Capítulo 74

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—Gracias. —Susurré mientras me despedía de Rob en la entrada de la habitación que compartiría con Lauren.

Todo había salido de maravilla. Nadie nos había reconocido, posiblemente no podríamos salir de aquí, a la piscina y posiblemente hasta la comida tendríamos que comerla aquí pero no me importaba mucho, me bastaba con pasar el día a su lado. Y estoy segura de que a ella también.

—¿Papá escogió mi ropa? —Preguntó mientras extendía una de sus prendas.

—Sí, ¿porqué?

—Camz no combina nada. —Hizo una cara de cachorrito decepcionado.

—No vamos a salir de aquí asique no importa Lauren... Te compré algo.

—¿A mí? —Dejé las maletas en el piso y abrí la más pequeña. Lauren me observaba desde su lugar. Saqué dos pijamas de la pequeña maleta, caminé hasta ella de nuevo y le extendí la pijama rosada.

—Póntelo. —Dije con una sonrisa. Ella tomó la pijama y sus ojos se fijaron en los míos.

—¿A-Ahora? —Asentí. Lauren asintió y empezó a sacarse la ropa. Yo también lo hice. Terminamos entre risas colocándonos los pijamas.

—Eres un hermoso unicornio.

—Y tú un precioso dragón.

Nuestras miradas estaban conectadas y había una enorme sonrisa en mi cara, pero no era tan grande como la suya. Amaba a Lauren Jauregui. Me sentía como una estúpida adolescente de su edad, pero no podía evitarlo, quería escaparme de casa y hacer cosas malas con su mano sujetando fuertemente la mía, quería vivir todas mis experiencias a su lado y que creciéramos juntas. Por un momento quería dejar todo lo que tenía y que tanto me había costado y tener su edad para estar con ella. Si tan solo las situaciones hubieran sido tan diferentes.

Enredé mis brazos en su cuello y me acerqué a sus labios sin dejar mi sonrisa de lado.

—No quiero irme...

—¿Irte? —Me sentía asustada, con Lauren siempre me sentía feliz, pero tan insegura al mismo tiempo—. Camz-

Decidí terminar la conversación besándola, estaba aquí para estar feliz con ella y no para pensar en estúpidos problemas. Sus manos sujetaron con fuerza mis caderas mientras succionaba su labio inferior.

—T-te amo. —Susurró sobre mis labios. No pude evitar sonreír.

—Es la primera vez que no me agarras el trasero cuando nos besamos. —Sonreí.

—E-Es que quiero dejar de querer tocarte todo el tiempo, porque... Quiero... Quiero respetarte Camz. —Mordí mi labio inferior mientras observaba las sonrojadas mejillas de la ojiverde.

—Lo haces... Además me gusta que me toques... —Lauren sonrió tímida, sus mejillas iban a explotar por mi culpa—. ¿Quieres comer algo? —Pregunté.

—Claro. Quiero poll-

—Porfavor no digas pollito —Lauren frunció el ceño. Negué repetidas veces con la cabeza sonriendo—. Pediré fruta...

Quería que mi hijo creciera fuerte.

09:57 p.m.

Mordí la mitad de la fresa que Lauren sostenía con sus dientes. Habíamoa estado compartiendo todo tipo de frutas desde la comida. Aunque había pedido dos veces más la misma orden. Ya saben, Cameron comía demasiado... Me gustaba ese nombre porque no importaba si era niña o niño, igual podría usarlo en cualquiera.

Habíamos pasado las últimas 3 horas viendo televisión, comiendo y hablando de cosas triviales... cada fin de conversación terminaba en con "te amo" por parte de ella y con besos por parte de mía. Le dije que había pausado mi música por un tiempo, que mamá ya sabía sobre nuestra relación, que quería llevar esto a otro nivel, y después de todo lo que había pasado la llamé "la mejor novia que pude haber pedido". A veces sentía que la de quince años era yo cuando estaba con ella.

—Estoy llena... —Lauren se recostó en su asiento y sobó su barriga.

—¿Puedo comerme tu parte?

—Claro Camz... Pero, ¿no crees que estás comiendo demasiado? —Me atraganté con el plátano.

—C-Claro que no... Yo ehm... Yo... Es sólo que necesito energía.

—¿Ah sí?, ¿y para qué?

—P-Pues... Pues para... Para... —Una magnífica idea cruzó por mi cabeza—. Para ti Lern.

—¿P-Para mí? —Me levanté de la cama y bajé el cierre lentamente de mi pijama. Lauren se recargó en el soporte y escuché su garganta tragar mientras sus órbitas verdes me desnudaban. Terminé de llevarlo hacia abajo y dejé al descubierto mi abdomen posicionando mis manos sobre mis caderas.

—Ven aquí...

—C-Camz y-yo no... —Mis ojos cayeron sobre su creciente erección. Siendo sincera no tenía ganas de hacerlo ahora pero tenía que desviar toda su atención... Además si lo hacíamos tendría otro pretexto para volver a comer.

Muchas veces.

—¿No puedo tener ganas de querer hacerlo con mi novia? —Aquellas palabras fueron el punto fuerte para que Lauren se acercara.

Sus pies tocaron el piso mientras se trasero seguía sobre el colchón, sentada en el borde de la cama.

—Quítamelo... —Sentí la yema de sus dedos acariciar mis hombros mientras la tela iba hacia abajo... En ese instante todo lo que había dicho hace un momento se fue a la basura. Aquel roce me había erizado cada poro de la piel y había enviado una corriente eléctrica directo a mis pezones—. Párate... —Susurré mientras los ojos de Lauren se perdían en mis pechos aún cubiertos por un sostén blanco.

Podía notar lo dura que estaba ahora gracias a la fina tela del pijama. Lauren se levantó frente a mi y mis manos fueron directo al cierre de su ropa para poco después desaparecer. Lauren de encontraba escondida en mi cuello mientras deslizaba las mangas de sus brazos, su respiración se agitaba con facilidad cada vez que la tocaba.

—¡L-Lern...! —Tendría un enorme moretón en los hombros gracias a sus fuertes dientes. Pero ahora mismo quería que su boca dejara moretones por todo mi cuerpo.

—Camz... —Las caderas de Lauren empezaban a mecerse hacia enfrente repegándome su erección. Mi bebé se había contenido todo este tiempo como para detenerla.

Me alejé de ella y gateé por la cama con el pijama casi fuera, colgando de mi cintura.

—Termina Lern... —Sentí la cama hundirse cuando sus rodillas se colocaron a los lados de mis piernas, y la piel de mi trasero quedó libre—. Tócame...

—N-No. —¿Qué?

—Pero La...—Sus gruesos labios se sellaron con los míos cuando estaba girándome boca arriba.

Enredé mis piernas en su cintura y una de sus manos se entrelazaba con la mía mientras el beso se intensificaba. Mi corazón era un terremoto sobre mi pecho ahora, intentaba contenerme como ella estaba haciéndolo conmigo pero su erección chocando contra mi centro no me ayudaba para nada.

Nuestros labios se separaron, su cabeza terminó escondiéndose sobre mi cuello y sus abrazos rodeándome la cintura.

—Hazme el amor Lauren.

Privilegios IlegalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora