Una quinta ¿Merodeadora? (1) (Trilogía Generaciones)

Capítulo 052

Lis' POV

Desperté algo incomoda por haber dormido en el mueble.

Pero no le pare mucho y'a que tuve que ir corriendo al baño a vomitar.

Al parecer ya James estaba despierto ya que no lo había visto en la cama.

Cuando llegué al baño sentí como James entró y tomó mi cabello en una cometa para que no me ensuciara.

— Lis... creo que tendremos que ir al médico haber que te sucede — Dijo justo después de que me cepillara los dientes.

Suspiré y negué con la cabeza. Creo que es hora de decirle.

— Creo que deberíamos ir a la farmacia muggle por unas pruebas...

— ¿Pruebas de qué? — Preguntó James frunciendo el ceño.

— James... yo creo que... creo que estoy embarazada — Dije soltándolo de golpe y mirando al suelo sin verlo a los ojos.

No respondió nada, haciendo que mis ojos se aguaran un poco.

— ¿Me estás diciendo que podría ser padre? — Preguntó y yo asentí para luego sentir como me tomaba por la cintura y me alzaba mientras me daba una vuelta en el aire.

— ¡James! ¡Bájame! — Dije riendo.

Cuando me bajó me besó para luego cargarme como una princesa y llevarme al cuarto para que me cambiara.

— Te veo abajo en diez minutos, iremos por esas pruebas ya — Dijo para luego bajar a lo que yo supongo es hacer el desayuno.

Me encogí de hombros y sonreí inconscientemente para luego bañarme y cambiarme.

Luego de estar lista, bajé las escaleras con un poco de dinero muggle en un pequeño bolso y en mis botas puse mi varita.

Me senté en la mesa y James me entregó unos panqueques.

— ¿Los hiciste tú? — Pregunté sorprendida.

— No, actualmente invité a alguien que si los hizo — Dijo haciendo que me confundiera y comiendo un trozo de mis panqueques.

Espera... la única que sabe hacer panqueques así es Lily.

— ¿Invitaste a Lily? — Pregunté comiendo más de mis panqueques.

James asintió rápidamente y luego, otra cabellera roja entró a la cocina.

Me levanté rápidamente y abracé a mi hermana.

— ¿Sabes algo de Petunia? — Pregunté cuando se sentó a comer con nosotros.

— Sigue con esa morsa como novio. Supuestamente se va a mudar con él dentro de unos meses.

Asentí y suspiré.

— ¿Cuando van a ir a ver las pruebas? — Preguntó Lily.

— Espera... ¿Tú ya sabías? — Preguntó James, dejando de comer sus panqueques.

— ¿Recuerdas en el tren cuando fuimos a buscar a Marlene?

— Ajam...

— Lo que hicimos fue hablar de eso — Terminó Lily por mí.

(...)

Al llegar a la farmacia muggle, varias chicas se quedaban mirando a James, así que tomé su mano y lo besé.

Solo estoy marcando mí territorio.

Luego de buscar como cinco cajas que dejé que James llevara, nos acercaremos a la caja registradora.

Al entregarle las cajas a la chica está nos miró feo a James y a mí para luego decir en un susurro algo como "los adolescentes de ahora".

Luego de salir de la farmacia, nos desaparecimos en la casa donde Lily nos esperaba.

Lily tomó las cajas y me apuró a subir las escaleras.

Cuando llegamos al cuarto Lily iba gritando emocionada y James venía de la misma forma que ella solía que el venía detrás de mi.

Pero cuando iba a entrar a el cuarto, Lily le cerró la puerta en la cara a James.

— ¡Oye! ¡Yo quiero entrar!

— Lo siento cuñado, pero solo chicas — Dijo Lily para luego pasarme las pruebas y meterme en el baño.

Luego de que hiciera todo lo de las pruebas dejamos a James pasar al cuarto.

Ahora solo faltaba esperar.

— Entonces, si es una rayita ¿Significa que no estás embarazada?

— Si James — Respondimos Lily y yo por decimoquinta vez.

— Ya creo qué pasó el tiempo — Dije para luego agarrar las pruebas — Lily, ¿haces los honores?

La verdad es que tenía miedo de mirar, si salía embarazada, significaba que tenía que tomarme un tiempo libre de ser auror para cuidar al bebé y si no estaba embarazada, James se pondría triste.

Lily tomó las pruebas de mi mano para luego darles vuelta rápidamente.

— ¿Cuantas rayas son? — Preguntó James comiéndose las uñas.

— Son... dos, son dos rayas. En todas — Dijo Lily con una sonrisa.

James me volvió a alzar en el aire mientras me daba vueltas.

— ¡Seremos padres Lis! ¡Seremos padres! — Gritaba y yo solo reía y asentía con la cabeza.

— Los mejores — dije dándole otro beso.