Capitulo 41: Realmente la cague

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Mañana será la inauguración del hotel y presiento que algo malo va a pasar mañana. Max ya se inscribió en una universidad, Tessa y Jacob están preparando sus cosas para irse el domingo a su nueva escuela. Ahora estoy en camino a la casa después de haber estado casi todo el día en el hotel y haber hecho las últimas cosas para la inauguración mañana.
—señora Ríos ya llegamos. —me informó el chofer mientras se estacionaba en la entrada de la casa.
—ah si. —le respondí distraída. Me baje de la camioneta y entre a la casa. Subí a mi habitación a cambiarme y ponerme algo cómodo. Me puse unos pantalones para correr holgados de color gris y una playera color vino también holgada. Ya que no hay nadie en la casa aprovechare para ver la televisión sin ruidos o gritos de los niños discutiendo o algo por el estilo. Me tumbe en el sillón y empecé a ver una serie.

No tengo ni cinco minutos en el sillón y mi celular empieza a sonar. Veo en la pantalla que es Filip.
—¿qué paso?—le pregunte al contestar.
—necesito hablar contigo sobre los últimos arreglos para la transferencia y viaje de Tessa y Jacob. —me dijo.
—estaré en veinte minutos en la oficina. —respondí y colgué.
*fin de la llamada*
Subí por unos tenis y por la primera sudadera que vi para ponérmela. Baje y apague el televisor. Agarre mi bolso y mi celular para después ir a al coche y ir a la hotel donde se está quedando Filip.
*****
Al llegar al hotel donde se está quedando Filip deje el coche y lo llame.
—ya llegue te veo en el restaurante. —le dije.
—si esta bien ahí te veo.—me contesto y colgó.
*fin de la llamada*
Camine hacia el restaurante y fui a donde te dan la mesa o una reservación privada.
—buenas tardes una mesa para dos personas por favor. —le pedí a la señora que está ahí.
—¿para quién es la reservación?—me pregunto.
—Aria Ríos por favor. —le respondí mientras revisaba cuánto costaban los uniformes de la escuela.
—le prepare su mesa y ya podrá pasar. —me dijo y yo asentí. Mi celular empezó a sonar y es Manu.
—¿qué paso amor?—le pregunte al contestar.
—¿dónde estás?—me pregunta.
—en el restaurante del hotel donde se está quedando Filip por qué tenemos que arreglar la s últimos pagos y lo demás para cuando se vallan Tessa y Jacob este domingo. —le respondí mientras seguía a la señora que ya preparo la mesa.
—¿preparaste comida?—me pregunta.
—no por qué quise esperar a que llegaran para ver qué comíamos o si pedíamos comida. —le respondí y me senté en la mesa.
—entonces iremos al hotel donde estás. —me respondió.
—Manu acabo de pedir la mesa y ahora tendré que pedir que otra más grande. —le respondí algo molesta.
—ya tome rumbo al hotel lo siento. —me dice y cuelga.
*fin de la llamada*
—señorita espero que no se mucha molestia pero pudieran prepararme una mesa de nueve personas. —le dije.
—no ahorita se la preparo pero le perdió que espere a fuera para que otras personas puedan tomar la mesa. —me responde amable.
—si esta bien. —le respondo y regreso a donde estaba.
—¿por qué sales del restaurante?—me pregunta Filip mientras se acerca.
—por qué Manu me acaba de decir por teléfono que vendrá con los niños. —le respondí.
—ah bueno así podrán escoger Tessa y Jacob sus habitaciones. —me dijo y yo solo asentí.
—¡mami!—grita Matías y me volteo para verlo correr en mi dirección.
—hola cariño. —lo saludo mientras lo tomo entre mis brazos.
—hola mamá. —me saluda Jacob acercándose a mí para darme un beso en la mejilla. Saludo a Chris y a Ali.—Jacob saluda a Filip por favor y ustedes tres también por favor. —les pido mientras bajo a Matías.
—hola Aria. —me saluda feliz Tessa.
—hola Tessa. —le regresó el saludo y nos damos un corto abrazo. Saludo a Max y luego veo como apenas viene Manu para nuestra dirección.
—hola hermosa. —me saluda y me da un beso corto en los labios.
—hola cariño. —le regresó el saludo.
—mesa de diez personas para la señorita Aria Ríos. —dice la señora que me atendió pero como ya se lleno más el lugar me llamo.
—ya está la mesa. —les digo y tomo a Chris y a Ali de la mano. —Manu puedes llevarte a mati por favor. —le pido y el asiente mientras habla por teléfono. La señora nos lleva a la mesa donde estaremos que está junto a un gran ventanal.
—ahorita regreso para tomar la orden de lo que van a beber y si quieren también del platillo. —nos dijo y se retiró.
