a abrazarme—. Estaba tan preocupada de que te hubiera pasado algo...

—No mamá estoy bien...

—¿¡Dónde te habías metido Lauren!?

—Y-Yo solo estaba-

—¡No! —Me giré hacia atrás y ví cómo subían a Camila dentro de uno de los autos. Mi corazón se congeló y unos terribles nervios cayeron sobre mi estómago—. ¡L-le estoy diciendo que es un malentendido! —Camila logró safarse de su agarre y yo me aparté de mi madre intentando llegar a ella.

—Camz...

—¡Diles Lauren, diles que tus padres te habían dado permiso! —Enmudecí. Yo... Yo jamás había echo eso. Yo nunca le había pedido permiso a mis padres—. ¿Lauren...?

—Camz yo no... —Camila no protestó cuando la sujetaron de nuevo. Mis ojos estaban repletos de cristales aguosos. Camila ni siquiera se movió. Su cara era un completo shock mientras cedía a las manos de ese estúpido policia dentro del auto.

Todo esto era mi culpa.

Yo había ocasionado toda esta mierda.

¡TODO ESTO ERA MI PUTA CULPA!

—No se preocupe, sólo tendrá que ir a declarar, la señorita que venía con su hija... —El estúpido hombre frente a mi me sacó de mis pensamientos.

—¡HIJO DE PUTA!

—¡Lauren! —Mi madre me sujetó con fuerza de la cintura después del primer puñetazo.

11:34 a.m.

Estaba sentada en el sillón con la mejilla ardiendo gracias a la cachetada de mamá. Mi madre me miraba desde el otro asiento con seriedad. A las 12 tendría que ir a declarar a la delegación e informarse bien sobre la situación. Después de mi ataque de ira mi mamá tuvo que controlarse y no tuvo tiempo de hablar asique fue citada. La puerta principal de la casa se abrió cegándome con la luz del día.