Capitulo 38.

629 41 2
                                    

Narra Martina.

-¿Entonces estás segura que ha dejado de beber?- Le pregunto a mi cuñada a través del teléfono.

Ya hace 4 días de lo que sucedió con Ángel.

Desde ese día no he vuelto a ver a nadie de la familia Torres,tan solo a Pablo y no mucho.

Desde que vi a Ángel borracho,y que reconociera que bebía para olvidarme,casi no he salido de casa.

Irene me contó toda su conversión,y me siento como un monstruo.

El está enamorado de mi,y yo,yo no se lo que quiero,lo que si se que no quiero hacerle más daño.

Éstos días alejada de el han sido muy duros,he intentado llamarlo varias veces,pero en cuanto marcaba el número me entraba miedo y colgaba.

-Si Martina,estoy segura de que no ha vuelto a beber- Asegura Irene. -Está intentando olvidarte de otra manera, aunque dice que le está costando, porque te está echando mucho de menos- Me confiesa.

Se que la otra manera de olvidarme es refugiarse en Cayetana.

Espero que ella lo consiga como ya lo hizo con Marina.

Y debo reconocer que me ha gustado oir que me echa de menos,porque yo a el también.

-Para mi también han sido difíciles éstos días- Susurro. -Aunque hoy nos volveremos a ver-

-¿Vas a ir a trabajar?-

-No- Contesto con un nudo en la garganta. -Voy a presentar mi dimisión-

-¡Que!- Grita y hace que retiré un poco mi oído del teléfono. -Sabés que Ángel no te va a dejar que te marches-

-Si quiere olvidarme debe hacerlo-

Hablo un rato más con mi cuñada,y decido colgar para prepararme e ir a la sede.

Hay veces que pienso que a Irene le gustaría que Ángel y yo fuéramos algo,pero a lo mejor son imaginaciones mías,Pablo también es su hermano,y sería raro.

-¡Hola Martina!- Me saluda sonriente Valentina cuando entró en la sede.
-¿Que tal el viaje? Ya veo que se alargó- Frunzo el ceño.

Asi que Ángel le ha dicho a todos los de la empresa que sigo en París.

Vaya,yo pensé que estaría furioso y no habría dado explicaciones,pero no es el casó.

-El viaje genial- Le contesto con una sonrisa. -¿El señor Zamora está en su despacho?- Asiente.
-¿Puede decirle que estoy aquí y necesito hablar unos minutos con él?- Le pido.

Coge él teléfono para llamarle,y empiezo a ponerme nerviosa.

No se como actuará cuando me vea,y tampoco se como actuaré yo,solo espero no ponerme a llorar.

-El señor le espera en su despacho- Me dice Valentina sacándome de mis de mis pensamientos.

Ahora sí que me va el corazón a mil,yo creo que se oyen los latidos desde lejos.

Me acerco lentamente a la gran puerta,cojo una gran bocanada de aire y doy tres toques en la puerta.

Cuando oigo que me da permiso para pasar,abro la puerta lentamente.

Eres El Único Mal Que Me Hace BienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora