Capítulo 3

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- ¿Dónde está?- estaba encima de Scott ya en nuestra casa.- ¡¿Dónde está?!

- No te lo diré...- dice Scott y mis ojos brillaron con un color rojo claro.- Yo puedo hacer lo mismo.

- ¿Así?- él asintió y gruñí quitándome de encima.- Lo encontraré.

Lo miré y luego a los demás, gruñí furiosa y me escapé de la casa con sus voces llamándome atrás de mí. Salí a correr por toda la ciudad, intentando captar su rastro, algo que me llevara de nuevo a sus brazos. Pero cruzando la carretera sentí un gran golpe en mi costado y caí al suelo.

- De nuevo, Severo, hemos atropellado a un animal.- dijo esa voz irreconocible.- Levanta "La Salvaje"

- Hola Araya.- dije sentándome en la carretera y colocándome el brazo.- ¿Qué haces de nuevo aquí?

- Necesitamos ayuda.

- ¿Otra vez? Que mala suerte para la manada de Scott.

- No me entendiste, mija, tú ayuda es la que necesitamos.

La miré confundida y me levantó del suelo, llevándome al coche. Fue rápido el trayecto hasta la casa de los Calaveras y despacio el tiempo incómodo entre nosotros. Salí del coche y entré en la casa.

- ¿Para qué me necesitáis?- mi teléfono empezó a sonar y miré quien era.- Scott.

- No los necesitas.- me quitó el teléfono y colgó.- No lo necesitas.

- ¿Qué queréis?

- Una criatura, salvaje, queremos una criatura.

- ¿Y para qué me queréis a mi?

- Eres buena rastreadora.- asentí.- Vendrás con nosotros y nos llevaras hasta esa criatura.

- Puedo saber de qué se trata, ¿Sí o no?

- No, aún no.

Bufé y me senté en la silla mirando al suelo sintiendo sus ojos sobre mí. Pensé en Theo y luego en los demás, pensé en lo que me pasaba, no podía comer carne y eso haría que mis poderes desminuyeran.

- ¿Qué haréis si os consigo la criatura?- pregunté y la miré sentada en su sillón.

- Te diremos que mercancía llevas contigo.- recordé aquella frase en el hospital.- Y un viaje al desierto en un coche que tú conduciras, yo aceptaría la oferta.

Sonreí y solté una pequeña carcajada, de esas casi insonoras que levantan tu pecho sacando bruscamente el aire. La miré durante segundo y asentí apretando la mandíbula.

- Empecemos con esto.- hizo una señal y Severo trajo una chaqueta de cuero manchada de sangre.- Esta rota, la criatura tocó la chaqueta.

- Puede haber perdido olor.

- Lo descubrirás.

Acerqué la chaqueta lentamente a mi nariz y tomé bastante aire, oliendo y diferenciando lo que provenía de esa chaqueta que en su mayoría era sangre. Hasta que pude encontrar un olor familiar, uno que solo se obtenía en el desierto y que cuando lo hacías, no salías vivo de allí, a no ser que seas de mi manada. Solté la chaqueta y la miré.

- Dime que esconden mis amigos y te diré que secretos esconde esta chaqueta.

- Por eso te llaman "La Salvaje"...difícil de domar.

- Y fácil de persuadir, el problema es que en cuanto me tengas en tus redes no me soltaré y si me haces daño, destrozaré las redes y su productor.

- Me gustas mucho, alfa... tu carácter es ofensivo pero relajado, como el de una loba cuidando a sus cachorros.- ella sonrió y la miré confundida.- Ahora dime que es el olor.

- No me lo has dicho.

- Te lo he dicho, en mi frase esta la respuesta.

- Se más clara.

- Eso es otro trato.- había caído en sus redes. Gruñí y la miré amenazante.- Dime la frase que yo te he dicho.

- Soy ofensiva pero tranquila, como una loba que cuida de su cacho...- mis ojos se abrieron y sentí el cosquilleo en la punta de la nariz.- No...

- Sí, mija, ¿Debería decir felicidades?

- Es mentira.

- No lo es, cuando los Calaveras se marchan siempre queda algo de ellos aquí y ese algo informa de las circunstancias.- ella se levantó y yo hice lo mismo.- Mírate, dolores en el estómago, barriga hinchada, perdidas de control y mareos.- gruñí.- Es de el chico aquel, con el que estuviste, ¿Verdad?

- El olor viene de un hombre perro salvaje, largo el nombre pero te aseguro que se lo merecen.- mi mirada se volvió fría y mi rostro serio, además de que mis ojos brillaban con el color rojo.- Mi manada tiene una alianza contra ellos desde hace tiempo, sabemos como son y no harán daños a nuestras otras alianzas.

- Adelante.- dijo sonriendo.

- Bestias rápidas y fuertes, capaces de matarte en segundos, de difíciles encuentros, solo si tocas algo de ellos o ven que de verdad les buscas. Si quieres vivir, mejor no acercarte y no intentes pensar que con escopetas, pistolas y cualquier arma los mataras, su piel está reforzada al máximo, luchan con mitad de su cuerpo al descubierto por eso y además.- me miró atenta.- Saben besar bien.

Ella rió y sonreí, pero pareció una mueca. Me aplaudió y luego me asintió con la cabeza, yo también lo hice y silbó. Desde la ventana vi mi Jeep remolcado por ellos. Sonreí apretando mi mandíbula y la miré antes de salir de casa junto a ella.

- Tus llaves, salvaje.- Severo me las tiró y las agarré al vuelo.

- ¿A dónde irás antes de que vuelvas?- pregunta Araya acercándose al coche.

- A por el padre.- dije y la miré metiendo las llaves en el coche. De la nada aparecieron Stiles y Liam de dentro.- ¡Oh joder!

Dark Wolves (Theo Raeken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora