Dark Wolves (Theo Raeken)

Capítulo 10

- ¡¿Pero cómo?!

- Haciéndolo, mija, es su padre.

- Yo la madre, yo decido.

- Eres egoísta, serías buenas en los negocios.- choqué las manos fuertemente contra la mesa y gruñí, ella solo sonrió.- Vamos, él tiene derecho, tú ya has hecho bastante.

- No...

- Nos has traído.

- Y soy parte de ellos.

- Eso se puede discutir.- dijo Zeus desde el marco de donde estaría la puerta.- Sólo deber bañarte en agua con arena.

- No, gracias, es asqueroso y anti higiénico.

- Thalia, no seas así, él te quiere.

- Lo sé, pero no puedo.

- ¿Por qué? Llevas diciendo eso siempre que preguntaba por qué no estabais juntos y no has dado explicación.

- ¡Era un psicópata!

- ¡Era!

- ¡¿Qué importa eso?!

- ¡Alía era buena y mírala ahora!

- Si la miro me petrifico.

- Porque no eres como nosotros.- posó sus manos también en la mesa y gruñí.

- Lo soy.

- ¡Eres un alfa!

- ¡No!

- ¡Sí! ¡Gruñes, rujes, tus ojos, las garras, los colmillos!

- ¡No importa!

- ¡Basta!- Anne apareció.- Todos piensan que estáis locos.

- Solo hablábamos, mamá.

- No, gritabais, dos líderes que gritan jamás se entenderán.- se sentó en frente de Araya y la miró detenidamente.- ¿Por qué estás tú aquí?

- Yo tengo la leyenda que dice que deben estar juntos, dos leyendas.

- Las dos erróneas.- dije y la miré seria, ella negó con la cabeza sonriendo.

- ¿Y tú Zeus?

- Sólo la ayudo.

- Ya... ¿Y tú Thalia?

- ¿Yo?

- ¿Qué haces aquí?

- Pues...- me quedé en silencio viendo como su sonrisa crecía y dejé de apoyarme en la mesa, poniéndome recta y con una mirada fría.- No quiero ser omega y no quiero no tener manada.

- Siempre estará la manada de Scott.

- No es lo mismo, mi manada la cree yo.

- Y la vas a destruir.

- No...- la miré y me empecé a preocupar, tal vez tenían razón.- ¡No haré tal cosa!

- Creo que es mejor que habléis solos.- la miré sin comprender.- Scott, hijo.

Scott apareció por la entrada y Araya sonrió levantándose y yéndose mirándole. Anne también se fue y Zeus detrás de ella, dándole una mirada amenazadora a Scott antes de irse. Él me miró una vez solos y se acercó hasta la mesa. Sus brazos estaban cruzados y me miraba sin comprender nada.

- ¿Qué está pasando Thalia?

- No sé a qué...

- ¿Qué te ocurre en esa cabeza?