Narra Ángel
Cuando se me pasa un poco la borrachera,Martina va ha prepararme una tila para que me tranquilice.
Todo esto es un puto infierno,me van a condenar por algo que yo no he hecho.
Meses atrás me hubiera dado igual ir a la cárcel,no tenia nada que me motivará a levantarme cada mañana.
Pero ahora. Ahora tengo a Martina,y aunque no la tenga solo para mí,se que la tengo ahí,y la necesito.
-Toma- Me da una taza. -Cuidado que quema un poco-
-Gracias- Le doy un sorbo a la tila. -Ya puedes irte a casa,estoy más tranquilo- Niega.
-Quiero éstar aquí contigo,aunque no lo digas,se que lo necesitas-
-¿Y hoy no ves a Pablo?- Pregunto y niega.
-Le he dicho que iba a cenar con Valentina,que mañana nos vemos- Me explica y le sonrió.
Me encanta que ella se quede juntó a mi por su propia voluntad,eso significa que aúnque sea poco,me quiere.
-Esta bien,ahora pido algo para cenar,y mas tardé te llevó a tu casa- Asiente y al instante pone cara de preocupación. -¿Que te preocupa?-
-No puedes ir a la cárcel- Susurra.
-Algo se podrá hacer- Suspiro y me acercó a ella.-Mañana me reúno con mi abogado,y haremos todos lo posible para que no me culpen por algo que no he hecho- Le acarició la mejilla.
-Debes contárselo a tu familia- Niego
-¡Ellos te pueden ayudar!- Alza un poco la voz y la miró cansado. -Tu padre tienes contactos,te ayudará--¡Jamas le pediré ayuda a ese hombre!- Grito.
-¡Deja de lado tu orgullo estamos hablando de tu libertad!- Grita con lágrimas en los ojos.
-¡No es orgullo Martina,ese hombre es detestable,si supieras el motivo de mi enfadado lo entenderías!- Le grito aún más y me arrepiento. -Perdón,yo no quería gritarte tanto- Le susurro preocupado.
-No da igual,ya veo que no quieres la ayuda de nadie,quieres seguir siendo frio y solitario- Se va ha marchar pero la detengo.
-No es eso,lo que no quiero la ayuda de ese señor,el día que pueda contar el motivo de mi enfadado,lo entenderás todo- Le explico acariciándole la mejilla y asiente.
-Esta bien,pero debes hacer algo,no es justó lo que te van hacer-
Charlamos un poco más,y llamó a un restaurante para que nos traiga la comida.
Martina y yo estamos distantes.
En otra ocasión,estaríamos basándonos y tal,pero hoy nada de eso.
Me fastidia,porque si voy a la cárcel,estaré meses sin verla,y será una tortura.
-Voy a la ducha,a ver si me despejó. Ahí tienes el dinero para pagar la cena- Le explico y asiente.
Subo en silencio a la ducha.
En otras circunstancias le hubiera pedido que se duchara conmigo,pero se que está entré enfada y preocupada por mí,así que prefiero no cargarla más hoy.
Narra Martina.
No dejó de pensar en todo lo que está pasando Ángel.
Pensar que puede ir a la cárcel,me pone fatal.
No soportaría verlo entré rejas por algo que no ha hecho.
ESTÁS LEYENDO
Eres El Único Mal Que Me Hace Bien
RandomMe enamoré hasta de las letras de su nombre,de sus defectos,de su ternura disfrazada de frialdad. Eso me atrapó,me enloqueciò; ésa fue mi perdición.