¡SOLO QUIERO AMOR! (Sterek)

Capitulo 16

Derek

Mientras manejaba mi coche no podía parar de pensar en el daño que le hice a Stiles. Lo había golpeado nuevamente, lo insulté como antes. Lo volví a tratar como un pedazo de excremento y eso mi corazón no me lo estaba perdonando. Pude recordar fogosamente el rostro de dolor de Stiles mientras estaba tirado en el piso tratando de no llorar más de lo que hacía. Cuando Dylan nos miraba sin entender nada de lo que estaba sucediendo. Su cara de confusión se grabó en mi mente como un tatuaje. En este momento odio haberme llevado por los rumores. Hubiéramos tenido la familia que siempre soñábamos, pero como siempre lo eché a perder.

La luz de la luna golpeaba en mi rostro haciéndome acordar de lo feliz que era con Stiles. Con Jennifer lastimosamente nunca me sentí de esa forma. Siempre se mostraba fría y me trataba con indiferencia. La misma forma en la que tratabas a Sti, me regañó mi mente. Y en parte tenía mucha razón. Siempre fui consiente de todo el daño que hacía en el castaño, pero en ese momento no me importaba una mierda. Deseaba vengarme de él. Deseaba vengarme de su infidelidad. Hasta que todo se fue al caño.

Después de romper con él y comenzar una relación formal con Jennifer me puse a pensar en todas las posibilidades que perdí de tener una familia feliz. Con Jennifer solo era sexo del bueno, pero nunca sentí aquellos sentimientos que me producía Stiles. Y cuando lo vi nuevamente las mariposas flotaron en mi interior como si abrieran las puertas de mi alma. No quiero dejarlo ahí pero mi mal genio no me permite ser del todo sincero con él. Siempre terminamos peleado y con él lastimado. Nunca iba a poder hablar con él sin lastimarlo de forma rotunda y me lamentaré por eso toda mi vida.

Cuando llegué a mi casa me juré ver a Stiles sentado en la escalera de mi puerta sonriendo. Quise correr hasta donde él se encontraba hasta que me vi caminando desde un costado. Mi figura llegó junto a él y se dieron un pequeño pero duradero abrazo y en ese momento caí en cuenta: Era uno de los momentos que pasé con mi castaño cuando todavía éramos novios. Mi vista comenzó a nublarse y pude sentir como las lágrimas se acumulaban en mis ojos amenazando ser derramadas. Automáticamente em tomé de la cara y obligué a mi cuerpo a borrar todos esos impulsos.

Una vez que caí en la realidad caminé lentamente hasta mi puerta hasta que escuché un par de golpes que me dejaron estáticos. Coloqué mi oreja muy cerca de la puerta para tratar de descifrar lo que podría ser. Lo primero que se me vino fue que era un ladrón tratando de robar mi casa. Ya había comenzado a idear un plan para sacarlo a patadas de mi hogar hasta que unos pequeños gemidos se hicieron audibles en mi tímpano. Eran gemidos de mujer. Eran gemidos de Jennifer. Y se escuchaba unos gemidos más duros.

Abro la puerta rápidamente y me encuentro con una escena que nunca me la borraré de mi mente. Chris Argent estaba recostado sobre mi mesa y Jennifer estaba sobre el cabalgándolo. Era tan intensa la sesión de sexo entre ambos que no se percataron que yo había interrumpido en mi propio hogar. Los miraba con asco hasta que pude recordar como Stiles me encontró aquella vez con Jennifer: En la maldita puta posición. Y toda la culpa se acumuló en mi corazón al pensar toda la oleada de pensamiento que se posaron en la mente de mi Stiles.

—Tienes tal descaro Jennifer – Grité fuertemente sorprendiendo a los dos individuos que rápidamente se separaron –, follando con una de las personas que yo consideraba mi amigo.

—No es lo que piensas Der – Jennifer levantó la mano en señal de paz – solamente estaba haciendo lo que Chris me pedía. Él me estaba obligando Derek. Yo no quería hacerlo.

—Si serás zorra Jennifer – Chris se metió en la conversación –, tú me llamaste con la idea de follar. No quieras meterle tal perro a Derek. Amigo – Me miró a mí apenado –, tu novia es una zorra.

Yo solo los miraba con el ceño fruncido aun decepcionado, pero no por Jennifer, sino por Chris. Realmente consideraba a Chris Argent mi amigo. Y más cuando compartimos muchos momentos luego de la pérdida de su mujer y su hija Allison en el accidente de carro.

—Quiero que los dos se vayan de mi casa – Grité aun sin mirarlos. Chris rápidamente comenzó a buscar su ropa para vestirse. Jennifer seguía desnuda con los brazos cruzados mirándome enojada.

Chris comenzó a caminar hasta la puerta, pero antes me tocó el brazo.

—Perdóname amigo – Dicho esto salió rápidamente de mi hogar.

Mi mirada seguía clavada en Jennifer. Esta solo no cambiaba el frio rostro. Se acercó rápidamente a mí y me quiso abrazar, pero yo solo me corrí de lugar humillándola.

—¿Por qué te corres Derek? Yo te amo – Me dice con cara de perro triste. Pero no me lo trago ese cuento.

—Quiero que te vayas de mi casa Jennifer, ahora mismo. No me importa que no tengas lugar donde ir. Pídele a los muchos de tus amantes que te cobijen en su casa. Yo no quiero seguir viéndote aquí.

—¿Me dejaras en la calle como a Stiles? – Escupió su veneno como siempre.

—Se lo que tratas de hacer, pero no me dejaré llevar por tus cuentos como hace cinco años. Stiles no es ninguna zorra como tú.

—Pues esta zorra logró que ustedes terminen y te juro que si me dejas haré que sufras el doble de lo que sientes ahora. No me conoces para nada Derek Hale – Me amenazaba apuntándome con el dedo.

—Solo quiero que te vayas Jennifer.

Me miro desafiándome y al no ver que yo cedía comenzó a buscar su ropa. Yo solo la miraba con asco. Subió a la habitación que compartíamos y luego de quince minutos bajo con dos valijas.

—Esto te costará caro Derek Hale.

Abrió la puerta y salio con todas sus cosas.

Me tiré en el suelo de rodillas y las imágenes del día que Stiles nos vio llegaron a mi mente. Su llanto. Su dolor. No podía evitar sentirme la peor mierda del mundo. Cuando lo eché de mi casa. Cuando lo dejé en la calle. Cuando prácticamente abusé de él. Las lágrimas se apoderaron de todo mi sistema y no lo soporté más. Rompí en llanto como nunca.

Perdí una familia y perdí al amor de mi vida por una persona que no valía la pena, pero creo que ya es tarde para haberme dado cuenta.