—¿qué falta todavía para que Tessa y Jacob puedan ingresar en el instituto Stevenson?—le pregunte a Filip que está sentado enfrente de mi.
—solo pagar los uniformes, el vuelo en el que se irán o si ellos iran con el jet privado, luego las habitaciones que ellos quieren, el color del que quieren su habitación y si quieren algo en específico se lo harán y tú tendrás que ir por qué la subdirectora y el director quieren enseñarte a ti la escuela personal mente y explicarte cómo es la escuela y cuál es su propósito. —me respondió para después sacar su tableta.
—Jacob, Tessa cambien de lugar con Chris y Ali para escoger lo de sus habitaciones y todo eso. —les pedí y ellos hicieron lo que les pedí sin quejas.
—Manuel quiero que acompañes a mi mama el día que irán a ver nuestra nueva escuela y que mis hermanos también vallan. —dijo Jacob serio y de una forma educada por suerte.
—solo si tu mamá está de acuerdo a qué valla y tus hermanos también. —le respondió y volteo a verme.
—ustedes saben que yo no tengo problema con que vallan. —respondí.
—incluyendo a Max. —agregó Tessa.
—solo si Max acepta ir pude ir con nosotros. —le siguió Jacob. —¿Max quieres acompañarnos a nuestra nueva escuela claro si tú quieres?—le preguntó Jacob a Max, quien dejó de prestarle atención a su celular.
—obviamente si voy no me voy a perder eso de mi pequeña hermana y mi sobrino favorito. —respondió.
******
Después de haber arreglado todo comimos tranquilos y nos quedamos platicando un rato y nos regresamos a la casa. Yo dormí a Chris, a Ali y a Matías para después ya irme a la habitación y ver series. Me acosté junto a Manu y recargue mi cabeza en su estómago.
—¿quieres ver algo en específico?—me pregunto mientras acariciaba mi cabello.
—no —le respondí volte a verlo.
—¿por qué me miras así?—me pregunta con el ceño fruncido.
—¿qué no puedo ver a mi guapo esposo de hermosos ojos verdes?—le respondí divertida.
—no no puede señora Ríos. —me respondió fingiendo estar serio.
—bueno entonces usted no podrá tener de la botana que traeré. —dije y me levante. Baje a la cocina y me serví en un plato botana, que consistía de cacahuates, doritos, chetos y una lata de refresco. Regrese a la habitación y me senté recargada contra la cabecera de la cama. Vi cómo la mano de Manu se acercaba a mi plato con mis botanas y le pese la mano. —no deja mi comida. —le dije viéndolo a los ojos.
—y usted deje de verme así. —me respondió divertido por qué sabe que me molesta que me quiten mi comida sin permiso.
—entonces deja mi comida. —dije.
—¿puedo tomar de tu botana amor?—me pregunto.
—no. —le red fingiendo estar molesta.
—por favor y así pude mirarme todo lo que usted quiera. —me propuso.
—no me parece satisfactoria su propuesta señor Ríos. Esperaba más de un empresario. —le respondí.
—bueno no solo me podrá mirar todo lo que usted quiera sino le puedo ofrecer el paquete completo que incluye se..—no lo deje acabar por lo empecé a besar. —enserio no me arrepiento haberte conocido desde ese día Aria. —me dice contra mis labios y puso un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
—yo tampoco me arrepiento de haberte conocido desde ese día Manu. —le digo mientras acaricio su mejilla con mi pulgar ligeramente.
—¿ya puedo tomar de tu botana?—me pregunta mientras hace ojos de perro callejero cómo Ali luego los hace.
—si por qué insistes demasiado. —le respondo.
—pero me amas. —agrega mientras agarra de los cacahuates.
*****
Me desperté por qué tenía demasiado calor. Trate de levantarme pero no pude por qué los brazos de Manu me rodearon por la cintura. Me doy la vuelta para despertarlo.
—Manu. —digo me entras enredo mis dedos en su cabello. —Manu. —lo vuelvo a llamar pero sin éxito. —Manuel. —digo esta ves pero más fuerte.
—¿qué paso?—me pregunta sin abrir ningún ojo y con su voz toda ronca.
—me quiero levantar. —le respondo mientras sigo jugando con los mechones de su cabello.
—no te quedas aquí hasta que me des un beso como debería de ser en la mañana. —me responde y habré ahora sí los ojos. Le doy un corto beso en los s labios para estar dispuesta para levantarme. —ese no es un beso de buenos días señora Ríos. —se queja.
—mejor así. —le digo para después besarlo de una forma tierna.
—eso si es un beso de buenos días. —dice feliz.

Desde ese día [sin corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora