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Los días pasaban y Kendall y yo hablábamos menos. Él estaba todo el tiempo ocupado, usaba escusas realmente rara siempre que lo llamaba.
Hoy era domingo y estaba en mi casa, escuchando y cantando canciones a los gritos, estaba sola y estaba totalmente segura que nadie me escucharía.
Siempre me gusto la música, y mucho más cuando estoy limpiando la casa. James había salido y no me dirigía la palabra.
Pasaban los minutos y también las canciones, hasta que alguien golpeo la puerta. Tuve una ilusión de que fuera Kendall con un enorme ramo de rosas, pero no, era un CD en un sobre negro con una nota.
*¿Este es tu novio? Creo que él se la pasa bien… Pero lejos de ti.*
Agarre el CD y lo coloqué en la computadora… Cada segundo del video me destrozaba lentamente, estaba llorando como loca.
En la pantalla estaba Kendall con otra chica, con Ashley… Cris tenía razón.
No, claro que no… Este video estaba editado estoy segura de que ese no es Kendall, no es él.
Lo único que logre hacer fue sacar el video, ir a mi habitación, y pasar una de mis viejas amigas por mis muñecas… Hace mucho tiempo que no sentía esta necesidad de odiarme a mí misma, de tener que cortarme.
Cuando termine con mis muñecas llame a Kendall para aclarar esto pero como siempre, no me contesto la llamada.
Las lagrimas no paraba de correr, llame a Cris, pero ella estaba enojada conmigo y no me contesto…
Narra Kendall:
-Estoy harto de ti.- Dije gritándole a Ashley.- Déjame en paz de una vez.
-No lo hare, a menos que quieras que ella sufra.
-No le harás nada o te juro que aparecerás en un rio… Pero muerta.- Dije de manera amenazante acercándome a ella.
-Vamos Kendall, tu no matas ni a una mosca.- Dijo riendo a carcajadas.
-No haré nunca más lo que me digas.- Salí de su casa enojado, pateando la primer cosa que se me cruzaba en el camino.
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