Capitulo 38: Tienes que saber su version de la historia

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Ayer cuando llegue a casa no había nadie por suerte. Hoy se supone que llegaran los guardaespaldas. Por suerte los niños se irán hoy a un pequeño viaje con mis tíos y así no tendré tiempo de aclarar mi mente. A Manu no lo e visto desde ayer que salí de la casa. Mi celular empezó a sonar y vi que es Tessa.
—Aria no vas a creer lo que me acaba de llegar a mi correo. —me dijo emocionada cuando conteste.
—¿qué te llego?—le pregunte.
—me llego un correo del instituto Stevenson. —dijo y hico una pausa. —me han aceptado y con beca y también me dijeron que podré ser transferida cuando yo quiera y también aceptaron a Jacob. —dijo rápido y llena de felicidad y escuche en el fondo como Jacob dijo "oye yo le quería decir que yo también fui aceptado y no tú" dijo molesto y Tessa le respondió "pues muy tarde".
—¿es enserio?—dije sorprendida. —ponme en alta voz. —le pedí a Tessa.
—¡ya!—gritaron Jacob y Tessa.
—oigan esto es increíble ¿y ustedes cuando se quieren cambiar para prepárales todo?—dije.
—pues lo más pronto posible. —respondió Jacob. —y lo mejor de todo es que está en Seattle y tiene unas increíbles instalaciones y una increíble cancha de baloncesto y tiene unas albercas increíbles y es increíble en todo sentido. —dijo con todo entusiasmo.
—¿cuándo podemos irnos?—me pregunto Tessa.
—se pueden ir después de que aya pasado la inauguración del nuevo hotel en Miami y podrán ser libres. Ah y cuando regresen del viaje con sus tíos iré a verlos para ir a comprar ropa y creo que también les urgen nuevos celulares así que por favor compórtense y obedezcan por qué sino se irán hasta el próximo ciclo escolar. —les respondí.
—gracias, gracias mama. —me agradeció Jacob.
—gracias Aria. —me agradeció Tessa.
—si oigan tengo que colgar los amo y denle un abrazo y un beso por mi parte a Christian, Alice y a Matías. —me despedí.
—si adiós. —dijeron Tessa y Jacob y colgaron.
*fin de la llamada*
Conecte mi celular a las bocinas y puse música a todo volumen. Empecé a prepararme algo de comer por qué estaba muriendo de hambre mientras bailaba al ritmo de la música.

Estaba por terminar de hacerme la comida cuando el timbre sonó y es el del portón. Le baje a la música y fui al teléfono.
—¿quién?—pregunte.
—soy Lisa ¿se encuentra Manu en casa?—pregunto la voz chillona de la tipa del antro.
—no ahora vete. —dije y cuando iba a colgar dijo algo.
—¿le puedes decir que lo vine a buscar?—dijo.
—no ahora vete o yo su esposa con la que se casó hace casi seis años saldrá de la casa y te sacará a pateadas de mi propiedad. —dije y colgué antes de volver a escuchar su voz chillona. Fui a apagar la estufa y volví a escuchar el timbre. Solté un gruñido molesto y fui otra ves al teléfono. —¿ahora qué quieres zorrita molesta?—pregunte molesta.
—disculpe estoy buscando a la señora Wallter o Ríos Wallter. —me dijo una voz masculina y grave.
—hay lo siento haberle hablado así y si soy yo. —me disculpe toda avergonzada. —¿quién es?—pregunte.
—soy Fernando Jackson uno de tus nuevos guardaespaldas. —me respondió. Mierda es Fer el hijo de William. Dios esto se pone cada ves más vergonzoso.
—iré a abrirte. —le dije y colgué, agarre las llaves y salí corriendo hacia la entrada. Llegue corriendo hasta la a abrí.
—me abres el portón por favor. —me pidió Fernando y yo se lo abrí. Vi que detrás de él venían otras tres camionetas y también eran negras con ventanas polarizadas como la suya.
—¿vienen contigo?—le pregunte.
—si excepto la última no se quien sea. —me respondió.
—está bien si quieres se pueden estacionar frente la entrada de la puerta principal. —le dije y el asintió. Entraron las otras dos camionetas y yo cerré el portón.
—te trajimos a tus perros. —me dijo Fernando y abrió la puerta de su camioneta. Los tres salieron corriendo hacia mí y casi me tiran.
—gracias. —le agradecí mientras saludaba a Zack, Grey y Zoe. —vamos a dentro. —dije y entre por el garaje.
—¿y dónde están los demás guardaespaldas?—me pregunto Fernando.
—con los niños y mis tíos. —le respondí.
—¿estabas sola?—pregunto uno y es nuevo al igual que los demás. No conozco a ninguno de ellos excepto a Fernando. Él es alto muy músculo de cabello castaño y ojos cafés.
—si desde ayer por que pasaron unas cosas. —le respondí. —¿quieren algo de comer?—les pregunte cambia do de tema.
—ahorita pediremos una pizza. —respondió uno de ellos que es un poco más chaparrito que Fernando, también de cabello castaño, musculoso y también de ojos cafés.
—preséntense. —dijo Fernando pero sonó más como una orden.
—Yo soy Nicholas Robinson. —se presentó uno de ellos que es de cabello rubio.
—Francisco Johnson. —se presentó uno de los de cabello castaño y fue el que me dijo que van a pedir pizza.
—Yo soy Bruno González. —se prestando el último también alto de cabello de un color castaño claro o rubio obscuro, musculoso como los demás y también de ojos cafés.
—bueno a mí ya me conoces. —dijo Fernando. —Robinson toma el primer turno en la entrada con Francisco, Bruno y yo nos quedaremos aquí con Aria. —ordenó Fernando. Ellos salieron sin decir nada.
—no es por nada, pero se suponía que iban a venir otros. —comente.
—si cuando Filip los encontró ellos ya fueron contratados por otra persona y William nos recomendó. —me respondió Bruno.
—¿Filip les explico las condiciones y todo eso?—les pregunte.
—si. —me respondieron los dos al unísono.
—bueno no solo me quieran a mí sino también a otros seis niños y ellos también son responsabilidad de William, Christopher y Rafael así que ahora son un equipo y se tienen que ayudar entre sí por qué son niños muy muy traviesos y no siempre te contestan como deberían de contestarte. —les comente y ellos abrieron los ojos como platos.
—señora Wallter hay un señor afuera del portón que quiere entrar y dice que él vive con usted. —nos interrumpió Francisco. Camine al cuarto que tiene las pantallas con las cámaras y vi que es Manu.
—déjalo pasar. —le respondí.
—bueno deja les explico una cosa más tengo un esposo muy muy celoso y hace poco me enteré que no estaba muerto y es el que estaba en el portón así que puede que sobre reaccione cuando me vea con tantos hombres en mi casa. —les dije divertida.
—¿Aria me puedes explicar qué hacía ese hombre en la entrada?—me pregunto todo histérico Manu.
—si son mis nuevos guardaespaldas y no te pongas celoso por qué yo no te dije cuando trajiste a la zorrita a mi casa o cuando estaban bien abrazados en el antro o en mi entrada. —le dije.
—no le digas zorrita. —la defendió.
—¿por qué la defiendes si se supone que me tienes que defender a mí tu esposa y no a ella?—le dije y me fui caminado a la cocina.
—Aria...—empezó a decir Manu pero lo interrumpí.
—no Manu ya no quiero escuchar tus explicaciones hoy. —le dije molesta y apuntó de explotar.
—bueno entonces me voy.—dijo enojado.
—¡bueno pues vete con tu zorrita si tanto la defiendes!—le grite y sentí como mis ojos se cristalizaron. Escuche poco después como la puerta de la entrada se azoto y yo me fui corriendo a mi habitación.
—Aria. —me llamo Bruno.
—necesito estar sola. —le dije y cerré la puerta con violencia para después ponerle seguro.

Desde ese día [sin corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora