Capítulo 41

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—¡¡WUUUUHH!!, ¿¡OÍSTE ESO PAPÁ!?, ¡¡ME AMA!! —Aventé el teléfono contra el soporte y corrí hasta mi padre brincándole encima—. ¿¡ESCUCHASTE PAPÁ!?, ¡¡DIJO QUE ME AMA!!

—¿Quién hija, quién? —Papá me sostenía como podía intentando no caerse.

—¡¡CAMILA PAPÁ!!, ¡¡CAMILA ME LO DIJO!!

—¿Qué Camila?

—¡¡CAMILA CABELLO!! —Papá me abrazó más fuerte.

—Me alegra muchísimo mi niña... A mi nunca me han contestado mis tweets las Kardashian. —DIOS MI PAPÁ ERA UN RETRASADO CÓMO LO AMABA.

—Iré a-a... A... ¡Debo limpiar mi habitación! —Dije mientras salía de su agarre y corría escaleras arriba.

—¡Espero que Camila te ame más seguido! —Reí al escuchar eso.

Yo también lo esperaba.

08:45 p.m.

—¡¡ES ELLA!! —El puto timbre acababa de sonar, ¡Camila había llegado!

Me levanté de la mesa y corrí a la puerta, esperaba no haberme despeinado en esos 7 segundos.

—Hola Lauren.

Jesús.

Camila se veía... Camila se veía preciosa. No, más que preciosa. Tenía unos pantalones rasgados blancos y croptop hasta el cuello que se dividía con una línea en el abdomen, blanco también. Unas zapatillas color piel, una chaqueta azul marina y cargaba una gran bolsa en su hombro... ¿Habrá salido antes?, no... No lo creo, no lo haría. Deja tus estúpidos celos.

—¿Me invitas a pasar?

—Oh... Claro. Pasa —Camila entró por la puerta sonriéndome. Sentía que tenía que decir algo. La guié junto conmigo hasta donde se encontraba papá. Mierda estaba nerviosa... ¿Qué se hacía o decía cuando le presentabas a tu nosotras a tus padres?

—Papá, llegó a quien invité.

—Oh, hola cariño. —Dijo mi padre sin prestar una pizca de atención. Él estaba concentrado en su revista y su pollo.

—Papá... —Dije a regañadientes. Estúpido panzón voltea.

—¿Mjum?

—Ella es Camila...

—Hola Camila. —PERO VOLTEA.

—Cabello... Camila CABELLO.

—Un gusto Camila Cabello. —Este hombre era imposible.

—Un gusto señor Jauregui.

—Cariño dime Mike... —PORFIN, SE ESTÁ VOLTEANDO, SE VOLTEA—. ¿Cabello... di...jiste? —Sus ojos se abrieron como nunca antes en su vida. Se giró a ver su revista y luego a Camila, regreso a la revista y volvió a Camila nuevamente. Lo hizo unas 5 veces más—. ¡OH POR DIOS! —La alita de pollo de mi papá salió volando y Camila comenzó a reír—. ¡Lauren trae la cámara!

—Papá pero-

—¡LA CÁMARA LAUREN! —Rápido corrí a su habitación y tomé la cámara familiar.

Privilegios IlegalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora