Capitulo 37: Inestabilidad y problemas

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Lo primero que hice al llegar al aeropuerto de Puebla fue pedir un uber para todos. Esperamos hasta que llegara. Llego un coche y vi que no vamos a caber todos.
—William te puedes llevar a Christian, Alice y Matías a la casa de mi tío por favor. Ellos ya saben que vendrán los niños y después Christopher se irá con Tessa y Jacob y Max se irá con Rafael, Manu y yo nos iremos al departamento de Rogelio y de Rodrigo para de ahí irnos a la casa y después alcanzarlos en la casa de mi tío. —le dije y el asintió.
—si esta bien te veré aya. —me dijo y se subió al uber.
*****
Ya estaba en camino a al departamento Rogelio y Manu no dejaba de quejarse de por qué tuvimos que venir a México y que por qué vamos al departamento de Rogelio y de Rodrigo.
—Manuel solo deja de quejarte por un maldito minuto por favor y iremos quieras o no al departamento de mi primo y de su amigo. —le dije y vi que ya llegamos. —gracias bonita noche —le dije al taxista y nos bajamos. —mierda Manu camina que quiero ya irme a la casa. —le dije y lo tome de la mano para poder avanzar.
—¿no pudo vivir en otro lugar no tan llamativo?—se quejó.
—cállate que nosotros también vivimos en lugares llamativos y mucho tu Manu. —le dije y entre a uno de los edificios.
—hola buenas tardes señora Wallter ¿va a al departamento 590?—me pregunto el de la recepción de abajo.
—si iré al departamento 590. —le respondí y él se hizo a un lado para que pudiera pasar.
—¿viene con usted?—me pregunto refiriéndose a Manu.
—si deje lo pasar por favor. —le respondí. Dejo pasar a Manu y subimos al quinto piso.
—creí que tenían mejores gustos que los Sonata Towers. —comentó Manu.
—ya deja de quejarte. —le dije algo molesta. El elevador se paró y abrió las puertas en el quinto piso. Camine hasta su departamento que está al final del pasillo y toque el timbre.
—ya voy. —grito Rogelio del otro lado de la puerta y poco después se abrió. —hola Aria. —me saludo y me abrazo.
—hola Rogelio. —le regrese el saludo.
—¿no se suponía que él estaba muerto?—me pregunto al ver a Manu.
—si larga historia—dije.
—¡¿quién es?!—grito Rodrigo desde la cocina.
—¡yo idiota!—le respondí. El vino corriendo y me levanto del suelo dándome vueltas mientras me abrazaba.
—se suponía que está Navidad ibas a venir. —me dijo bajándome.
—no yo ya te había dicho en verano que está Navidad la iba a pasar con Mic, Will, Connor y todos ellos en Estados Unidos. —le respondí.
—si es cierto se me olvido. —dijo mientras fruncía el ceño. —bueno pasen. —dijo y entramos. Mi celular empezó a sonar y vi que es mi tío Ramón.
—hola tío. —lo salude al contestar. Me fui hacia la cocina ya que ahí no se escuchaban las voces de ellos.
—oye hija los niños se quieren quedar a dormir hasta que vallan a Miami ¿pueden quedarse?—dijo y escuchaba los niños murrmaban cosas como "por favor que diga que si" o "solo espero que diga que si".
—si sol si no hay problema para ti y los demás. —le respondí. —ah y diles por favor que no los podré alcanzar hoy en la casa que pasaré y en la tarde salimos a comer con todos. —le dije y escuche como dijo "dijo que si" y luego escuche "wuuuu" o "siiiii" por parte de los niños.
—si esta bien hija. —me respondió.
—bueno los veo en la tarde—me despedí.
—si hija cuídate. —me dijo y colgó.
*fin de la llamada*
Regrese donde están todos y se ve que el ambiente está muy tenso.
—¿quién era?—me pregunto Manu volteando a verme con cara de sácame de aquí.
—mi tío Ramón y me pidió si los niños se pueden quedar a dormir hasta que nos vallamos a Miami. —le respondí.
—¿ósea no tenemos ahora niños en la casa?—me pregunto Manu alzando una ceja y mirándome con cara de pervertido.
—si exactamente no habrá niños en la casa como por casi cuatro semanas. —respondió y vi cómo una gigante sonrisa se formó en la cara ce Manu.
—si no tienen niños podrán venir a una fiesta con nosotros. —dijo Rodrigo y vi como Rogelio le pego el hombro pero él no reaccionó.
—esperen ¿hoy qué es?—pregunte por qué no me acuerdo si hoy es viernes o jueves.
—viernes por qué ya son las dos de la madrugada. —respondió Rogelio.
—pues entonces mañana salgamos a algún lado en la noche. —respondió ansioso.
—¿pero quien maneja?—pregunto Rodrigo.
—yo manejo. —dije.
—pero si tú no tomas no será la noche tan buena. —dijo haciendo puchero.
—tu lo más probable regresaras borracho Rodrigo, Rogelio estará tomado pero así para poder llegar hasta el departamento contigo y Manu no creo que tome mucho pero por cualquier cosa yo no tomare. —le explique.
—si tienes un buen punto de vista. —me respondió Rogelio.
—bueno me pueden dar las llaves de mi casa—les dije.
—si ten. —dijo Rogelio quitándolas de sus llaveros y demás llaves.
—gracias. —le dije tomando las manos. —no deje mi coche en el estacionamiento la última ves ¿verdad?—pregunte.
—si ahí se quedo tu camioneta dodge Durango. —me dijo serio Rogelio. —solo que le hace falta un lavado y urgente por qué está lleno de polvo. —agregó y me dio las llaves de la camioneta.
—si gracias. —le dije. —los veo hoy en la noche y por favor no traigan más de una persona cada quien.—les advertí.
—si. —dijeron los dos al unísono.
—los veo en la noche. —dije mientras caminaba con Manu a la puerta. Salimos y nos fuimos al elevador. Bajamos hasta el sótano y fuimos a la camioneta.
—¿quieres que maneje?—me pregunto Manu.
—si, si quieres. —le respondí y unos subimos. Me puse el cinturón de seguridad Manu salió del sótano.
—¿a la misma casa?—me pregunto Manu.
—no. —le respondí y puse rápido el navegador en mi celular. —guíate con esto. —le dije y puse mi mano con el celular a un lado para que Manu pudiera ver por donde tiene que ir.
—¿vendiste la casa que compramos hace unos años?—me pregunto.
—no la estoy rentando y yo compre otra casa en morillotla o algo así, una más grande ya que ahora tenía que cuidar más niños. —le respondí y recargue mi cabeza en su hombro.
—déjame ver dónde llega para apagar el navegador. —me dijo y tomo mi celular. —ya vi donde queda. —me dijo y me dio mi celular.
****
Tenía mucho sueño y lo bueno es que estábamos por llegar a la casa.
—¿es este portón?—me pregunto Manu y vi que es un portón con plantas sintéticas encima.
—si es este. —dije y saque de la guantera el control para abrir el portón. Entramos y había un camino largo hasta llegar a la casa. Manu estaciono la camioneta en la entrada y fuimos a la puerta principal. Saque las llaves de mi bolsillo delantero del pantalón y entramos a la casa. Deje todo en la cocina y subí a mi habitación. Entre y lo primero que hice fue quitarme la ropa para quede en ropa interior y ya así dormirme. Me metí bajo las sábanas y vi que Manu me estaba viendo con el ceño fruncido. —ponte cómodo y ya vente a dormir —le dije y di varias palmadas con mi mano para que ya se acostara en la cama y se durmiera.
—¿no quieres que valla a otro cuarto?—me pregunto.
—no idiota tú eres mi esposo y se supone que tienes que dormir conmigo en la cama idiota. —le dije ya muy adormilada. Sentí cómo él se tumbó a mi lado y me abrazo. Yo me acomode y puse mi cabeza en su pecho y escuche como su corazón se aceleró. —yo también sigo teniendo el mismo efecto en ti después de cinco años. —dije en susurro y sentí como sus labios hicieron ligera presión en la parte alta de la cabeza.
*******
Al despertar note que Manu no estaba junto a mí así que me puse su player y baje. Escuche la cafetera y supe que era Manu.
—buenos días. —lo salude y lo abraza por la espalda. El solo estaba en bóxer y se veía todo su cuerpo bien trabajado.
—hola. —me regreso el saludo. —¿cómo dormiste?—me pregunto.
—mejor que nunca. —le respondí. —¿y tu?—le pregunte y fui al refrigerador. Si es cierto no le pedí a mi tío que una de sus trabajadoras fuera a hacer mis compras. Solté un quejido y fui a abrí la terraza.
—muy bien. —me respondió Manu. Tome su taza de café antes de que le diera el primer trago y tome un poco. —oye es mi café. —se quejó y yo solo me encogí de hombros.
—está bueno. —le dije.
—si ya se. —me dijo.
—oye me iré a bañar para que en un rato vallamos a desayunar, al supermercado después y después de eso a comprar ropa. —le dije mientras nos abrazábamos y nos veíamos fijamente a los ojos.
—si esta bien. —me dijo y me plantó un beso en la frente. Me subí fui al vestidor a ver su deje ropa aquí y si deje ropa. Deje un top holgado blanco de tirantes de espagueti, unos pantalones de mezclilla desgastados, una sudadera de cierre color Rosa clara de Adidas y unos tacones de aguja color beige. Perfecto. Me metí a bañar para después cambiarme y a listarme. Baje y Manu tenía el cabello mojado así que creo que ya se baño.
—¿ya estás?—me pregunto sin despegar la mirada del televisor.
—si solo déjame agarrar mi celular. —le respondí y fui rápido a la cocina. Regrese y me senté en las piernas de Manu.
—eso dolió. —se quejó con una mueca. Yo le sonreí y puse mi brazos al rededor de su cuello.
—ya no te quejes. —le dije y acerque su cabeza más a mi.
—¿y si me acercas un poco más?—comentó Manu para luego verme con cara de pervertido.
—no ya vámonos. —le dije y me levante. Camine a la puerta y ahí espere hasta que el dio un quejido y vino hasta donde estaba. Salimos y me subí al asiento copiloto.
—¿a dónde vamos a desayunar?—me pregunto.
—a los tacos. —le respondí sonriente.
—¿a esta hora?—me pregunto sorprendido. Ya que normalmente no escogería esto como desayuno.
—si hay que aprovechar que estamos en México. —le dije y di varias palmadas en su pierna.
—me duele ahí Aria. —se quejó y hizo una mueca de dolor.
—¿estás bien?¿qué pasa?—le pregunte preocupada y puse mi mano en su espalda ya que el puso su cabeza contra el volante.
—luego te explicaré. —me respondió.
—no primero quiero ver la herida o lo que sea por qué puede estar infectado. —le dije bajándome de la camioneta y fui a la puerta del asiento piloto. —ahora vamos a adentro y veré si la tengo que limpiar. —le dije preocupada. Fuimos hacia adentro. Manu se sentó en el sillón y yo fui por el botiquín que tengo en la cocina. —¿dónde está la herida?–le pregunte caminado hacia el con el botiquín entre mis mano.
—en la pierna derecha. —me respondió.
—entonces quítate el pantalón para que pueda ver tu herida. —le dije y saque alcohol y unas gasas. Tenía un vendaje al rededor de su muslo y tiene una mancha roja en el centro. —¿por qué no me dijiste que estabas herido?—le pregunte mientras le quitaba la venda.
—no te quería preocupar. —me respondió para después hacer varias muecas de dolor y yo me reí. —no te rías que cuando te lastimaste el pie no estuviste mejor cuando te ponía la pomada. —dijo algo molesto. Quite la gasa que está llena de sangre. La quite y vi que tenía una como un roce de bala.
—¿te rozó una bala?—le pregunte.
—si como hace dos semanas y no se me a podido cerrar bien. —me respondió y yo pase el algodón lleno de alcohol por la herida y realmente nos se veía bien. Como no me di cuenta estos días y mucho menos cuando estuvimos en Alemania y estábamos por hacerlo. Solo sentí un roce con algo y supuse que eran sus bóxers. Le termine de limpiar la herida y le puse una nueva gasa y vendaje. Puse las cosas en el botiquín y lo fui a dejar a la cocina. Para después irme a la camioneta y esperarlo ahí. Espere que me dijera un gracias o algo por el estilo pero no sé sintió como cuando fue la inauguración del hotel en las Vegas hace más o menos seis años. Cuando baje las escaleras y Peter solo decía comentarios pervertidos de Dana mientras Manu ni me veía y luego en el despacho después de la llamada se empezó a comportar raro.
—ya amor—me dijo Manu sacándome de mis pensamientos yo solo aranque la camioneta y me fui a mi restaurante de tacos preferido.
*****
Ahora ya estamos en camino al restaurante que me dijo mi tío al que van a ir. Yo me quede con la misma ropa ya que es un bufete de carnes brasileñas en un pueblo de italianos creo. Y mierda los meseros de este restaurante sí que están buenos. Deje la camioneta en el valet parking y entre al restaurante con Manu detrás de mí.
—prepárate para una bomba de preguntas. —le dije y caminamos a la mesa donde están todos sentados. Salude a todos y me senté en uno de los asientos que quedaban libres. Manu se sentó a mi lado derecho y como supuse lo empezaron a bombarder con pregunta y en el extremo izquierdo estaba mi tío Ramón sentado viendo a todos muy feliz.
—¿cómo va todo en Holanda hija?—me pregunto.
—bueno no digamos que del todo bien. —le respondí y una pequeña sonrisa se formó en mi comisura.
—¿por qué?¿qué paso?—me pregunto preocupado.
—Luego te contare bien por qué tiene que ver con un tema innombrable. —le dije y el asintió.
—¿a los niños como les a ido en la escuela?—me pregunto y noté que en ese momento Manu puso atención a nuestra conversación.
—muy bien Jacob es de los mejores del salo, Tessa también, Max no me a dicho cómo van sus calificaciones, Ali va muy bien y Chris me preocupa por qué bajo de calificaciones en todo hasta en deportes y natación. —le respondí.
—¿ya has hablado con él? —me pregunto.
—no todavía no. —le respondí.
—lo más probable es que no se pueda concentrar como muchos niños a su edad tienen problemas para poderse concentrar. Rodrigo también empezó así y luego empezó a ir con una sicóloga y sus calificaciones empezaron a subir otra ves hasta que pudo llegar a una de las mejores universidades del país. —me comentó.
—a lo mejor es eso. —le dije y termine de comer mi plato.
Todos estaban platicando animadamente mientras yo estaba en silencio pensado en los años que llevo con Manu y si de verdad pienso quedarme el resto de mi vida junto a él. Yo apenas acabo de cumplir veintiséis años y todavía no e vivido mucho. En estos momentos como quisiera que Mic estuviera aquí para aconsejarme. Sé que Dana me aconsejara pero no con una perspectiva de un hombre como lo hace siempre Mic cuando le pido un consejo sobre este tipo de temas. Will ya no es el mismo como para poderle pedir consejos es diferente desde que se retiró del militar ya no es divertido ni infantil como antes lo era, ahora es serio y amargado pero lo sigo queriendo como amigo.
—¿estás bien hija?—me pregunto mi tía abuela Olga.
—no lo sé. —le respondí.
—vente vamos ayúdame a levantarme quiero hablar contigo. —me dijo y yo me levante para ayudarle y fuimos al jardín que tiene el restaurante y frente al jardín están los juegos para niños. Nos sentamos en una de las bancas que están ahí para poder ver a los niños. —yo sé que estás confundida por lo que sientes por Manuel lo veo en tu mirada y en la forma en que hablas y eres con él. Yo me acuerdo cuando viniste hace unos siete años por el incidente que hubo y él te vino a buscar tú eras en ese tiempo otra persona y muy muy joven. Sé que no es fácil decidir algo cuando tienes que decidir para el beneficio de ti y de tus niños. Yo tengo cinco hijos de los que estoy orgullos. Tú sabes que vengo de una familia muy grande mis padres tuvieron diez niños y sabía que ellos no lo tenían fácil. Yo sé que tú quieres solo el bien para los niños y sé que necesitas despejarte un poco para pensar las cosas. Me acuerdo que con mi esposo estuve en una situación donde él era muy conflictivo pero por suerte solo fue temporal ya que tu tío Ramón le abrió los ojos y le dijo en la cara que no nos debía tratar como animales ni sirvientes por qué él y sus hermanos eran personas y yo era su esposa y me tenía que respetar. Ramón me dijo una semana después que le dijo a su papá que tuviera cuidado con a quien hería por qué no todo el mundo es reemplazable y una semana después Ramón me convenció de pedir el divorcio y si no hubiera sido por él yo estaría ahora en la casa con su papá preparando sin parar comida o limpiando la casa. Ahora gracias a mi hijo Ramón vivo más de lo que pensaba antes. Tu hija eres una increíble mujer tu luchas por lo que quieres. Eres una persona fría por naturaleza, si puedes ser cariñosa pero no eres así por que no le dice a todo mundo que lo quieres o andas abrazando a medio mundo pero yo sé que cuando alguien encuentra un lugar en tu corazón eres la persona más noble que podrás conocer. Ese aspecto lo tienes de mi hermano Rodolfo. Tú nunca fuiste digamos que una persona cariñosa pero si eres una persona noble. Crees que yo no sé que luego cuando vas con tu primo al centro le das más de mil pesos o le compras lo que necesitan las personas que viven en la calle y ese aspecto lo tienes de tu abuela Gloria. Hija poco a poco la vida te va enseñando por quién debes luchar y a quien tienes que renunciar. Manuel es realmente un maravilloso hombre se ve que él te ama y mucho. Sé que es difícil ahora que el literalmente regreso de su muerte por qué no hablas con tu abuela Gloria ella pasó por lo mismo que tú estás pasando ya que tu abuelo Rodolfo también regreso de la muerte literalmente y ella sabrá que aconsejarte mejor que yo Aria. Te diré una cosa más que nunca encontrarás a un hombre igual a él así que será mejor que hablen sobre sus inseguridades antes de que algo salga mal y si quieres yo convenceré a Ramón a que los niños se queden aquí hasta después de la inauguración de tu hotel en Miami hasta Max se puede quedar claro si él quiere quedarse. —me dijo. —¿porque no se van unos días al departamento que tengo en la cuidad de México para reencontrarse?—me pregunto animada.
—sería buena idea. —le respondí. —gracias por tu consejo, de verdad muchas gracias. —le agradecí y le ayude a levantarse de la banca.
—no tienes de que agradecerme Aria. —me dijo y me dio un beso en la mejilla para después dejarme mi mejilla llena de labial. Regresamos a la mesa donde todos están ya comiendo su postre y vi cómo mi tía Olga se apuró y le arrebato su postre a Rodrigo.
—oye abuela era mío. —se quejó.
—cállate o le diré a tu papá lo que pasó una ves en la casa. —le dijo y él ya no dijo nada. Me senté en mi lugar y Manu tomo mi mano.
—¿Manuel que te parece irte con Aria a mi departamento en la cuidad de México?—le pregunte mi tía Olga a Manu. —tómalo como vacaciones. —agregó.
—¿tú qué dices amor?—me pregunto y sentí las malditas mariposas en mi estomago.
—si esta bien. —le respondí y volte a ver mi tía Olga para mover mis labios diciéndole "gracias".
—tengan el control para abrir la enterada del estacionamiento y las llaves del edificio y del departamento. —nos dijo mi tía Olga dándonos todo. ¿Como traer todo en su bolso?
—gracias. —le agradeció Manu.
—si de que hijo. —le respondió mi tía Olga.
—¿vas a pedir un postre?—me pregunto Manu.
—no estoy más que llena. —le respondí y me sentía como si iba a explotar.
—bueno yo me pediré un volcán de tres leches. —me dijo con una sonrisa de oreja a oreja en su cara. Manu soltó mi mano para comer su postre y vi que Matías venía corriendo con Chris y Ali detrás de él.
—mama. —me llamaron los tres al unísono.
—¿qué paso?—les respondí cuando ya estaban parados junto a mi.
—queremos unas de esas espumas de las que nos compraste el verano pasado. —respondió Ali y me miró con los ojos de cachorro callejero.
—¿cuánto cuestan?—le pregunte.
—100 cada botella. —me respondió Chris.
—¿euros, dólares o pesos?—le pregunte divertida.
—pesos mama que no ves que estamos en México.—me respondió Chris con cara de no es muy obvio señora.
—dejen me ver si traigo para que se compren dos cada quien. —les dije y agarre mi cartera. Tenía cuatrocientos pesos ya que el resto me lo gaste en el supermercado.
—¿qué paso?—me pregunto poniendo su brazo sobre mi hombro.
—es que los niños quieren unas espumas y estoy viendo si traigo para que ellos se compren dos y no solo una. —le respondí y revise mis bolsillos.
—¿cuánto cuesta cada una de las botellas?—me pregunto.
—cien pesos. —le respondí.
—yo sé las comprare Aria. —me dijo levantándose de la silla.
—su papá los acompañara a comprar sus espumas. —les dije y vi como la sonrisa de Chris se fue borrando al ver que Manu se acercaba.
—ahorita vengo. —me dijo y me plantó un beso en la mejilla.
—quieto ahí viejo, tiene que tranquilizarse. —le dijeron Chris y Ali a Manu y yo me empecé a reír por el tono serio que tuvieron. —no se ría. —me dijeron y desaparecieron entre los niños en el jardín. Poco después alcance a ver a los niños empezando a jugar con su espuma y llenaron a Manu. El vino hacia mí con una gigante sonrisa y detrás de él venían los niños tambien con una gigante sonrisa en el rostro. Oh no me van a llenar de espuma. Me levante de mi lugar y camine rápido al extremo de la mesa donde estaban unos primos y unas tías mías. Vi cómo se separaron y yo salí corriendo a dirección del baño. Muy bien pensado Aria al ponerte hoy tacones. Mierda maldito pasto. Mis tacones no dejaban de enterarse en el pasto y vi cómo Chris me tuvo en la vista y grito algo que no alcance a escuchar. Vi cómo Manu aceleró su paso y yo corrí al baño de mujeres cuando lo tuve en mi vista.
—ya te tengo. —me dijo Manu y me rodeó con sus brazos para después levantarme del suelo y cargarme como un saco de papa.
—Manuel bájame. —dije mientras me movía lo más que podía.
—no gastare cincuenta euros a cada uno de mis hijos por no llenarte de espuma. —me dijo y lo más probable es que este sonriendo como idiota. Espera mi top es blanco.
—Manu traigo un top blanco se me va a transparentar todo. —le dije y sentí como se tensó.
—tienes una sudadera. —justificó.
—pero la deje en la mesa y no creo que quieras que me van los hombres ¿verdad? —dije.
—mientras ellos te llenan de espuma yo iré rápido por tu sudadera. —me dijo y me bajo. Vi cómo los tres venían corriendo hacia mí con la botella lista para apuntar con la botella metálica llena de espuma hacia mí.
—¡Ahora!—grito Chris. Ali y Chris me empezaron a echar, mientras que Matías no podía sacar espuma de su botella y cuando al final lo logró la espuma salió disoarada en su cara. Trate no soltar una carcajada ahora pero se vio tan chistoso.
—Mati gira la botella y aprieta fuerte el botón donde sale. —le dijo Manu a Mati volteándole su botella y ahora apuntaba hacia mí. De por sí ya estaba empapada. Después de que Matías también me hecho espuma ellos se fueron y se empezaron a echarse espuma entre sí.
—ten. —me dijo Manu dándome mi sudadera.
—gracias. —le dije y me la puse rápido por qué enserio se transparentaba todo. Regrese a la mesa y lo primero que hizo Rodrigo fue soltar una carcajada.
—deja de reírte por que si sigues no te irás en mi camioneta a ningún lado hoy. —le dije al oído y él se callo al instante.
*****
En la tarde pude hablar con Steven y me recordó sobre lo que está pasando. Me dijo que era mejor que llamara a Filip y le dijera que los guardaespaldas tenían que venir lo más rápido posible a México y que los esperara en mi casa y hasta después me fuera con Manu la cuidad de México con los guardaespaldas. Después de haber hecho todo eso baje a la sala y me tumbe junto a Manu en el sillón.
—¿qué pasa?—me pregunto y me rodeo con su brazo para acercarme más a él.
—nada solo algo estresada. —le respondí y puse mi cabeza en su pecho.
—ven. —me dijo Manu y daba varias palmadas en su pierna.
—no, no quiero que te vuelva a doler la pierna. —le dije.
—bueno entonces así. —me dijo para acostarse y sentarme en él. Tomo mi nuca y sentí el ligero roce de sus labios. El empezó a dejar suaves besos hasta hacer un camino a cuello.
—Manu. —dije en un susurro casi inaudible.
—tranquila no hay nadie. —me susurró al oído para después morder ligeramente mi lóbulo. Mierda esto se siente tan excitante. Quería sentir sus carnosos labios sobre los míos y tener un beso apasionado para después morderle ligeramente el labio inferior.
—estira las piernas y no las vallas a flexionar. —le dije y el obedeció.
—¿que va...—ya no pudo terminar su oración por qué lo empece a besar. Le quite la camisa y le desabroche el pantalón. Mis manos apenas rozaban su piel pero yo ya sentía a su amigo despierto. —mierda no pares. —dijo en susurro mientras me él me quitaba el top y los pantalones para quedar en ropa interior frente a él. —extrañaba esta faceta tuya. —me susurró y sentí como toda mi piel se puso de gallina. Nos dimos la vuelta y el quedo arriba de mi. —es mi turno de seducirte. —me dijo con una sonrisa pícara. Empezó a plantar besos desde mi mejilla izquierda hasta llegar a mi hombro. Necesitaba sentirlo más cerca de l  que ya estaba. Solo se escuchaban nuestras respiraciones aceleradas hasta que escuche como sonó el timbre de la casa y no el del portón. Mierda. Manu paro y me miró confundido.
—ignoremos el timbre. —le dije y empecé a besar su labios.
—¡Aria!—grito Rogelio y su grito provenía de la cocina.
—¡espera en la cocina!—le grite alterada.
—¿por q...—ya no terminó su oración por qué estaba parado en el marco de la cocina. Manu se tumbó encima de mí y me acorde de las Vegas cuando pasó algo parecido.
—te dije que esperaras en la cocina. —le dije molesta y agarre la playera de Manu para ponérmela. —¿dónde están los demás idiotas?—pregunte molesta.
—en el coche de Rodrigo. —me respondió.
—dile a Rodrigo que deje su coche en el garaje y esperen nos aquí abajo.—le dije y subí a mi habitación. Tuvo que interrumpir ahora. Cerré la puerta detrás de mí con violencia.
—tranquila amor. —me dijo Manu abrazándome. Yo solo correspondí el abrazo y nos quedamos hacia un rato.
—me iré a alistar.—dije y fui a las bolsas dónde está la ropa que compramos. Escogí unos jeans, una playera negra que tenía un escote en forma de v y los tacones que traía hoy en la tarde. Me acomodé el cabello y me retoque mi maquillaje. Baje y ya todos estaban ahí. Rodrigo se puso una camisa azul Marina y unos pantalones de vestir café claros, Rogelio una camisa blanca y unos jeans. Ellos trajeron a dos amigos uno es alto de piel apiñonada, cabello castaño y de ojos color miel y guapo. El otro es un poco más chaparrito y él es moreno, muy muy musculoso, de cabello negro y ojos color café obscuro, también algo guapo.
—ya vámonos. —dije sería. Salimos y nos subimos a mi camioneta. No dije nada más que "¿a dónde vamos?" y "si esta bien".
Yo no dejaba de pensar en el camino sobre lo que a estado pasando en el último tiempo y lo que me dijo mi tía Olga. Dios por qué tiene que complicarse todo ahora.
****
Ahorita estamos en un antro y el ambiente está bueno me ayudó a distraerme un poco de todo.
—iré por algo de beber. —le dije a Manu al oído por qué la música está muy muy fuerte y el asintió. Fui a la barra y pedí una botella de agua. Cuando regrese no vi a Manu con los demás. —¡¿oigan y Manu?!—pregunte.
—¡no se se fue por qué una chica lo llamo y se fue con ella! —me respondió el moreno llamado Gustavo.
—¡¿viste para donde se fueron?!—le pregunte.
—¡si en dirección al baño!—me dijo. Fui hacia los baños y ahí estaba Manu con esa chica y muy muy cerca. Me los quedé viendo y solo regrese con los demás.
—me adelantaré al coche. —le dije a Rodrigo. —los veo aya en máximo diez minutos sino se regresan en taxi. —le advertí y el asintió.
—si ahorita te alcanzamos. —me dijo. Yo salí del antro y empecé a caminar a la camioneta. Me subí y vi que tenía varias llamadas perdidas de mi tía Carol. Le marque y al primero tono contesto.
—¿Aria?—me pregunto asustada y preocupada.
—¿qué paso?—le pregunte.
—Ana me llamo llorando diciéndome que Richard ya no le pagara sus estudios y su departamento en Holanda y que busque otra solución para ver cómo sale de esa. —me dijo y vi que tenía más de veinte llamadas perdidas de Ana.
—este hablaré con ella al rato para solucionarlo gracias tía. —le respondí.
—por favor llámala lo más pronto posible esta muy preocupada. —me dijo.
—si tía lo haré te hablaré más tarde si puedo. —dije sería y colgué.
*fin de la llamada*
Sabía que en algún momento iba a pasar eso. Maldito Richard. La puerta trasera se abrió y escuche todas la voces menos la de Manu.
—vámonos. —me dijo Rodrigo.
—¿y manuel?—le pregunte sería.
—me dijo que nos alcanzará lo más pronto posible en tu casa por qué tenía que hacer algo con esa tipa. —me dijo y yo apreté mis manos más fuerte contra el votante. Mis nudillos empezaban a tener un color blanco. Arranque el coche y me fui directo a mi casa.
****
Al llegar solo estacione la camioneta y entre lo más rápido posible.
—si quieren algo hay comida en la cocina yo ya me iré a dormir y por favor no rompan nada. —dije viendo fijamente a Rodrigo y Rogelio. Me subí y cerré mi puerta y me puse mi pijama. Llame a Ana y ella no contestaba. Vi que hora era y ya eran las cuatro de la tarde en Holanda ella ahorita está en su entrenamiento y acaba hasta las seis de la noche. Mejora llamaré mañana. Me acosté en la cama y trate de dormirme.

******
Me desperté por la alarma de la casa que no dejaba de sonar. Baje alarmada y fui a al cuarto donde están las cámaras donde Rogelio y Rodrigo ya están.
—¿Aria como se apaga esto?—me pregunto Rogelio y yo puse rápido el código para apagar la alarma.
—voy a ver quién está. —dije y fui cambiando de cámara. Cambie a la de la entrada y ahí está Manu con la tipa del antro muy abrazados. —pueden ir a abrirles por favor yo me iré a dormir otra ves. —les dije y salí de ahí. Ya iba a subir las escaleras pero alguien me tomo de la muñeca.
—¿te sientes bien?—me pregunto Rodrigo.
—estoy cansada. —le respondí sería y él me soltó. Me subí pero en ves de ir a la habitación, me fui hasta el último piso de la casa para subirme de ahí a la sotea y ver el amanecer. La vista que tienes desde aquí es increíble. Yo solo me senté y empecé a observar el amanecer hasta que escuche ruidos detrás de mí.
—¿Aria?—me llamo Manu a mis espaldas.
—quiero estar sola. —dije molesta.
—¿estás bien?—me pregunto.
—si solo déjame sola. —le respondí.
—no. —me respondió y se sentó junto a mi yo me quede donde yo estaba y mire el amanecer. —Aria quiero que me escuches por favor. —me dijo Manu rompiendo el silencio.
—Manu ahorita no. —le dije por qué sé que estoy por explotar de enojo que e estado guardando estos cinco años y luego con lo de Ana no mejora la situación.
—¿dónde está Manu?—escuche una voz chillona desde abajo. El metió a esa zorra hasta mi casa.
—Aria cometí un grave error. —me dijo y tomo mis manos pero yo quite las mías de las suyas. Todo tipo de cosas se me vinieron a la cabeza. —Aria yo de verdad lo siento. —empezó a decir.
—ve al grano antes de que imagine cosas que espero que no ayas hecho. —le dije mirándolo a los ojos fijamente.
—cuando estuve aquí en México en estos cinco años tuve una relación y...—no por favor solo no me digas que es ella.
—¿es la que está abajo?—le pregunte y cerré fuerte mis ojos.
—si es ella y ayer me la encontré en el antro. —me dijo.
—no me había dado cuenta de que se encontraron ayer.—ironice.
—¿nos viste?—me pregunto con los ojos abiertos como platos.
—si y también en la entrada abrazados. —le dije y empecé a caminar a las escaleras. Baje rápido y me fui a mí habitación para después cerrar la puerta con violencia. Iba todo tan bien. ¿Por qué tuvo que aparecer ahora cuando todo está todavía tan inestable?¿no pudo ser cuando en mi mente ya se aya aclarado todo?
—Aria ábreme. —me dijo Manu golpeando la puerta. —déjame explicarte bien por favor. —dijo y escuche como se deslizó por la puerta. Una parte de mí quiere escuchar sus explicaciones y otra la orgullosa lo quiere mandar a la mierda por qué está casado y aunque realmente no estuviéramos juntos pero... ahg por qué todo tiene que ser tan complicado. Mierda no sé cómo sentirme si enojada o decepcionada o triste o no se necesitó pensar y aclarar mi maldita mente. Me metí a bañar rápido. Al salir me puse una playera blanca sin mangas encima una camisa de botones verde pálido, unos pantalones negros que están rotos de la rodilla y unos tenis blancos. Me seque rápido el cabello y me puse un poco de maquillaje. Baje y fui a la cocina a hacerme algo de desayunar. Me hice unas tostadas y salí de la casa. Encendí la camioneta y salí. Salí de la cuidad y me dirigí como hacía la casa de mi tío pero me desvié en una salida que te lleva a la nada. Mi celular empezó a sonar y es un número desconocido.
— Wallter. —dije al contestar.
—valla Aria que eres lista. —dijo la voz que odio con todo mi alma. Y es J.
—¿qué quieres?—dije sería.
—quiero verte y hablar contigo. —me respondió.
—no ni de locos. —le dije y una seca risa salió de mi.
—yo te recomendaría hacerlo Aria si no quieres que le pase algo a tus familiares. —me dijo y mis manos se formaron en puños. Sentí como mis uñas se enteraban en mi piel.
—no pongas ni una sucia mano de ti ni de tus idiotas que te obedecen en mi familia. —le dije enojada.
—y qué pasa si yo ya la puse. —dijo y una risa se le salió.
—no te atrevas imbecil a hacerles algo. —dije con todo mi enojo.
—pues ya pasó. Recuerdas que tu hijo que creo que se llama Jacob se callo no fue porque el mismo lo causó sino por qué uno de los míos lo empujó y se dejó ver cómo si él se hubiera resbalado y sí que tenía fuerza. Cuando su maestra salió el todavía estaba algo consiente hice que olvidara que él no causó el accidente. —me dijo con una voz maliciosa.
—eres un hijo de puta ¿qué quieres?—le dije toda enojada.
—quiero solo charlar contigo a solas en la frontera de Estados Unidos y México contigo del lado de Estados Unidos en medio de la autopista. —me dijo.
—¿cuándo?—le pregunte sería.
—la próxima semana lunes. Te mandaré a tu teléfono donde exactamente y a qué hora. —dijo y colgó.
*fin de la llamada*
—¡hijo de perra!—grite con todo mi enojo y deje que mi puño cayera en la bocina de la camioneta. Me tranquilice lo más que pude y puse el coche en marcha para irme a la casa.

Desde ese día [sin corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora