Capítulo 57

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Mi corazón palpitaba con entusiasmo, no podía creerlo. Tenía a Lana del Rey un 14 de febrero casi tocándole los pies.
¡TENÍA A ELIZABETH WOOLRIDGE FRENTE A MI, Y TENÍA A CAMILA CABELLO A UN LADO!

No sabía cómo Camila había conseguido boletos y asientos en primera fila pero lo había echo y yo estaba muy feliz. Si The 1975 estuviera aquí, ya nadie me volvía a ver en su vida porque me les muero.

Elizabeth dejó el micrófono en su lugar cuando terminó High by the Beach. Regresó dentro del escenario y tomó agua. No había visto a nadie tomar agua tan perfectamente, la puta madre Lana era hermosa. Ella dejó su botella en el piso y regresó por el micrófono.

Terrence loves you. —Fue lo único que dijo y la música empezó a sonar.

Amaba esta canción.
Aunque fuera triste me encantaba.

Me giré hacia Camila y la vi atenta al escenario. Tenía un precioso perfil. Distintas viñetas iluminaban sus pómulos, sus mejillas... Su naríz. Sus rosados labios. Esta canción me hacía sentir así. Me hacía sentir que era exactamente mi situación con Camila, tal vez no se una manera física... Pero si emocional y me asustaba, tenía miedo. Mucho miedo. No quería perderla, no quería que desapareciese nunca de mi vida.

Me acerqué poco a poco a su cara mientras la canción continuaba hasta estampar mis labios con su mejilla.

—Jamás quiero que te vayas. —Susurré.

10:46 p.m.

—¿¡Viste lo hermosa que se veía!?, ¡dios su voz es tan... No puede creer que hubieran personas dormidas. —Camila rió.

—Me alegra que te haya gustado Laur. —Ambas porfin habíamos llegado al auto.

—Fue increíble todo... Gracias Camz... De verdad. —Camila sujetó mi cabeza y besó mi coronilla.

—Vamos... Sube al auto, te llevaré a casa. —Asentí y subí. No quería irme aún... No quería apartarme de ella, aún era 14 de febrero y ni siquiera nos habíamos besado tanto.

Camila subió al auto y empezó a buscar sus llaves. Supongo que sí me llevaría a casa. Suspiré.

—¿Pasa algo?

—No... No es nada.

—Lauren... —Camila sujetó mi mentón y me hizo verla—. Sabes que puedes decírmelo, ¿verdad?

—Sí... —Ella se detuvo pero no hablé. Me daba vergüenza pedirle este tipo de cosas.

—Ve atrás. —Una sonrisa se plasmó en mi cara. Nos íbamos a besar, ¡sí!

Sin chistar me pasé al asiento trasero, Camila me siguió y se colocó a mi lado.

—¿Querías esto verdad? —Mi sonrisa debía ser demasiado obvia.

—S-Sí.

—Yo también lo quería... —Y sin más, su boca tomó mis labios en un movimiento lento. Tenía los ojos entrecerrados, me encantaba besarla pero me encantaba verla también... No sabía si entregarme al beso por completo o seguir contemplándola. Su lengua entró en mi boca dándole una corriente eléctrica a todo mi cuerpo. El sonido de nuestras bocas en movimiento estaba desquiciándome. Me encantaba, no podía evitarlo, se me iba a parar... —Sentí sus labios alejarse pero aún sobre los míos. Nuestras respiraciones eran irregulares y era lo único que se escuchaba.

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