Sonreí mientras corría por el bosque, hacía tiempo que no corría junto a la manada así. Ted iba detrás de mí, pero Jack iba con su hermano un poco atrás enseñándole que hacer para esquivar árboles y rocas grandes. Los betas saltaban entusiasmados, era una gran noche, se sentía que mañana era el último día en el que tendríamos que vivir como humanos, después volveríamos al bosque a ser lobos con aspecto de persona.
Ted cayó en el barro, yo salté el charco y seguí corriendo. Llegué hasta una gran roca y me subí en ella, aún corriendo pude saltar con fuerza y agarrarme a una rama de un árbol, solté mis manos y caí agachada sujetando mi cuerpo solo con una mano, era una posición perfecta. Levanté mi mirada y seguí corriendo sintiendo a Ted de nuevo detrás de mí.
Llegué al pequeño barranco donde me caí cuando estaba con Theo convertida por primera vez y sonreí mientras lo saltaba. A Ted le costaba más, ya que no tenía fuerza para saltar por las heridas de su pierna que se hacía jugando con la manda antes de empezar a correr.
Escuchaba gruñidos cercanos y sabía que eran de Maximus. Frené poco a poco y miré a Ted. Él sabía que iba a hacer, despistaría a Maximus alejándolo de la manada y é tendría que correr a otra dirección, la manada le seguiría pensando que yo estoy delante de él. Ted empezó a correr hacia la derecha y viendo como se iba y se acercaba la manada, salí a correr a la izquierda.
Salté algunos arbustos sintiendo a Maximus detrás de mí. Subí a uno de los árboles de nuevo y me sujeté con mis dos manos de una gran rama, quedando colgada mientras que Maximus se quedaba confundido en la posición perfecta para que cayera encima suya. Solté las manos y las coloqué de tal forma que clavaría las garras en su espalda, y así lo hice.
- Te dije que no estuvieras en mi bosque, amenazando mi hogar y mi manada.- dije susurrando en su oído y se movió molesto, clavé las garras más profundo.- Shh, ahora sabes que voy en serio, así que lárgate, que tengo cosas mejore que hacer que cuidar de un beta egocéntrico y egoísta.
Solté su espalda y desaparecí, volviendo a donde estaba mi manada. Seguí el rastro y cuando los divisé, pasé por su lado escondida para llegar hasta donde Ted, él me sonrió al verme y yo me puse delante de él, como si nada hubiera pasado.
Al siguiente día, desperté en medio del bosque con hojas en mi pelo y tierra por toda mi cara. Tenía la mano en la cara de Ted y la otra en la mía, la pierna derecha estaba subida a una pequeña roca y la otra se cruzaba con esta en la pierna, siempre que me despertaba después de los rituales tenía posturas raras. Moví a Ted para que se despertara y me levanté. Esperé a que abriera sus ojos para ayudarle a levantarse y nos fuimos de allí, Jack y Max no estaban, al igual que la mayoría de mis betas.
Caminamos hasta casa, ahí dejé a Ted, diciéndole que aún no volvería a casa, que lo haría cuando esto terminase y solo vería a la manada de Scott en el instituto o a Theo en la calle. Me fui por el pueblo caminando a paso lento, quitaba las hojas de mi pelo y como acababa de amanecer, nadie estaba despierto. Sí, después de ver que el sol sale y rugimos para despedir a la luna, nos tumbamos en la madriguera y dormimos allí durante algunos minutos para no estar cansados, pero siempre lo estamos.
No sabía a dónde ir, así que fui a casa de Scott. Toqué la puerta dos veces y nadie respondía, bufé y volví a tocar. Después de segundos en la puerta esperando apareció Scott medio dormido y de nuevo sin camiseta. Me miró confundido, supongo que por las pintas que llevaba. Yo solo sonreí y me dejó entrar.
- ¿Qué haces a estas horas aquí?- dice con voz de recién despertado.- Te he dicho que puedes quedarte el tiempo que quieras, pero si vas a aparecer a la hora que quieras duermes en el porche.
- Entendido, papá.- dije divertida.- ¿Tienes ropa para que me cambié?
Él sonrió divertido o más bien como un psicópata mientras asentía con la cabeza y le miré con miedo. Después de eso me dio una de sus camisetas largas y unos pantalones de pijama, era su pequeña venganza, vestirme como él.
- Dormirás en el sofá.
- ¿En serio?
- No te dejaré la habitación de invitados, has llegado tarde.
- Scott, ni se te ocurra llevarme a dormir al sofá.
- Es verdad.- sonreí aliviada.- Primero dúchate y quitate todas las hojas y la tierra que tengas, después al sofá y no hables alto, mi adre sigue dormida.- bufé mientras me llevaba al baño a rastras.
- Ponte una camiseta, McCall, o te desgarraré el torso.
Escuché como reía mientras cerraba la puerta del baño y bufé abriendo el grifo. Cuando terminé salí y me encontré con Melissa en frente, dio un salto hacia atrás al verme y chocó con la pared tocando su pecho, Scott apareció corriendo al escuchar su grito.
- ¡Thalia! ¡¿Qué haces duchándote ahora?!- dice tranquilizándose.
- Te dije que no hablaras alto, la despertarías.- Scott me miró serio, como si fuera mi padre regañándome.
- No he hablado, lo aseguro.- puse mis manos delante en señal de defensa.- Habrá escuchado el grifo.
- Hey.- miré a Melissa, que estaba igual e seria que Scott, de verdad, parecían mis padres.- Te he hecho una pregunta, casi me da un ataque al corazón.
- Acabo de llegar y tu hijo me ha dado este pijama y me ha mandad al sofá como venganza por las horas a las que llego, que es la de siempre.
- Scott.- ahora Melissa le miraba a él y tenía cara de cachorrito, reí levemente y me miró mal.- Dormirá en la habitación de invitados y tú.- me señaló.- Te haré unas llaves para que entres sin hacer ruido y despertar a toda la casa, ahora dejarme entrar al baño.
Scott gruñó y Melissa entró al baño, le miré divertida y él solo fue a su habitación cerrando la puerta a su paso. Yo fui a la de invitados y me dormí en la cama. Estas eras todas mis mañanas en casa de los McCall.
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Dark Wolves (Theo Raeken)
FanfictionDesde hace años ha reinado una manada de lobos indestructible entre el reino sobrenatural. La leyenda cuenta que el color rojizo de los ojos de su alfa, demuestra cuanta sangre inocente ha derramado para llegar a este poder. A la vez, también cuenta...