Escuché un grito en el piso de abajo y desperté levantándome en alerta, con las garras y mis ojos rojos. Fui corriendo hacia abajo y abrí la puerta de golpe con miedo de qué me encontraría, pero todo desvaneció al ver a Melissa y un plato hecho añicos en el suelo.
- Tranquila, no fue nada.
- Me has despertado, ¿Eso es no ser nada?- dije apoyándome en el marco de la puerta y respirando.- Desde que vivo aquí no haces más que despertarme bruscamente.
- No es mi culpa que se me caigan los platos.
- Claro que no, es culpa de Scott por no estar aquí y no poder ayudar.- dije y nos empezamos a reír.- Venga, te ayudo a recoger antes de que venga Chris y os vayáis a desayunar a algún lado.
Bien, os pondré al tanto de todo lo que ha pasado. Sí, vivo con Melissa desde que soy mayor de edad y Ted vive aún con mi madre y mi segundo casi hermano, Max, que ya ha crecido bastante desde la última vez. Ted y yo éramos como padres separados, él tenía la mitad de la semana a Max y la otra yo. Cuando él estaba conmigo dormía en la cama junto a mí, desde que aquella noche durmió junto a mi no podía separarse de mí en las noches.
Theo no ha vuelto, pero Scott, Stiles, Lydia y Malia si han vuelto varias veces para vernos a todos. Por eso vivo con Melissa, porque Scott me lo pidió y no tuve ningún inconveniente, además de que Stiles vino con un regalo, un Jeep para mi amarillo y negro, ya que según él debería tener uno al ser uno de estos los que conduje por primera vez. Todo ha cambiado desde que volvían y se iban, ahora me junto con Liam, Hayden, Corey y Mason, además de mi hermano, como si fuéramos de la misma manada, aunque yo tenga la mía propia. Todo esto fue a petición de Scott, que les dijo que yo sería su alfa mientras él no esté aquí.
- ¡Ah!- toqué mi estómago de nuevo y Melissa me miró.- No es nada, lo de siempre desde que comí aquel ciervo.
- ¿Segura?
- Sí, Melissa soy una alfa, no me puedo enfermar.
- Tal vez no sea una enfermedad.
- No puedo Melissa, es imposible.- dije sonriendo y dejé el último cacho de cristal en la basura.
- Debería empezar una dieta sana.
- ¿Qué?
- Tu barriga está hinchada de tanto comer carne.
- Melissa no...- siempre me hacía esto. De repente el timbre sonó, salvándome de una cita con la médica McCall en el hospital.- ¡Voy yo!
- Salvada por el timbre, cariño.- dijo riendo y abrí la puerta.
- ¡Sí!- grité al verle y le abracé con fuerza.- ¡Melissa pedido a domicilio!
- ¿Qué dices? Si yo no he pedido nad...- ella se paró en frente de su hijo y lo abrazó conmigo en medio.- ¡Scott hijo!
- ¡Hola chicas!- dijo él abrazándonos fuerte.- Os he echado de menos, pero a ti más, mamá.
- Así me gusta.- dijo y nos separamos.
- Llevaré tu maleta.- le di un beso en la mejilla y cogí su maleta.
Subí las escaleras alegre, si Scott estaba, los demás también, así que después tendría que ir a casa de Lydia, Stiles y Malia. Subí el último escalón con la maleta a cuestas, no era mi culpa, pesaba demasiado. Fui a su habitación y la abrí, oliendo su perfume natural. Dejé la mochila en la cama y cuando iba a soltarla apareció de nuevo ese pinchazo en el estómago acompañado de calambres. Me apoyé en la maleta cerrando los ojos para no marearme, pero al abrirlos, la habitación daba vueltas.
- Scott...- susurré y tragué saliva.
Miré atrás mía, al marco de la puerta que parecíaestar a kilómetros de mí. Sentí una gota de sudor bajar por mi frente y misojos tornaron rojos. Gruñí me lancé al marco agarrándome con fuerza a él.Después fui a la pared y me resbalé por ella hasta llegar a las escaleras. Notéla mirada de Scott recorrerla hasta llegar a mí, ahí cambió a preocupada y tocóel brazo de su madre, que al verme me miró de la misma forma. Di un paso y melancé a la barandilla de las escaleras, pero cuando iba a tocarla, mis ojos secerraron, vi negro y caí desplomada al suelo
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Dark Wolves (Theo Raeken)
FanfictionDesde hace años ha reinado una manada de lobos indestructible entre el reino sobrenatural. La leyenda cuenta que el color rojizo de los ojos de su alfa, demuestra cuanta sangre inocente ha derramado para llegar a este poder. A la vez, también cuenta...