Capitulo 43: si mamá te lo prometo

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Me desperté por que mi celular no dejaba de sonar. Lo tome de la mesita de noche con dificultad por qué Manu me está rodeando con sus brazos como cada noche.
—Ríos Wallter. —digo al contestar.
—hola hija—dice la voz de mi abuela Gloria. —estamos en el aeropuerto ¿puedes venir por nosotros?—me pregunta.
—si ahorita iré para aya. —le respondí y colgué.
*fin de la llamada*
—cariño voy a ir por mis abuelos al aeropuerto puerto regreso como en dos horas. —le dije a Manu mientras acariciaba su mejilla.
—si esta bien amor. —me respondió sin abrir un ojo y me dio un beso. Me levante y me puse solo otros a pantalones ya que me voy a poner una sudadera encima de mi player. No sabía que mis abuelos venían a visitarme por qué ellos no dijeron nada sobre visitarme en nuestra última llamada que tuvimos. Baje y tome las llaves de mi camioneta Tesla y mi cartera. Me subí a la camioneta y prendí directamente el aire acondicionado por qué hacía un frío horrible.
—¿a dónde vas?—me pregunto Fernando.
—por mis abuelos al aeropuerto. —le respondí.
—iremos contigo espéranos. —dijo y fue con los demás corriendo hacia sus camionetas. En eso conecte mi celular al coche y puse música. Vi por el espejo retrovisor que Fernando prendía y apagaba las luces de su camioneta para indicarme que ya podemos irnos. Abrí el portón y salimos.
*******
Al llegar al aeropuerto vi a mis abuelos desde lejos parados esperándome. Me estacioné lo más cerca posible de ellos y me baje.
—¿por qué no me avisaron que venían?—les pregunte.
—por qué no sorprenderte. —me respondió mi abuelo y después empezó a toser.
—¿si fueron con los médicos antes de venir?—les pregunte preocupada por mi abuelo.
—ya hija, ya estamos aquí así que por favor ayúdanos a subir nuestras maletas a tu cosa esa.—me dijo me abuela y me pasó sus maletas. Esta ves traían más de lo habitual.
—¿por qué traen tanto?—les pregunte.
—por qué venimos a quedarnos. —me respondió mi abuelo y yo abrí mis ojos como platos.
—¿cómo que a quedarse?—les pregunte confundida mientras le pase las maletas a Francisco y a Nicholas.
—si vamos a vivir contigo hasta encontrar una casa. —dijo mi abuelo con muchos ánimos. Abrí las puertas traseras y le ayude a mi abuela a subirse y después a mi abuelo a sentarse en el asiento copiloto. Me senté en el asiento piloto y volví a encender la camioneta.

El resto del camino escuchaba a mis abuelos hablar sobre temas sin sentido o unos como lo que vieron en las noticias y cosas parecidas o hasta sobre la familia.
****
Al llegar a casa le pedí a William y a Rafael que subieran las maletas de mis abuelos a su habitación.
—les haré su cama para que puedan dormir y yo también ¿si?—les dije mientras subía detrás de ellos a su habitación.
—solo déjanos las cosas yo haré la cama hija tú ve a descansar. —me respondió mi abuela. Saque unas sábanas y un enredon limpio del armario y se lo di.
—que descansen. —me despedí y salí de la habitación. Entre a la mía, me quite los zapatos y me acosté en la cama.
—ya era hora. —dijo Manu rodando me con sus brazos para después poner su mano debajo de mi playera y posicionarla en mi estomago. Me plantó un beso en mi cuello y me volví a dormir.
*****
Me desperté por qué sentí una presión en mis labios que fue hasta llegar a mi oreja. Abrí levemente mis ojos y vi que era Manu. Por suerte hoy es sábado así que hoy no trabajo, ni mañana.
—buenos días hermosa. —me saluda entre besos.
—buenos días guapo. —le regresó el saludo.
—Aria hija ya hice el desayuno, ya baja por favor. —me llama mi abuela desde el otro lado de la puerta.
—si en un momento bajamos. —le respondo. Agarro la liga que tengo en mi mesita de noche y me hago una coleta alta.
—¿cuando llegaste a casa?—me pregunto Manu.
—como a las tres de la mañana o dos y media. —le respondí y me levante de la cama. Tome mi celular y me puse mis pantuflas de conejito. Abrí la puerta y los perros vinieron corriendo para acá. Los salude y baje. —buenos días. —salude a todos.
—buenos días hija. —me saludo mi abuela.
—buenos días querida. —me saludo mi abuelo.
—hola fea. —me saludo Mic.
—¿qué haces a esta hora despierto?—le pregunte a Mic por que él se despierta los sábados mínimo a las once de la mañana.
—ni yo lo sé. —me respondió divertido.
—¿y mis hijos?—pregunte por qué no han dado señal de vida y eso es raro.
—ya desayunaron y ahorita se están alistando para después del desayuno ir a caminar al mar. —me respondió mi abuela.
—¿sin quejas?¿o berrinches?—pregunte.
—los amenazo con la chancla y la pala de madera. —me respondió mi abuelo.
—abue que te e dicho sobre eso. —dije viéndola fijamente.
—buenos días. —saluda Manu a todos y los ojos de mi abuelo se abren como platos al verlo frente a ellos y mi abuela escupió su café en la cara de Mic. Esto es tan chistoso. La cara de Mic está goteando de café.
—Manuel. —dijo mi abuela sorprendida.
—buenos días Gloria ¿cómo estás?—le pregunta feliz Manu y con una sonrisa gigante en la cara.
—este bien. —le responde todavía en shock. El mismo día que me dijeron que había muerto Manu mis abuelos vinieron a a visitarme y fueron los primeros de mi familia en enterarse. —no puedo creer que estés vivo hijo. —dijo y se levanto a abrazarlo.
—larga historia señora. —le respondió Manu.
—me alegro que estés vivo hijo hací le harás los cumpleaños más felices a mi nieta favorita. —dijo mi abuelo.
—no entendí Rodolfo. —le respondió Manu confundido a mi abuelo.
—Aria se enteró de tu muerte en su cumpleaños y desde ahí no le gusta festejarlo. —le respondió mi abuelo.
—ya te hice tu capuchino hija. —me dijo mi abuela señalando el lugar junto a Mic.
—gracias abue. —le agradecí y le di un beso en la mejilla. Me senté junto a Mic y desbloque mi celular para revisar mis mensajes y todo eso.
—Aria no quiero celulares en la mesa. —me advirtió mi abuela.
—pero...—ya no pude acabar de decir mi queja por qué ella me interrumpió.
—sin peros. —me respondió.

Desde ese día [sin corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora