Epílogo P.2 <Final>

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Recordé.

Recordé su cabello largo y castaño. Recordé sus gruesos labios. Recordé sus mejillas sonrosadas. Sus medianos pechos. Sus cejas gruesas y tupidas... Una imágen de ella sonriendo cuando nos encontrábamos en su habitación, se plasmó en mi cabeza. Un recuerdo de hace más de cuatro años se proyectó en mi cabeza como si hubiera ocurrido hace algunas horas.

 Un recuerdo de hace más de cuatro años se proyectó en mi cabeza como si hubiera ocurrido hace algunas horas

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¿Era ella?, ¿podía ser ella?, mierda, ¡por supuesto que podía ser ella!, pero... ¿Qué hacía aquí?

Su cabello ya no era castaño, ahora era negro azabache, su piel ya no se encontraba un poco bronceada como antes, ahora se veía más blanca, sus cejas estaban un poco más alargadas pero igual de gruesas. Pero sus ojos... Sus ojos seguían siendo el mismo verde esmeralda que me había atraído como un imán desde el primer momento. Me encontraba embobada, pérdida en cada facción de la distraída mujer que tenía enfrente, mirando la luz que entraba por la puerta principal. Sentí que nuestros ojos se conectaron en menos de un milisegundo y aparté la mirada lo más rápido que pude.

Mis ojos vagaban por el suelo buscando algo inexistente, ¿cómo aquella niña había logrado ponerme tan ansiosa?. Oh... Tal vez era porque ella ya no es una niña. Mis nervios empezaron a crecer a la par que sus pasos avanzaban, escuchándose más fuertes contra el piso. Venía hacia mí, lo sabía, Lauren venía hacia mi y yo-

—Camz.


04:34 p.m.

—... Y entonces Juana robó un panqué el día de de San Valentín porque Cameron se comió el suyo. —Conté divertida en el auto. Lauren comenzó a reír como si fuera lo más gracioso del mundo—. Fue realemente divertido porque la llevaron a aislamiento sólo por eso... En otra ocasión Juana entró a mi habitación y me encontró mas... —Llevé mis manos a mi boca de inmediato. ¿Qué estaba a punto de contar?

—¿Hu'ana te encontró... Que'? —Preguntó mientras conducía. Por dios, su voz había cambiado bastante, tenía la voz más profunda y muchísimo más ronca. Creo que era la frase más larga que había dicho desde que nos volvimos a ver.

—N-Nada... —Contesté avergonzada—. ¿Y... Qué fue de ti? —Dije fijando mis ojos en ella. Sé que no había salido a la calle desde hace más de cuatro años pero juraría que no había cosa más atractiva que Lauren detrás del volante.

—Estudié derecho. —Mi cerebro hizo un cortocircuito cuando la escuché.

—¿Derecho?... —Ella había estudiado leyes justo como me había dicho aquella vez en el estudio de grabación—. ¿Tú...? —No, no tenía nada que ver, el hecho de que ella hubiese estudiado leyes no... Mierda porqué me sentía tan pequeña a su lado ahora—. Nada, olvídalo. —Su preciosa risa de fondo alteró cada uno de mis sentidos.

Privilegios IlegalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora