Capitulo 34: Recuerdos

12 0 0
                                    

Hasta ahorita la hemos pasado bien y nos quedan dos días en San Franciso. Todos ya saben que Manu y yo nos vamos a casar y Richard se enfadó mucho cuando les dijimos que nos vamos a casar, Dana ya quiere empezar a planear la boda conmigo. De lo que también me di cuenta estos días es que probablemente esté embarazada otra ves. Los únicos que saben de mi posible embarazo son Kevin y Dana.

—tienes que ir a comprar unas pruebas de embarazo Aria para ver si enserio estas embarazada. —me dijo Dana mientras se maquillaba.
—si Dana tiene razón Aria tienes que comprar una prueba de embarazo.—dijo Kevin mientras se peinaba en el baño.
—tienen razón. Iré a comprar unas pruebas de embarazo. —dije levantándome de la cama. Me puse mis tenis y agarre mi celular. —pero antes de que me valla tengo que tener una excusa para que no me acompañe Manu. —les dije dando media vuelta sobre mis talones.
—le diremos que iremos a ver unas cosas para el bebe y que no nos tardamos. —me dijo Dana.
—bueno vamos. —le dije y ella se levanto. Bajamos y Manu estaba en la sala de estar hablando con Steven y Peter animadamente.
—vamos a salir. —dijo Dana.
—¿a dónde?—pregunto Manu.
—a ver unas cosas para el bebe, no nos tardamos. —le dije y salimos antes de que nos dijeran algo. Nos subimos a la camioneta de Peter y arranque lo más rápido posible.
—¿cómo se lo dirás a tu papá?—me pregunto Dana.
—Así como lo hice cuando me embaracé de Chris y Ali. —le respondí.
—creo que sería la mejor forma. —me respondió asintiendo.
****
Compramos unas cinco o seis pruebas de embarazo y después fuimos por un frappe al Starbucks. Y ahora ya hice todas las pruebas de embarazo solo falta ver los resultados.
—¿ya se ve algo?—le pregunte a Dana.
—se está empezando a ver algo. —me respondió y me levante de un brinco de la cama. Se empezaba a ver el + de positivo.
—¡vas a ser ma...—no deje terminar a Dana su oración por qué la estaba gritando.
—Dana no grites. —le dije con mi mano en su boca y ella asintió.
—¿cuándo piensas decirle a Manu?—me pregunto.
—cuando estemos en Nueva York y yo ya haya ido con la ginecóloga. —le respondí.
—es buena idea. —me dijo y me abrazo.
****
Después de haber tranquilizado a Dana me fui a la habitación a hacer mi maleta y tratar de descansar lo más que pueda hasta que Chris y Ali se vuelvan a despertar.
—¡amor!—me llamo Manu desde abajo. Me levante de la cama y baje las escaleras.
—¿qué paso?—le pregunte sentándome en sus piernas.
—vamos a salir a comer. —me dijo y me rodeó con sus brazos para después poner su cabeza entre mi hombro y mi cuello.
—si, solo que esperen a que se despierten Chris y Ali. —le dije y el asintió.
—te pusiste otra fragancia ¿verdad?—me pregunto Manu.
—si. —le respondí mientras acariciaba su cabello.
—me gusta más la otra. —me dijo.
—pues ya no la venden en la tienda. —le respondí y escuche a Chris y a Ali llamarme desde el primer piso. —iré a alistar a los niños. —le dije dejando de acariciar su cabello.
—te ayudo. —me dijo y subimos a la habitación.
—hola mis dormilones —los salude mientras abría las cortinas.
—le voy a cambiar el pañal a Chris. —me dijo Manu mientras llevaba a Chris a la cama para cambiarlo.
—si. —le respondí y empecé a cambiar a Ali su ropa.
****
—¿Manu a dónde vamos?—le pregunte a Manu mientras él iba manejando.
—al aeropuerto. —me dijo.
—¿para qué vamos al aeropuerto?—le pregunte mirándolo.
—te lo diré cuando lleguemos. —me respondió y puso su mano en mi pierna.
*****
Al llegar al aeropuerto nos bajamos del coche y caminamos a un jet desconocido. Es completamente negro y tiene una raya de un negro brillo en medio de cada lado. 
—amor—llame a Manu y me aferré más a su músculo brazo.
—¿mande?—me respondió y caminaba como si nada al jet privado.
—¿qué hacemos aquí?—le pregunte.
—iremos a Las Vegas. —me respondió.
—no, no y no, no me casaré en las Vegas. —le dije al saber al instante para qué quiere ir.
—¿quién dijo que nos vamos a casar aya?—me pregunto viéndome.
—sabes eres muy obvio amor, hace casi tres semanas me pediste matrimonio y hoy vamos a las Vegas, espera pero que hay de los niños, los dejamos con Richard y si les pas...—ya no me dejó terminar de hablar por qué estampo sus labios contra los míos y como siempre se sentía increíble. Era un beso lento diciendo me que no me preocupara.
—Aria Steven, Kevin, Peter y Dana van a cuidar a los niños y cualquier cosa van a estar en San Diego en mi departamento y regresaremos el domingo a San Diego y de ahí el lunes nos regresaremos a Nueva York. —me dijo Manu cuando nos dejamos de besar.
—¿a qué hora lo planeaste todo esto?—le pregunte subiéndome al jet.
—mientras tú te alistabas hoy en la mañana. —me respondió y se sentó junto a mí.
—¿pero por qué la prisa de casarnos?—le pregunte mientras me ponía el cinturón de seguridad.
—Si me pasa algo Max, Tessa y Jacob se irían directamente a un orfanato y por eso prepare todo. —me respondió.
—¿a qué te refieres con que preparaste todo?—le pregunte.
—me refiero a que solo si tú quieres puedes firmar estos papeles y en caso de que me pase algo tú tendrás la custodia de Jacob, Max y de Tessa automáticamente. —me respondió y saco los papeles y una pluma.
—¿Manu pero por qué estás haciendo todo esto?—le pregunte mirándolo fija mente a los ojos para después firmar los s papeles.
—es solo por precaución amor. —me dijo y puso uno de mis mechones detrás de mi oreja.
****
Al aterrizar un coche nos estaba esperando y nos llevó a la mansión que tengo.
—en dos horas iremos a un lugar donde nos casaran y después de eso nos iremos a cenar. —me comentó Manu bajándose del coche.
—¿desde cuándo lo tienes planeado todo esto Manu?—le pregunte mientras subía las escaleras de la entrada principal.
—desde más o menos un mes y hoy termine de planear todo. —me respondió mientras yo buscaba la llave que siempre pongo debajo del tapete o de la maceta.
—mierda me lleve la llave que había abajo del tapete. —maldije.
—¿ahora cómo vamos a entrar?—me pregunto Manu.
—ya tengo una idea. —le dije y lo tome de la mano. Camine hacia el patio trazero y solo me quedaba subir por el techo del garaje y entrar por la ventana que esté abierta. Me detuve ahí donde siempre subo al techo y solté a Manu de la mano.
—si piensas que subiré y entrare para a...—interrumpí a Manu.
—¿quién dijo que tú ibas a subir tu?—le dije. —yo subiré y tú me esperas en la puerta de la terraza por favor. —le dije a Manu y le di un beso en los labios. Empecé a subir al techo.
—creo que prefiero quedarme aquí. —dijo en voz baja pero lo alcancé a escuchar. Vi que una ventana estaba ligeramente abierta así que subí para abrir la y luego bajar a abrirle a Manu. Entre por la ventana y baje las escaleras para abrirle a Manu. Le abrí y el todavía estaba viendo hacia el techo del garaje.
—Manuel. —lo llame mientras movía mis manos.
—¿no te pudiste tardar un poco más en subir al techo?—me pregunto.
—¿amor a qué hora nos tenemos que ir?—le pregunte cambiando de tema.
—en media hora para llegar a tiempo aya. —me respondió.
—voy a ver si el Mustang o la camioneta tienen suficiente gasolina. —le dije y camine al garaje. Tome las llaves del parabrisas y encendí el coche. El tanque está casi vacío. A lo mejor la camioneta tiene más lleno el tanque. Apague el coche y me baje. Camine hacia la camioneta y agarre las llaves del parabrisas. La prendí y el tanque tiene menos de 1/4 no al alcanza para llegar a la gasolinera y el Mustang tenía exactamente 1/4 del tanque lleno. Apague la camioneta y me baje. En ambos coches se me olvido llenarles el tanque. Entre a la cocina y me serví un baso con agua.
—¿está lleno el tanque?—me pregunto Manu entrando a la cocina y me abrazo por la espalda.
—no se me olvido llenarlo y el del Mustang apenas alcanza para llegar a la gasolinera. —le dije después de haber terminado de tomar el baso con agua.
—bueno pues entonces salgamos ahora y así nos quedan quince minutos de sobra. —me dijo y me plantó un beso en la mejilla.
—si esta bien. —le dije y me aferré más a sus brazos antes de que nos dejáramos de abrazar. Caminamos al garaje y nos subimos al Mustang.

Desde ese día [sin corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora