Capítulo 029

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— ¿Tengo que presentarme como tú novia o lo harás tú por mí? — Pregunté antes de tocar la puerta.

— Ya te he dicho mil veces que lo haré por ti, pero si no tocas ahora te juro que te dejaré hacerlo tú sola — Dijo James ya cansado.

— Esta bien — Suspiré y toqué la puerta, de inmediato el señor Potter abrió la puerta.

— Por fin abriste la puerta, tienen medio siglo... — No pudo terminar ya que la señora Potter le había dado un golpe con un trapo en la cabeza.

— Cállate Fleamont, hola Lis ¿Cómo estás? James nos a dicho que venías, pasa pasa — Dijo haciéndose a un lado.

— Gracias señora Potter.

Entré en la casa que muchas veces había visitado. La decoración seguía igual que siempre, acogedora y familiar.

— Siéntense, ¿Quieren tarta de calabaza? — Preguntó luego de que nos sentáramos.

— Yo si quiero un poco — Dijo James.

— Yo también — Dije un poco nerviosa, de hecho la primera vez que los conocí no estaba tan nerviosa como ahora.

— ¿Y los demás chicos? Pensé que también vendrían, siempre andan juntos — Dijo el señor Potter sentándose al frente de nosotros dos.

James acomodó un poco sus lentes y luego le sonrió a su padre.

— De hecho, hoy veníamos a decirle algo importante solo nosotros dos.

— ¿Qué es?

— Espera a que llegue mamá.

Sin que el señor Potter se diera cuenta, James tomó mi mano haciendo que me relajara un poco.

— Tengan chicos — Dijo la señora Potter.

Tomé la cuchara que me tendía y solté la mano de James para tomar el plato.

— Pues... ¡Lis tiene que decirles algo! — Dijo James.

— ¡Potter!

— Está bien, esta bien. Bueno... Serán abuelos — Dijo James sonriendo y tomando mi mano.

— ¿¡QUÉ!? — Gritaron los señores Potter al mismo tiempo.

— ¡JAMES CHARLUS POTTER! ¡COMO PUEDES SER TAN IRRESPONDABLE! ¡YO NO...

— ¡Señora Potter, eso es mentira! — Dije rápidamente dándole unos golpes a James — ¡Este estúpido de mi novio lo dijo para sacarme de quicio!

— ¿Novios? — Preguntó La señora Potter más calmada.

— Sip, esa era la noticia — Dije haciendo énfasis en la palabra noticia.

— Entonces caíste en la redada de la maldición Potter — Dijo Fleamont hacia James.

— ¿La maldición Potter? — Pregunté.

— Cada uno de los Potters a caído en el encanto de una pelirroja, nosotros le hemos llamado la maldición de los Potter.

— Supongo que si he caído — Dijo James sonriendo — O como lo digo yo, he sido contagiado de la fiebre Evans.

Una quinta ¿Merodeadora? (1) (Trilogía Generaciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora