Capítulo 11

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Desperté dentro de mi Jeep. Miré hacia mis lados escuchando gritos por todos lados y me acomodé. Vi las ventanas llenas de arena, no podía ver bien lo que había fuera.

- ¡Thalia!- gritaba Theo desde varios kilómetros lejos de mí.- Maldita sea, ¿Dónde estás?

- Está bien, Theo, la encontraremos.- Stiles le consoló.- ¡Thalia!

- ¡Thalia!- gritaban Malia y los demás.

Abrí la puerta del coche y salí fuera. Hacía mucho calor y la arena se levantaba con facilidad, mis labios estaban resecos y tenía los ojos rojos de la arena que me entraba. Estaba en la misma duna que ayer, pero esta era más grande que antes y mi coche ya no estaba en la cima.

Volví a dentro y arranqué el coche, haciendo ruido para que me escucharan. Di marcha atrás con cuidado, pero aún así el coche se quedó parado en un sitio, no iba hacia atrás y si iba hacia delante volvería al mismo sitio. Bufé y di de nuevo hacia atrás lo máximo que podía, notando como el coche se levantaba, gruñí y le di con más fuerza sin importarme nada, hasta que noté que me caía para atrás. Intenté salir por la puerta, pero fue demasiado tarde así que el coche volcó y caí contra el techo.

Gemí de dolor mientras el coche se resbalaba por la arena con velocidad y al final de la duna se levantó de nuevo y caí hacia atrás del asiento del copiloto, dándome vario golpes en mi cuerpo. Intenté levantarme, pero sentía un gran dolor en mi pierna y noté como el viento se levantaba y el coche volvía a dar la vuelta, volviendo las ruedas a tocar el suelo.

Abrí mis ojos y miré la pierna, había un metal que la atravesaba, grité de dolor viendo la sangre y se acumularon las lágrimas en mis ojos. Abrí la puerta para tener más espacio e intenté sentarme, pero el dolor de mi cuerpo no me dejaba. Grité de nuevo viendo la sangre resbalar por el metal y gotear.

- ¡Thalia!- Theo gritaba más fuerte y empecé a llorar.

Mis ojos estaban rojo, los colmillos sobresalían y tenía las garras en vez de las uñas y mis manos estaban cerradas, intentando no perder el control. Mi vista se empezaba a poner borrosa y ahora empezaban los calambres y los pinchazos en el estómago. Abrí la boca en busca de aire, no tenía respiración alguna, perdía sangre y si no hacía algo moriría. Sentí entonces el rojo de mis ojos desaparecer, las fuerzas se me iban y volví a mirar la herida gritando de nuevo y apoyando mi cabeza cansada en el asiento.

- ¡¿Thalia?!- alguien llegó hasta mi.- ¿Thalia? Aguanta, joder aguanta.

Tosí sintiendo la sangre en mi boca y forcé la vista para ver quién era, aunque esa voz jamás la olvidaría. Cuando lo conseguí vi a Theo llorando mientras intentaba quitarme el metal junto con Scott y Stiles agarraba mi mano, sabía que no me quitaría el dolor físico pero si el emocional. Le sonreí y asentí dejando caer mis lágrimas. Cuando miré a mi herida no había ningún metal y estaban tapando la herida.

- ¿Qué te duele?- preguntó Stiles mientras un coche se acercaba.

- La pierna...-tragué sangre y continué susurrando.- La cabeza...y...

- ¿Y qué más Thalia? Vamos aguanta.- miró a Theo que tapaba mi herida y a Scott que intentaba quitarme el dolor.

- Y...el vientre.- tosí y mis párpados cayeron como dos puertas de metal de seguridad.

- ¿Thalia?- escuchaba la voz de Stiles en la lejanía.- Thalia sigue conmigo, vamos, tú puedes.

Mis sentidos fallecieron y dejé de sentirles cerca. Volví a ver negro, olvidándome del color dorado del desierto. 

Dark Wolves (Theo Raeken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora