Capitulo 28

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Después de que Derek me diga todo lo que guardaba en su corazón no volvió a forzar algún tipo de acercamiento. Se dedicó a estar todo el tiempo con el pequeño Dylan, el cual estaba muy feliz de que el pelinegro esté muy atento en todo. Bebieron gaseosa y comieron un par de sándwiches que estaban en el refrigerador. Era como que si estaban solamente los dos. En este momento realmente me encantaba estar mirando cómo se desenvolvían entre ellos. Y ellos hacían como que, si yo no existía, o realmente se encerraron en una pequeña burbuja donde no era posible que alguien entrara. Al menos tenía un momento para mí a solar.

—Derek – Sus ojos verdes se posaron en mi – Pasaré al baño.

—Está arriba en...

—Ya sé dónde está – Le interrumpo con una sonrisa –, al menos que lo hayas cambiado de lugar. Si es así dime porque no me quiero perder y entrar a tu cuarto secreto donde guardas las muñecas inflables.

—Créeme que podrás encontrar un montón de cosas, pero no una muñeca inflable – Me mostro sus dientes cuando sonrió. Dios, era hermoso – Haz de cuenta que es como tu casa – Se dio vuelta a seguir jugando con el pequeño Dylan.

Una sensación de nostalgia se hizo presente en la boca de mi estómago. Todos los recuerdos que tenía con Derek en lo que era nuestra casa comenzaron a flamear en mi mente. Unas pequeñas lagrimas amenazaban con, pero me levanté rápidamente para que ninguno de los dos presentes se diera cuenta de lo que realmente quería hacer. Si, quería llorar como un pequeño estúpido. Por más que en frente de Derek me hacia la fuerte tenía muchos sentimientos mezclados en mi corazón. No sabía si lo odiaba, si lo amaba, si lo toleraba, si comenzaba a sentir cosas por Theo. Mi corazón me comenzó a jugar bromas realmente pesadas.

Camino lentamente hasta llegar a las escaleras. Subo arrastrando los pies, como si no quisiera llegar a piso de arriba, pero por el simple hecho de observar cada parte de la casa. Pensar que hubo una época donde era feliz aquí, e inclusive era feliz cuando Derek me maltrataba. Siempre lo excusaba y hacia que mi corazón le perdonase todo el mal que me provocaba, ya sea física o psicológicamente. Y siempre guardé los buenos recuerdos de nuestra relación, aunque muchas veces el rencor me jugaba en contra y terminaba sacando todo lo que me guardé por cinco largos años.

Cuando terminé las escaleras me encaminé rápidamente hasta el baño. Me encerré y miré mi silueta en el espejo. Estaba realmente demacrado, como si me hubieran golpeado la noche anterior. Mi piel pálida hacia que las ojeras se notasen más. Mi cabello no estaba tan iluminado como lo acostumbraba a tener. Hasta pude ver imperfecciones en mis uñas. Pero solo era todo causa de las inseguridades que tenía desde que era un adolescente.

Siempre pensaba en cómo alguien como el grandioso Derek Hale pudo fijarse en un debilucho como lo era yo. La primera vez que fuimos a una cita no sabía cómo actuar entonces recurrí a lo que mejor me salía: Hablar mucho y tratar todo con sarcasmo. Pensé que el pelinegro me odiaría, pero fue todo lo contrario, cuando me dejó en mi casa me agradeció por haberle dado la mejor y más divertida cita de todas. Esa noche dormí feliz y desde ese momento supe que Derek Hale era el gran amor de mi vida. Y en ese momento di un paso muy grande en mi vida, supe que podía ser alguien importante para una persona y me llenaba el alma saber que correspondían mis sentimientos. Siempre me burlé de Lydia por estar detrás de Jackson, pero una vez que me fijé en Derek le pedí disculpas tragando todo mi orgullo dándole la razón. Nunca olvidaré cuando me dijo que sentir amor en el corazón era lo mejor que le podía pasar al ser humano. Das un cambio de ciento ochenta grados.

Oriné lo más rápido que pude y abrí la puerta del baño. Cuando estaba a punto de volver a bajar veo la puerta entreabierta de la habitación que compartíamos con Derek cuando vivía con él. Primero dudé si entrar o no, pero la curiosidad pudo más esta vez y abrí la puerta tratando de no hacer tanto ruido para que no se escuchara abajo. Al entrar pude notar como la decoración no cambió de como yo lo había organizado. Todo seguía completamente igual. Ningún mueble cambiado y hasta los colores seguían vivos. Al ver cada rincón no pude evitar sentirme como una pequeña mariposa posándome en algo tan flaco temiendo caer. Muchas cosas vinieron a mi mente chocando con la realidad. No podía creer que pasó tanto tiempo desde lo sucedido con Derek. Seguramente era un sueño.

Fui hasta donde estaban las fotos, pero solo había marcos vacíos. Ninguna foto de Derek, lo cual me parecía extraño. Cuando estábamos juntos amábamos tener fotos de los dos en los retratos. Cada mañana me levantaba y los miraba como si mi vida dependiera de ello, pero ahora no estaban ¿Qué habrá hecho Derek con ellas? ¿Las habrá tirado a la basura cuando me dejó en la calle? ¿Las habrá guardado? Quizás eran preguntas que nunca tendrían una respuesta. O tal vez si. Solo si no tuviera tanto miedo de sufrir por amor nuevamente. Fui muy lastimado en el pasado y no sé si pueda sobrevivir a una nueva decepción.

—STILES – Derek gritó desde abajo haciendo que todo mi sistema se ponga alerta –. Baja que el almuerzo ya está listo y Dylan tiene mucha hambre.

Salí prácticamente corriendo de la pieza de Derek y bajé a pasos agigantados las escaleras. Pisé mal el último escalón y todo mi cuerpo estaba por caer de lleno al piso, pero unas manos fuertes me sostuvieron desde la cintura. El pelinegro me miraba fijamente y yo a él. Nuestras respiraciones se acompasaban y se podía sentir el silencio por los poros.

—¿Se van a besar? – La voz de Dylan retumbó en nuestros oídos haciendo que nos soltemos rápidamente llenos de vergüenza.

¡SOLO QUIERO AMOR! (Sterek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora