Dark Wolves (Theo Raeken)

Capítulo 9

Me apoyé en Jack y me levanté del suelo. Mi herida de la garganta sanó mientras dormía y la de mi estómago sanará tal vez hoy. Scott y su madre me han ayudado bastante con las heridas y ahora tengo dos deudas con ellos, derrotar a la manada de lobos oscuros y ayudarles en otra cosa.

- ¿Estás bien?

- Sí, solo duele un poco.- me puse bien y anduve junto a él hasta el pueblo, allí me esperaba Ted con mi mochila.

- Al fin, vale que para sanar debas estar con la manada, pero no creo que la profesora aguante más faltas a las clases, así que andando señorita.- me dio mi mochila y me miró- ¿Está todo bien?

- Que sí, pesados.- reí y empecé a caminar- Venga Ted, llegaremos tarde y adiós Jackie.

Me fui con Ted y llegamos al instituto. Nada más entré vi a Hayden, Mason, Corey y Liam hablando juntos al lado de las taquillas. Estos me miraron y fueron a verme.

- ¿Todo bien?

- Sí, tranquilos, todo sanará.

- Vamos a clase.- Hayden sonrió y yo también.

Las clases pasaron volando y al fin pude salir de aquella jaula de animales. Me fui junto a los demás a casa de Scott, tenían una reunión con toda la manada y también me llevé a Ted.

- Hola Mccall, Stilinski, Martin y Tate.- saludé con los apellidos y ellos me saludaron de vuelta.

- Quedan dos noches para la luna llena y seguimos sin saber nada de donde se encuentran, ya sabemos que en esas noches se matan entre ellos por lo tanto serán menos, pero serán más fuertes.

- Yo no puedo ayudar esas noches, esas y ninguna.- miré a Ted y sonrió.- Mi manada lleva haciendo el ritual de la luna mucho tiempo, no pararemos incluso si hay un fin del mundo.

- ¿Qué se supone que hacen los salvajes en las noches de luna llena?- preguntó Theo apareciendo por la puerta.

- Correr, jugar y esconderse. Como los lobos.

- Sois tan originales.- dijo con ironía y gruñí.- Tranquila lobita.

- Idiota aparece por la puerta, repito idiota aparece.- susurró Stiles y pude escucharle, haciéndome reír y todos me miraron raro menos él.

- Hay que encontrar alguna forma, la leyenda dice que nuestras manadas lo detendrán y no podemos hacerlo si ponemos peros.- dijo Liam.

- Fácil.- dijo Lydia y sonrió.- Seréis el cebo.

- ¿Cómo seremos el cebo si estamos escondidos?- preguntó Ted y Lydia se desanimó.

- ¿Hay alguna noche que no hagáis ningún ritual?- preguntó Mason.

- Las de sin luna, ni siquiera nos vemos.

- ¿Y cuando hay Gran Luna?

- Entonces desaparecemos de la vida humana, no nos veréis.

- ¿Qué?- Corey preguntó y asentí.

- Una semana antes desaparecemos y vivimos en el bosque, como hombres lobos. Pensamos como los lobos y actuamos como ellos, solo para homenajear a la luna.

- Aburrido.- dijo Theo y bufé.

- Divertido.- dijo Stiles contradiciéndolo y haciéndolo enfadar.- Hay que encontrar otra forma de destruirlos.

- Por el día son normales.- dijo Ted- nuestra manada os supera en número, vosotros tenéis a una mujer coyote, a la unión de un verdadero alfa y su beta, el cual tiene otro beta, a una quimera, a un camaleón y una banshee, además de dos inteligentes humanos.

- Vaya, al fin dices algo que no sea divertirnos.- dijo Stiles y Ted rodó los ojos.- Vamos, siempre hay que tener un plan y creo que soy bueno en eso.

- ¿Cómo en Eichen House? ¿Dónde necesitaste mi ayuda para salvar a Lydia?- Theo sonrió y Stiles lo fulminó con la mirada.

- Entonces, ¿Qué?

- Lucharemos, mi manada es fuerte y vosotros tenéis todas las fuerzas sobrenaturales más potentes, podremos con ellos.

- ¿Y qué pasa con el demonio vestido de blanco y el ángel escondido? Ellos aparecían.

- Pero para salvar a las manadas

- Sigo sin entenderlo.- dijo Theo- Vuestras manadas están destinadas a luchar entre si y luego también contra otra manada y no buscáis a los que os pueden salvar de esa guerra entre vosotros.

- ¿A qué te refieres?

- Primero mira entre los tuyos, luego preocúpate de lo demás.

- Pensé que tú competías con los demás.

- ¿Cómo compites si no tienes nada con que hacerlo?- sonrió y rodé los ojos.- Buscar esas dos personas y unirlas, después tendréis algo con que competir.

- Prefiero esconderme.

- No puedes, no ahora.

- Scott, no puedes salvar a todos.

- Tú manada también está en peligro.- defendió Liam.

- La mía se puede marchar o esconderse, te recuerdo que somos bueno en esos.

- ¿Y van a por vosotros? ¿Si os descubren como los Calaveras?- preguntó Lydia.

- Nos divertiremos mientras tanto.

- ¡Cómo te diviertes si tienes a una manada que te puede matar sin esfuerzo detrás de ti! ¡Hay que tener un plan!

- ¡Los planes fracasan! A veces hay que improvisar.

- Estoy con Stiles, a veces tienes que pensar.

- Yo creo que no.-Jack de repente apareció junto a Chris.- A veces la fuerza puede ganar.

- La inteligencia es más fuerte.

- ¿Cómo piensas si no tienes cabeza?- Jack gruñó y Lydia se levantó desafiándole, mientras que Stiles y Ted se miraban furiosos.

- Basta...-dijo Chris.

- Tal vez no pueda salvar a todos, pero si a los míos, tenemos que luchar esa noche de luna llena.

- Parad.

- Mi manada la mando yo y digo que haré lo mismo que todas las noches, a veces hay que esconderse.

- Si le das la espalda a los problemas estos te la rompe

- ¡Hay que tener un plan o te matarán!

- Correré ese peligro- dijo Ted sonriendo.

- La fuerza es bruta, la inteligencia dirá tus puntos débiles.

- Con fuerza puedo hacer tu cráneo añicos.

- ¡Parad! ¡Todos!- miramos a Chris y se colocó en medio de todos- Esto es lo que dice la leyenda, la guerra entre manadas.

- No lucharemos.

- Thalia, habla con tu manada, están en peligro.

- ¡Es nuestro ritual!- gruñí y mis ojos se tornaron rojos.- No puedes quitarnos lo que somos.

- Tú deber de alfa es protegerlos además de esos rituales, tienes que salvarles antes de que les quiten sus vidas como casi lo hicieron con la pequeña niña.

Mis ojos se abrieron y mis cejas se alzaron. Tenía razón. Cuando era pequeña, mi padre siempre hablaba de que alguno de sus hijos sería un gran alfa algún día, que les hará a su manada creer en algo, pero que además los protegerá con su vida. Cuando la niña fue herida, casi muero por salvarla del dolor. Tengo que hablar con ellos.

Gruñí resignada y me fui de allí.