Después de que Cris me ayudara a limpiar un poco mi ropa y me llevara a la enfermería así me vendara las muñecas, decidimos ir al patio del instituto ya que habíamos perdido las dos primeras clases y no nos dejaban entrar.
Faltaba poco para el receso pero utilizamos ese tiempo para conocernos… Claro casi todo el tiempo ella me contaba de su familia.
Al parecer ella era skater y sus padres siempre la apoyaban en lo que ella se proponía hacer, hermanos no tenía, pero sus amigos que al parecer también eran skaters eran como sus hermanos. En conclusión, ella tenía una vida perfecta, o al menos eso parecía ante mis ojos… Lo que daría yo para que mi vida fuera igual a la de ella.
-Y esa es mi vida… ¿Cómo es la tuya?- Dijo mirándome entusiasmada de saber cómo era mi vida.
-Bueno… Emmm… Por donde empiezo.- Pensé que palabras utilizaría para explicarle mi vida ya que nunca nadie quería saber cómo era mi infierno.- Mis padres son empresarios, ellos no están casi nunca en casa, mi hermano se llama James, pertenece al grupo de los populares y como ya sabrás, no tengo amigos ni amigas, porque todos me odian… No sé que hice para que me odien.
-A veces no tienes que hacer algo para que te odien, a veces las personas nunca se toman su tiempo para conocer a una persona antes de juzgarla, simplemente prefieren dañar a esa persona…- Dijo Cris con los ojos cristalizados.
-¿Y tú como sabes eso?- No entiendo como hace para entender mi estado o como piensa de la misma manera que yo.
-Bueno ____, te contare una historia… Con una condición.
-¿Cuál?
-Si tú me prometes que dejaras de cortarte… Ah, y dejes de vomitar, debes alimentarte bien sabes.- En ese momento me sorprendí, nadie sabía que vomitaba o a veces no probaba nada de comida que se encontraba en mi plato.
-Está bien.- Dije poco convencida.
-Cuando yo tenía 12 y vivía en Nueva York con mis padres, todos me decían cosas en la escuela como tú, me decían gorda o fea y eso me afectó mucho ya que solo tenía 12, prácticamente era una niña.- Yo solo la escuchaba atentamente.- Yo deje de comer y cuando lo hacía vomitaba, cuando me decían cosas en la escuela me cortaba, yo solo pensaba que esa era mi única salida… Cuando mis padres se dieron cuenta de mi extraño comportamiento me llevaron a clínicas, en las cuales me ayudaron y yo entendí que lo que estaba haciendo estaba mal y deje de hacerlo… Luego vinimos aquí a California a vivir.
-Wow.- Me sorprendió mucho conocer este lado de Cris.- ¿Y es por eso que me quieres ayudar?
-Sí, no quiero que termines igual o peor que yo, en clínicas, hospitales y psicólogos. Pero también me agradas… Debo admitir que no con muchas personas habló de este tema además de mis amigos y mi familia… Pero tú me brindas confianza.- Dijo sonriendo.
-Bueno, tú también me brindas confianza, creo que eres la primer persona de este instituto que habla conmigo y me quiere ayudar.
-____ te prometo que desde hoy nada volverá a ser lo mismo.- Y me guiño el ojo, eso me hizo sonreír.