Capítulo 49

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Llegué hasta donde estaba mi manada. Sonreí y divisé a Jack junto con Ted y Max y me acerqué a ellos lentamente, aún quedaban betas, así que no se empezaba ahora.

- Hola chicos, ¿Preparados?

- ¡Sí!- gritó emocionado Max.

- Está bien Max, ya lo hemos comprendido.- dijo Ted.- Ven anda.- se lo llevó lejos de Jack y de mi dejándonos en un silencio incómodo.

- ¿Qué tal?- dijo Jack mirándome.

- Bien.- sonreí.- ¿Y tú?

- Mal.- miró hacia el frente y le observé mientras proseguía.- Thalia, quiero que me prometas algo.

- Adelante.

- Prométeme que si me pasa algo, cuidarás de Max.

- Jack, no digas tonterías.- agarré su brazo suavemente y me miró, sonreí levemente.- No te pasará nada, eres mi beta.

- Por eso, mi deber es protegerte y lo haré si es necesario.

Sonreí y no aguanté más, abrazándolo fuertemente queriendo no soltarme de él. Lo echaba de menos, lo he echado de menos todo el tiempo sin él por muy fuerte que parecía. Nos separamos y pude ver sus ojos amarillos, era la hora. Todos se arrodillaron ante mí, yo gruñí enseñando los ojos rojos y se levantaron con sus ojos de brillante amarillo.

- ¿Sabéis que hay que hacer?- todos asintieron y saqué las garras.- Que comience el ritual a la Gran Luna.

Subí a la roca y rugí fuertemente, más que las otras veces, los demás me siguieron y salté de la roca, me apoyé en suelo y empecé a correr siendo invisible para los demás. Sentía a Jack detrás de mí junto con Ted, como en los viejos tiempos.

De repente, me llegó aquel olor, el olor de la manada de Damien. Rugí y cambié de dirección, todos me siguieron hasta que llegamos a una cueva oscura, parecida a la del eclipse solar. Usé mis ojos de alfa y vi todo el terreno rodeado de coches armados como para una guerra.

Gruñí y caminé hacia allí, hasta que por fin pude llegar a la entrada de la cueva y respirando fuerte, rugí. De la nada y en cuestión de segundos aparecieron dos ojos rojos en la oscuridad y a su lado amarillos. Di pasos hacia atrás esperando al Damien normal, pero solo me encontré a un Damien alto, musculoso como un humano y con solo unas garras simples, colmillos simples y ojos rojos, pero no había pelo en su cara y lo mismo en Maximus y otros betas.

Gruñí enseñando los colmillos y Damien hizo lo mismo intentando intimidarme. Levanté la cabeza con chulería y lo enfadé, así que se lanzaron hacia nosotros, pero desaparecimos subiendo a los árboles y luego volvimos a bajar. Gruñimos para que vieran donde estábamos y empezamos a correr en círculos cada uno a un lado, mareándoles.

De repente se escucharon claxon fuertes, como de camiones, y aparecieron millones de coches negros por todos lados girando en círculos y tirando ceniza de serbal y siguieron pitando. Los hombres lobos intentaron llegar a ellos, pero estaban al otro lado de la barrera que en cuanto tocaron les debilitaron. Gruñí sonriendo y Damien fue a por mí, de nuevo desaparecimos en las sombras tirándonos en el suelo y rodando.

Los disparos sonaron de inmediato y el aire empezó a llenarse de pólvora mientras se escuchaban cuerpos caer y otros rugir de dolor. Los coches sonaron echándose para atrás aún pitando y de la nada apareció la manada de Scott justo como organizamos. Miré a Ted aún en el suelo y él asintió con la cabeza, yo hice lo mismo y rodé hasta Scott.

Me levanté rápido y Scott rugió. Damien le respondió de la misma manera y todos empezamos a correr hacia los demás. Derek y Malia saltaron encima de los demás, Isaac y Liam se ayudaban junto con Hayden, Ethan era ayudado por Lydia. Peter salvaba a Malia de otros hombres lobos que iban a por la coyote y Deucalion ayudaba, raramente, a Gerard que seguía disparando con Araya y algunos de los cazadores. El Jeep empezó a dar vueltas y divisé a Stiles con una cara divertida y gritando mientras apretaba con fuerza el claxon, Jackson y Theo solo se tapaban los oídos.

Dark Wolves (Theo Raeken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora