Capítulo 16

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Me acerqué junto a mí manada hasta mi Jeep, sin hacer ruidos y escondidos. Olía a Max y mi madre dentro de la casa pero no olía a nadie más. Abrí la puerta del Jeep y vi las llaves aún puestas, suspiré aliviada y me monté en el coche.

- Todo no cabemos aquí.

- Nos agruparemos como podamos.

- Y quien no pueda ir detrás, corriendo.

Asentí con la cabeza y todos fueron entrando, primero los niños con sus madres, que fueron los únicos que cupieron dentro, los adolescentes y los padres tenían que correr. Los miré por el retrovisor y todos asintieron, diciendo que estaba bien. Tragué saliva e iba a girar la llave, pero algo me interrumpió. Un grito del bosque, un grito de banshee, de Lydia.

Miré hacia el bosque y luego miré a las llaves, agarré fuerte el volante tocando con mi pulgar nerviosa una y otra vez. Hasta que Alice, que se encontraba a mi lado, me tocó la mano parándome. La miré y ella sonrió, tomé profundamente aire por mi boca y cogí la llave con la mano temblorosa y la giré. En ese momento vi que de la ventana de la casa alguien salía, Max.

- ¿Max?- él me miró desde la lejanía y corrió hacia mi.- ¿Qué haces aquí?

- Tú eres mi alfa, debo ir contigo y protegerte.

- Es peligroso.

- No e importa, Thalia, soy tu beta y esa es mi función.- lo miré segundos en silencio y después de suspirar me vi forzada a decir que sí.

- Está bien, hacerle un hueco dentro.

La puerta del maletero se abrió y Eric ayudó a Max entrar y a juntarse con los demás. Iban muy pegados y eso para los hombres lobos era algo difícil de controlar. Respiré de nuevo y di marcha adelante, ya que no había ningún coche y estaba en mitad de un terreno sin árboles ni ningún otro obstáculo.

Di al acelerador suavemente y el coche se empezó a mover. No podía ir por el pueblo con gente detrás de mi coche y además con el Jeep lleno de gente, tenía que buscar otro vehículo.

- A la mierda, ¿Alguien sabe conducir?

- Mi pareja.- dijo una de las madres. Di vuelta atrás y volví a la que fue mi casa rápido. Frené y bajé mi ventanilla.

- Quien sepa conducir que coja ese coche, tienes las llaves puestas es de mi hermano y nunca las quita.

Uno de mis betas corrió junto los demás al coche de Ted. Era más grande que este así que supongo que cabrían todos. Aunque necesitaba otro vehículo para llevarlos a todos. Bufé y vi como dos betas hablaban para entrar en el asiento de copiloto. Arranqué y fui lentamente hacia ellos, después bajé del Jeep.

- ¿Pasa algo?

- Los dos sabemos conducir.- sonreí.

- Que uno venga conmigo, no hay mucho tiempo.

Uno de los hombres me siguió hasta el coche de Stiles, el otro Jeep. Entré y abrí la caja de los cables mientras el beta avisaba a los de mi Jeep para que vinieran con él, solo venían las mujeres. Junto dos cables y el motor arrancó, sonreí y dejé que el beta entrara en el asiento del copiloto, después yo volví al mío y di al acelerador.

Me alejé de mi antigua casa y entré en la carretera del pueblo con los otros dos coches siguiéndome. Sonreí viendo como los cachorros se divertían mientras giraba las curvas del pueblo, intentando llegar a la salida de este. Vi como Alice, miraba a la ventana aburrida, pareciéndose a mi cuando era pequeña y mis padres me llevaban con un coche viejo.

- Vete atrás.- le dije sin mirarla.- Te divertirás y hay sitio ahora.

Ella sonrió y disminuí la velocidad para que pudiera pasar sin peligro, dejando el asiento de copiloto solitario durante unos minutos, porque después estaba él ahí sentado con las piernas subidas a la guantera.

- Al fin eres el alfa, aunque un alfa de verdad hubiera ido corriendo.- reí levemente y le miré, luego miré a la carretera y giré una curva más.- Se siente bien, ¿Verdad?

Asentí sonriendo, aunque esta duró poco cuando vi un coche de policía pararme, pude ver quiénes eran, Parrish y Raf. Suspiré aliviada sabiendo que Parrish no dirá nada sobrenatural, pero después miré a los niños y al asiento de copiloto.

- Alice, ponte en asiento de copiloto y todos os tenéis que poner el cinturón.

Raf se acercaba junto con Parrish al coche y vi a mis betas frenar lejos de nosotros. Inspiré por la nariz y lo solté todo por la boca, relajándome mientras mi pulgar volvía a dar toques repetitivos en el volante.

- ¿Thalia?- Raf tocó la ventana para que la bajara.- Cuantos niños, ¿Son tuyos?

- ¿Qué?- reí levemente.- No, no...son mis...- pensé una excusa.- Sobrinos, sí, mis sobrinos, mi familia de New York le encantan los niños.

- Ya se ve.- dijo riendo apoyado en la ventana.- ¿Qué tal todo? Hace días que no vienes a casa y bueno, tu aspecto no parece muy limpio.

- He estado de acampada.- dije rápido y miré a Parrish, que hablaba por teléfono con Stiles.

- ¿Con todos ellos?

- Sí, les encanta acampar en el bosque.- dije sonriendo.- Raf tenemos prisa, tengo que llevarlos a otro pueblo cercano donde me reuniré con el resto de la familia.

- Está bien, siento haberte parado, pensaba que ninguno tenía el cinturón.

Ya ves que no.- sonreí aún más.- Hablaremos otro día con nuestro típico café, adiós Raf.

- Eso espero, adiós Thalia y no sobrepases el límite de velocidad.

Asentí y se separó del coche para que arrancara. Aceleré mientras bajaba la ventana y mis betas aceleraban también para llegar a mí. Íbamos al desierto, ha hablar con los Calaveras y perros salvajes de nuevo.

Dark Wolves (Theo Raeken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora