Capítulo 1

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Escuché un grito en el piso de abajo y desperté levantándome en alerta, con las garras y mis ojos rojos. Fui corriendo hacia abajo y abrí la puerta de golpe con miedo de qué me encontraría, pero todo desvaneció al ver a Melissa y un plato hecho añicos en el suelo.

- Tranquila, no fue nada.

- Me has despertado, ¿Eso es no ser nada?- dije apoyándome en el marco de la puerta y respirando.- Desde que vivo aquí no haces más que despertarme bruscamente.

- No es mi culpa que se me caigan los platos.

- Claro que no, es culpa de Scott por no estar aquí y no poder ayudar.- dije y nos empezamos a reír.- Venga, te ayudo a recoger antes de que venga Chris y os vayáis a desayunar a algún lado.

Bien, os pondré al tanto de todo lo que ha pasado. Sí, vivo con Melissa desde que soy mayor de edad y Ted vive aún con mi madre y mi segundo casi hermano, Max, que ya ha crecido bastante desde la última vez. Ted y yo éramos como padres separados, él tenía la mitad de la semana a Max y la otra yo. Cuando él estaba conmigo dormía en la cama junto a mí, desde que aquella noche durmió junto a mi no podía separarse de mí en las noches.

Theo no ha vuelto, pero Scott, Stiles, Lydia y Malia si han vuelto varias veces para vernos a todos. Por eso vivo con Melissa, porque Scott me lo pidió y no tuve ningún inconveniente, además de que Stiles vino con un regalo, un Jeep para mi amarillo y negro, ya que según él debería tener uno al ser uno de estos los que conduje por primera vez. Todo ha cambiado desde que volvían y se iban, ahora me junto con Liam, Hayden, Corey y Mason, además de mi hermano, como si fuéramos de la misma manada, aunque yo tenga la mía propia. Todo esto fue a petición de Scott, que les dijo que yo sería su alfa mientras él no esté aquí.

- ¡Ah!- toqué mi estómago de nuevo y Melissa me miró.- No es nada, lo de siempre desde que comí aquel ciervo.

- ¿Segura?

- Sí, Melissa soy una alfa, no me puedo enfermar.

- Tal vez no sea una enfermedad.

- No puedo Melissa, es imposible.- dije sonriendo y dejé el último cacho de cristal en la basura.

- Debería empezar una dieta sana.

- ¿Qué?

- Tu barriga está hinchada de tanto comer carne.

- Melissa no...- siempre me hacía esto. De repente el timbre sonó, salvándome de una cita con la médica McCall en el hospital.- ¡Voy yo!

- Salvada por el timbre, cariño.- dijo riendo y abrí la puerta.

- ¡Sí!- grité al verle y le abracé con fuerza.- ¡Melissa pedido a domicilio!

- ¿Qué dices? Si yo no he pedido nad...- ella se paró en frente de su hijo y lo abrazó conmigo en medio.- ¡Scott hijo!

- ¡Hola chicas!- dijo él abrazándonos fuerte.- Os he echado de menos, pero a ti más, mamá.

- Así me gusta.- dijo y nos separamos.

- Llevaré tu maleta.- le di un beso en la mejilla y cogí su maleta.

Subí las escaleras alegre, si Scott estaba, los demás también, así que después tendría que ir a casa de Lydia, Stiles y Malia. Subí el último escalón con la maleta a cuestas, no era mi culpa, pesaba demasiado. Fui a su habitación y la abrí, oliendo su perfume natural. Dejé la mochila en la cama y cuando iba a soltarla apareció de nuevo ese pinchazo en el estómago acompañado de calambres. Me apoyé en la maleta cerrando los ojos para no marearme, pero al abrirlos, la habitación daba vueltas.

- Scott...- susurré y tragué saliva.

Miré atrás mía, al marco de la puerta que parecíaestar a kilómetros de mí. Sentí una gota de sudor bajar por mi frente y misojos tornaron rojos. Gruñí me lancé al marco agarrándome con fuerza a él.Después fui a la pared y me resbalé por ella hasta llegar a las escaleras. Notéla mirada de Scott recorrerla hasta llegar a mí, ahí cambió a preocupada y tocóel brazo de su madre, que al verme me miró de la misma forma. Di un paso y melancé a la barandilla de las escaleras, pero cuando iba a tocarla, mis ojos secerraron, vi negro y caí desplomada al suelo    

Dark Wolves (Theo Raeken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora