Capítulo 034

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— Lo siento Lis, pero estás expulsada de Hogwarts el colegio de magia y hechicería.

— ¡¿QUÉ?! Profesora usted no puede hacer eso... ¡Hogwarts es mi hogar! ¡Yo...

— Lo siento Lis, pero la severidad de tus actos solo me dan otra opción.

6 horas antes...

— ¡Vamos Lis! ¡Tenemos que hacer esta broma a Quejicus!

— ¡Que no haré esa broma a Quejicus! — Dije molesta hacia Sirius.

— Está bien, no la hagas — Dijo Sirius cruzándose de brazos y bufando.

— ¿Tú también te pondrás así? James tiene todo el día de ayer ignorándome y el único que me habla es Remus. ¿Qué es lo que hice? — Dije pero Sirius solo dio media vuelta y se fue.

Yo, molesta, me volteé y salí de la habitación para hablar con mi conciencia: Lily.

— Lily, ¿Podemos hablar? — Pregunté acercándome a ella, la cual estaba sentada sobre la grama y recostada sobre un árbol leyendo un libro.

— Claro — Dijo dándome una sonrisa.

Me senté a su lado y le conté lo que pasaba. James tiene todo el día de hoy y ayer ignorándome, Sirius también y Peter... Peter desapareció de la faz de la tierra. Remus me habla pero no me quiere contar que es lo que sucede.

— A mí me parece que tienes que hablar con James — Dijo Lily.

— Yo... no te he contado pero James me pidió que nos casaramos después de Hogwarts en mi cumpleaños — Dije bajando la voz, pero desvíe mi mirada a mi camisa, la misma que llevaba ayer.

Esperen... ¿Que es eso negro que tengo en mi camisa?

Lo tomé y Lily me lo quito de la mano.

— Es un micrófono rastreador... Lis, alguien te puso un micrófono para escuchar todo lo que dices y donde estás — Dijo Lily.

¡Maldito James! Tengo que ir a buscarlo.

— ¡Maldito James! — Dije levantándome y yendo hacia el castillo — ¡Gracias Lily!

Llegué al castillo y lo primero que hice fue ir a la biblioteca por Remus.

Entré y grité como siempre su nombre, no contestó. Me puse a buscarlo y pregunté a varias personas. Nadie lo había visto.

Salí de la biblioteca y fui hacia la sala común, no estaban. Fui a su habitación y tampoco. Fui al Gran Comedor y tampoco estaban.

Me dirigí hacia el ACCCL y tampoco estaban.

Solo me queda una opción, el sauce boxeador.

Me dirigí hacia allá y no los vi a ellos. Pero si a Quejicus dirigiéndose al Sauce.

— ¡SEVERUS NO! — Grité, pero ya era demasiado tarde, una rama lo había golpeado en el estómago y tirado demasiado lejos.

Me acerqué a él y lo tomé por los hombros.

— ¡Sev! — Dije — ¿Por qué has hecho eso? ¿Fue Sirius? — Pregunté molesta, el asintió.

Una quinta ¿Merodeadora? (1) (Trilogía Generaciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora