*Flashback* Comienzo de año…
Hoy comenzaba las clases, como cualquier niña empezar primer grado y asistir a la escuela era importante, ya que te hacía sentir “más grande”. Usaba unas gafas un poco grandes y mi aparato bucal.
Tenía 6 años, casi 7. Mamá me estaba llevando a mí y a mi hermano, James a la escuela. James era un año más grande que yo, pero era más que mi hermano, era mi mejor amigo, el siempre me cuidaba, besaba, abrazaba, mimaba… Como cualquier hermano mayor que ama a su hermanita.
Cuando llegamos mamá se despidió de nosotros y nos acercamos a la entrada. James se acerco a tres niños, con los que hablaba y me miraban, ellos se estaban riendo, pensé que decían algún chiste o algo por el estilo, pero cuando se me acercaron dos niños me jalaron el pelo, yo solo miraba a James para que hiciera algo, pero se quedo ahí riéndose de cómo estaba comenzando a llorar.
Salí corriendo, pero otro de los niños me puso la traba y caí al piso, todos los niños y niñas del instituto me miraban y se reían.
Mitad de año…
Todos los días lo mismo, yo solo quería hacer amigos, pero por culpa de mi hermano y sus amigos todos creían que tenía piojos y nadie me hablaba.
También habían estado diciendo que era fea y gorda, eso me dolía mucho, pensé que algún día se cansarían y dejarían de hacerme burla.
*Fin de flashback*
Desperté al escuchar el sonido de mi alarma. ¡Diablos! Hoy es el primer día de clases. Lentamente me levante de la cama, fui al baño y me mire al espejo, era un desastre.
-Y la tortura vuelve…