Desperté en la cama de los perros salvajes por culpa de la arena. Miré extrañada el techo, no suele hacer eso. Me levanté y fui fuera a ver qué pasaba, encontrándome con los cazadores confundidos y a los perros salvajes corriendo de un lado a otro mientras gruñían y se preparaban para pelear.
- ¡Zeus!- grité y me miró.- ¿Qué pasa?
- Nos visitan, hombres lobos y más sobrenaturales.- olió y siguió.- Son muchos.
Escuché entonces el rugido de un alfa, del verdadero alfa, Scott. Mis ojos brillaron y corrí junto a Zeus, queriendo evitar que no les hicieran daño. La arena se empezó a ir en el agujero y a levantar con el viento. Todos empezaron a salir con sed de sangre, pues habían invadido el territorio suyo. Caminé junto con Zeus a paso lento, detrás de mí, a mi izquierda, estaba Dalila y a la derecha de Zeus estaba Anne.
La arena se disperso y pude ver mejor que antes, ya que yo aún no estoy acostumbrada a la arena. Pero eso se acabó, porque la arena se movió en un torbellino rodeando a Scott y los demás.
- Vamos.- los ojos de Zeus brillaron y empezó a correr como todos alrededor suyo, haciendo el ruido de esos animales.
Yo me quedé quieta, pero Zeus agarró mi brazo y corrí junto a él, pero yo no emitía sonido alguno. Pero entonces todo paró, la arena subió arriba estrechándose y luego bajó como si fuera agua, sin tocarles a ninguno de ellos. Zeus había frenado y con él su manada, que lo rodeaban a todos.
- Ted.- Zeus habló y me puso atrás de él, sabiendo que venían a por mí.
- Zeus.- Ted le miró serio y sacó sus garras.- ¿Dónde está?
- ¿Quién?
- Thalia.
- ¿Debería estar conmigo?
- ¿No está?
- Su Jeep sí.- dijo Stiles.- Yo se lo regalé
- No sé donde está.
- La estoy oliendo.- escuché a Malia susurrar y me puse detrás de Zeus.
- ¿Qué has dicho?- dijo Zeus mirándola.
- He dicho que la...
- Escóndete como sabes.- me susurró mientras Malia hablaba y lo hice.
Mis ojos brillaron y empecé a correr. Saqué mis garras para correr más rápido, sabiendo que me perdería en el desierto si corría más. La arena se empezó a levantar más y más y caí rodando. Me apoyé con las manos y me iba a levantar, pero me paré al verla.
Había una chica, de cabello liso, negro y con flequillo, sus ojos estaban pintados de negro y tenía más rayas que Zeus y los demás. Sus garras eran demasiado grandes, podría matarme en un segundo. Los ojos eran de un dorado oscuro y por si fuera poco los colmillos sobresalían de sus labios de lo largos y afilado que eran. Ella me miró sonriendo desde la lejanía y me levanté aún observándola.
No sé por qué, pero estaba andando hacia ella, tal vez por la maestría que despertaba. Ella tenía una posición amenazante y la cabeza alta. De repente escuché a los perros salvajes y la arena volvió a levantarse, el semblante de la chica cambió y empezó a mirar a todos lados, luego desapareció.
- ¡Thalia!- escuché a Stiles gritar.- ¡¿Thalia?!- estaba petrificada, no podía mover ningún músculo y sentía que perdía el control.
- ¡No! ¡No os acerquéis!- escuché a Theo venir hacia mí, pero Zeus le paró.- Alía la ha petrificado y si hacéis algo os matará...
- ¿Alía?- preguntó Liam.
- Significa mujer que lucha, es de origen árabe.- dijo una de los perros salvajes.- ¿Zeus?
- Adelante Diana.
Escuché pasos cerca de mí y pude ver borroso a una chica que me observaba con cuidado. Su mano se movió delante de mis ojos y sentí como estos brillaban con fuerza, la vista ya no era borrosa y pude verla. Era una anciana. Me miró con pena y negó poniendo sus garras en mi brazo.
- Lo siento, querida Thalia.
La miré sin comprender y sentí las garras entrar de golpe en mi brazo. Cerré los ojos y el cosquilleo desapareció, abrí mis párpados y agarré con fuerza su brazo clavado mis garras. Ella sonrió y quité las garras de su brazo, podía mover todo, pero no podía hablar. Ella cerró su mano, me agarró del lado del cuello y luego llevó su mano hasta mi mejilla. Al segundo pude hablar.
- ¿Estás bien?- preguntó la mujer.
- Creo que sí...- la miré y respiré.
- Hey.- Zeus se puso a mi lado y me acarició el hombro.- ¿Bien?
- Bien.- dije y me sonrió, después me di la vuelta, viéndoles.- Hola.
- ¿Hola?- preguntó mi hermano y corrió hacia mi, yo cerré los ojos pensando que e atacaría, pero sentí sus brazos rodeándome.- Siento lo que hice, no era yo.
- Va...vale.
- Tu piel...- escuché a Scott y le miré.
- Soy de su manada.- dije y miré a Zeus.- Si hubierais llegado el mismo día que nosotros, podríais haber hecho que no lo fuera, ahora es tarde.
- ¿Otra vez?- preguntó Ted y asentí.- Así que...
- Tú eres el alfa, llévalos de vuelta, yo me quedo con Zeus.
- No tengo los poderes.
- Porque reniegas a ellos.
- Thalia.- miré a Zeus.- ¿Quiénes son?
- La manada que ayudé.
- ¿La...?
- Sí.- sabiendo que se iba a decir la quimera.- Tengo que irme, volver a Beacon Hills.
- No.- escuché a Theo y le miré.- No sin vosotros.
- Theo...
- Aquí los dos opinamos.- dijo serio.- Y yo quiero que vengas.
- Pues yo no y creo que aún tengo poderes de alfa.
- Más perro salvaje.- dijo Zeus y miré mi piel, la sustancia marrón se había secado en mi piel, pronto tendría sus poderes también.
- No...
La arena se levantó y Zeus carraspeó y señaló a Dalila. Yo me acerqué a donde estaba ella y me agarró la mano, después desaparecimos de verdad.
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Dark Wolves (Theo Raeken)
FanfictionDesde hace años ha reinado una manada de lobos indestructible entre el reino sobrenatural. La leyenda cuenta que el color rojizo de los ojos de su alfa, demuestra cuanta sangre inocente ha derramado para llegar a este poder. A la vez, también cuenta...