El profesor no llegaba, pero vi abrirse la puerta y me encontré con mi peor pesadilla… Kendall Schmidt.
Me hice la distraída pero lo observaba disimuladamente, a pesar de todos mis esfuerzos él notó mi presencia y se acerco a mí con una cara… Como decirlo, amenazante.
Yo cada vez me ponía más nerviosa y los músculos del cuerpo se me tensaban.
Cuando note su presencia extremadamente cerca de mí, me gire y lo vi. Pude notar que a él le hacía mucha gracia verme super nerviosa y con miedo. Estaba completamente segura que yo era más que obvia porque no sabía disimular nada bien.
-Realmente a veces me pregunto qué tan estúpida eres ____. ¿No entiendes que nadie te quiere aquí? ¿O quieres que hagamos que lo entiendas por las malas?- Cada una de estas palabras salió lentamente de la boca de Kendall, en sus ojos podía notar mucha maldad, aunque yo creo que muy dentro de él esconde algo.
Yo solo me limite a quedarme en silencio. Kendall me miro y soltó una baja y corta risa, no de esas risas que tienes cuando te cuentan un chiste o algo parecido, era una risa seca y fría.
Kendall, al ver que no le conteste y me quede absolutamente quieta se marcho a las mesas en las cuales se encontraban los populares y las plásticas.
Con todas mis fuerzas logre contener las lágrimas que se acumulaban en mis ojos. A pesar de las lágrimas pude notas a Ashley acercarse a mi banco. Ashley era la líder de las porristas y la actual novia de Kendall… Digamos que ella es la persona más plástica que mis ojos vieron en toda su vida.
Ashley tenía una extremadamente corta falda que dejaba ver su trasero operado y una remera que resaltaba sus senos y dejaba ver su ombligo, esa era la ropa que usualmente ella utilizaba… Seguro se los había operado antes de las vacaciones ya que es una “niña mimada de papi”… En fin ella se acercaba a mí con un vaso con coca-cola.
-Hola rarita, me entere que volviste. ¿Qué tal si te doy una refrescante bienvenida?- Cuando dijo eso no sabía a qué se refería con “refrescante bienvenida”, hasta que lanzo cada gota de coca-cola que antes tenía en el vaso.
Lo único que hice fue pararme de golpe, mi ropa estaba totalmente húmeda y pegajosa por la coca-cola. Mientras todos los alumnos… o casi todos se reían salí corriendo del salón hasta llegar a los baños.
Cerré la entrada al baño de damas con seguro y me senté en el piso. Llorando… Lo sé, llorar por esto era realmente estúpido, ya que me hacía ver más débil de lo que soy. ¿Pero qué más podía hacer? ¿Enfrentarme a Ashley? Nunca podría hacer eso, soy muy poca cosa frente a sus ojos, ella me destruiría en menos de un segundo.
No pude más, y decidí sacar una pequeña cuchillita que utilizaba y comencé a pasarla lentamente por mi piel, sobre viejas y nuevas cortadas…
No quería saber nada de nadie, quería estar sola, con esa cuchillita en mis manos, sacando todo mi dolor, llorando… Pero se escucho que alguien tocaba la puerta, yo solo permanecí callada.
Xxx: Se que estas allí, ____, por favor, abre la puerta.- Tarde un momento en reconocer la voz, pero me di cuenta que era la chica que se había sentado conmigo hoy.
-Déjame sola.- Fue lo único que logre articular ya que mi respiración estaba acelerada por llorar.
Xxx: Solo abre la puerta, quiero ayudarte…- Pensé si debía abrirle la puerta o no, al final le abrí la puerta y ella solo me miro sorprendida al ver que mi muñeca estaba sangrando.- ¿Qué estupidez hiciste ____?
-Para ti es una estupidez pero para mí no lo es.- Le hable con sinceridad, para que mentirle.
Xxx: Deja de hacerlo, prométemelo.
-Yo no le tengo que prometer nada a nadie.- Dije y las lagrimas comenzaban a salir de mis ojos. Lo único que hizo esta chica, la cual todavía desconozco su nombre, fue abrazarme…
No recuerdo la última vez que alguien me abrazara además de mi madre cuando estaba de vacaciones…
-¿Por qué te preocupas por mí? Nunca nadie lo hace, y mucho menos me abraza.
Xxx: ____ yo solo quiero ayudarte, todos te insultan, no debes dejar que te hagan sentir menos… Pero solo te ayudare si dejas de cortarte.
-Está bien… Pero aun no se tu nombre.- Dije algo avergonzada por prestar poca atención de la existencia de esta chica.
Xxx: Me llamo Cristina, pero dime Cris. Ahora te ayudare a limpiarte y vendare esas cortadas, porque se pueden infectar…
-Gracias.
-¿Por qué?- Dijo Cris sin entender.
-Por querer ayudarme…