- ¿Y si no lo fue?- pregunté.- ¿Y si es mi subconsciente?
- Los sueños son pensamientos que jamás han salido fuera.
- ¿Entonces?
- Tal vez te sientes culpable de algo.- apoyó su espalda en el respaldo, haciendo crujir el respaldo.
- ¿De qué?
- No sé, tú dirás.- ella sonrió afilando su navaja.- Tú eres el alfa.
- No, yo no, Scott.- ella me miró intimidándome más aún.- Araya, ve al grano.
- Sé que te gusta ir al punto en concreto, tal vez por eso no ves los demás puntos que forman el mapa...- su acento mexicano me puso los pelos de punta cuando se junto con su voz tranquila y aquella frase.
- No te sigo.
- Claro que no.- dejó la navaja en la mesa y se acercó un poco más hacia mi.- Eres tú, salvaje, tú se lo quitaste.
- ¿Qué quité?- sonrió y mis ojos se abrieron de par en par.- Le quité a Zeus.
- Y ella te quitará algo tuyo, no nos quiere a nosotros, sabía que vendrías, que volverías y por eso tenía su propia guarida, para esperarte y atacarte, para quitarte algo.
- ¿El qué?
- Mira a tu alrededor, demasiadas cosas que quieras en su punto de mira.
- Theo.- ella asintió.- Mi hijo, mi vida, mi hermano, Max, Scott...Stiles.
- La guarida se desmorono en cuanto vio quien entró, pudo matar dos pájaros de un tiro, a Zeus y a Stiles, nunca mejor dicho.
- ¿Qué hago?
- Esperar, mija, esperar...
Volvió a recostar su espalda en el respaldo y me quedé mirándola, esperando a que dijera algo más, pero al no hacerlo me levanté de la otra silla y salí de la sala de reuniones, chocándome con Stiles.
- Hey, Thalia, ¿Estás bien?
- Sí...sí, ¿Por qué?
- Tus ojos, están rojos.
- ¿Qué?- me extendió la pantalla de su móvil y pude ver brillar el rojo característico de los alfas.- Vaya, no lo sabía.
- Ya, eso creía.- intente sonreír para calmarlo.- Vamos Thalia, no me vengas con sonrisas falsas y dime qué pasa.
- Nada, solo es...mi cabeza y sus locuras.
Suspiré y me marché dejándolo allí solo. No quería darle explicaciones, no debía darle explicaciones. Caminé hasta llegar a donde los perros salvajes entrenaban, aquella sala estaba solitaria.
Coloqué un saco y empecé a golpearlo sin demasiada fuerza, no quería volver a agacharme y coger otro. Golpeé de nuevo con mis puños que empezaban a tener rasguños al chocar contra la arena del saco sin protección. Di más fuerte, recordando su mirada y di de nuevo con la misma o más intensidad al recordar el momento que la conocí.
AÑOS ATRÁS
- Hola.- una chica de cabello negro apareció por la sala.
- Hola.- dije mirando el saco de boxeo, concentrada en mis golpes.
Di uno más con más fuerza, pensando en la muerte de mi padre, y lo hice caer al suelo, rompiendo el tejido y dejado la arena de dentro salir. Respiré agitada y me senté en el suelo, moviendo mi cuello de un lado a otro con suavidad para relajarme.
- Eres buena.- dijo ella y abrí mis ojos viendo como colocaba un saco para ella.- No eres un perro salvaje, ¿Verdad?
- Mujer loba.- dije y extendió su mano, yo se la cogí y me levanté.- Tú sí que lo eres.
- Las rayas me delatan.- dijo con una sonrisa.- ¿Cómo te llamas?
- Thalia, Thalia Brook.
- Yo soy Aría, Aría Athena.
- Que manía con poner nombres relacionados con la historia griega.- dije sonriendo y ella rió.
- Son curiosidades de nuestra especie, venimos de los egipcios, pero ponemos siempre a nuestros hijos nombres relacionados con los griegos como señal de buena suerte.
- Estáis locos.- reí y me senté en la banca mientras ella empezaba a golpear el saco.
- Eso dicen.
- ¿Thalia estás aquí?- un Zeus joven apareció abriendo la puerta.- Oh, hola.
- Hola.- en los ojos de Aría apareció un brillo especial.
- Zeus.- me levanté y él me miró, sonriendo al notarme.
- Te estuve buscando por todos los sitios, enana.
- Ya em...decidí venir a dar algunos golpes al saco.
- ¿Al que está en el suelo?- asentí con la cabeza haciendo notar mi timidez y él sonrió.- Bueno pues, os dejó solas, solo quería saber dónde estabas.
- Está bien.
- Adiós.- Aría se despidió y Zeus salió por la puerta.- Es guapo.
- Sí...lo es.- dije mirando la puerta pr donde salió.
- Te gusta eh.- noté algo de odio en sus palabras así que decidí no contestar.
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Dark Wolves (Theo Raeken)
FanfictionDesde hace años ha reinado una manada de lobos indestructible entre el reino sobrenatural. La leyenda cuenta que el color rojizo de los ojos de su alfa, demuestra cuanta sangre inocente ha derramado para llegar a este poder. A la vez, también cuenta...