Narra Ángel.
La ceremonia ha ido fenomenal,he tenido que ser fuerte para no derramar una que otra lágrima al llevar a mi hermana al altar.
Acabamos de salir de la iglesia,y todos nos dirigimos al convite.
-Estas muy guapo hermano- Oigo decir tras mía y me giró lentamente encontrándome a mi mellizo.
No lo veo desde el día del aeropuerto, y lo veo cambiado.
-Muchas gracias Pablito,tengo que decir que tu también lo estas- Me sonrie. -Te veo cambiado hermano ¿Te ocurre algo?- Me atrevo a preguntarle y hace una mueca torpe.
-Con todo esto de Martina no he ido al gimnasio estos días,tal vez por eso me ves distinto- Me explica y suelto un suspiró.
-¿No has vuelto a saber nada de ella?- Niega.
-Tenia la esperanza que apeteciera hoy,pero no la he visto,así que aún no se habrá aclarado- Agacha la cabeza y poso mi mano en su hombro dándole apoyo.
Odio hacer esto.
Tengo que oír como mi hermano sufre porque la chica que ama puede que lo deje,y lo que el no sabe es que puede que lo haga por mi.
Debería sentirme fatal,pero yo amo a Martina,igual o más que el,y tampoco la quiero perder.
Dejo a mi hermano hablando con varios empleados de su empresa,y me voy a buscar a Lia que esta con los padres de Julio.
Voy pensando en mi cosas y sin querer me choco con una pareja.
-Ups perdón- Me disculpo. -Iba distraído y no los vi-
-No se preocupe no ha sido nada- Me dice la joven no mayor de 28 años con un acento frances bien notable.
Me quedó mirándola con el ceño fruncido hasta que su pareja se pone delante.
-¿Tiene algún problema?- Me pregunta el desafiante y niego.
Los dos se alejan y yo me quedó allí inmóvil.
Yo he visto a esa chica antes,pero no se exactamente dónde.
Decido que lo averiguare mas tarde,y me voy en busca de mi sobrina.
[••]
Llegamos al restaurante,y nos quedamos en el jardín tomando algunos aperitivos.
Yo no dejo de pensar en la joven francesa. Se que la he visto antes,pero dudo que haya sido cara a cara.
-Ángel,¿Te pasa algo?- Me pregunta mi hermana que se me acaba de acercar con Lia en brazos.
-Nada Irene,no tiene importancia,no quiero arruinarte la boda con mis rayadas- Le contestó quitándole a la niña de los brazos.
De repente mi hermana sonríe de oreja a oreja y frunzo el ceño.
Se que es por algo que ha visitó tras mía,así que decido darme la vuelta y ver que es.
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Eres El Único Mal Que Me Hace Bien
RandomMe enamoré hasta de las letras de su nombre,de sus defectos,de su ternura disfrazada de frialdad. Eso me atrapó,me enloqueciò; ésa fue mi perdición.