Narra Hayden:
El olor a cigarrillo se esparcia por toda la casa, mientras mi madre me seguía con él en sus manos.
-¿Cuando volverás?
-El domingo por la noche, probablemente me quedé con los Orlando un rato.
Mi madre asintió, mientras recorría con la mirada mi maleta, para luego dirigir su vista a mí.
-¿Le pediste permiso a tu padre?
-Por supuesto que no, ¿Para qué? Está en otro estado, no debo pedirle permiso para salir.
-Es tu padre, siempre debes pedirle permiso.
-Bueno, puedes avisarle tu.
-Sabes que no hablo con ese hombre.
La bocina del auto de la madre de Brandon sonó fuera de mi casa, así que luego de suspirar, tomé mi maleta, observando a mi madre.
-Podrías hacerlo por mí.
-No lo haré, Hayden.
-Genial. -Dije irónico y me dí la vuelta. -Nos vemos.
Y sin esperar una respuesta, salí a subirme al vehículo, donde luego de que Hunter metiera mi mochila a la maletera, me dí cuenta que los puestos de adelante ya estaban completamente llenos.
-¿Dónde me iré yo? -Pregunté y Brandon con una sonrisa forzada, apuntó a la maletera.
-Debes estar bromeando.
(...)
No estaba bromeando.
Me acomodé una vez más, esperando encontrar alguna posición cómoda entre todos los bolsos de los chicos, pero era imposible, iría incómodo todo el largo camino.
Hasta que luego de unos veinte minutos, hicieron una parada, me asomé por la ventana, encontrando la casa de Annie.
Oh lo que faltaba, ahora seguramente alguno de los chicos cambiaría lugar y terminaríamos siendo dos aquí.
Pero nadie se movió y cuando Hunter abrió la maletera, en lugar de poner otra maleta, Annie entró, sentándose a mí lado.
Estaba paralizado, ¿Realmente me iría con Annie aquí?
-No olviden que si vemos a la policía, ustedes son mantas. -Indicó Hunter, para luego cerrar la maletera.
El chico volvió a su lugar y el vehículo volvió a estar en movimiento, pero mientras los chicos hablaban animadamente a nuestras espaldas, nosotros estábamos en completo silencio.
-¿Y cómo estás? -Pregunté y Annie levantó la vista de su teléfono.
-Bien, pero debo admitir que sí todas estas maletas no existieran, estaría mejor.
-Si yo también. -Dije y ambos reímos.
-¿Ya desayunaste? -Preguntó y frunci el ceño, hasta que sacó de su pequeña mochila de mano, un paquete de oreos. -Es solo que no alcance a desayunar y mi madre es muy exigente sobre comer en la mañana... ¿Quieres un poco?
-Claro. -Sonreí y la chica abrió las galletas. -¿Te gustan "Los simpson"?
-Me encantan los simpson. -Contestó y volví a sonreír, sacando mi celular dle bolsillo.
-Tengo un par de capítulos descargados... Podríamos ver algunos si quieres.
-Seguro. -Aceptó y sonrió, haciéndome estremecer por dentro.
Es demasiado linda.
Puse un capítulo y luego otro y otro, ya nos habíamos acabado las galletas y reíamos a cada minuto, ya sea por alguna escena de la serie o por alguna opinión extraña de uno de los dos.
Pero cuando el quinto capítulo que veíamos estaba a la mitad, sentí un peso en mi hombro y al voltear, realmente quería gritar de la emoción.
Annie tenía su cabeza apoyada en mi hombro y estaba dormida, así que luego de sonreír bastantes veces de ternura, dejé mi celular a un lado y apoyé mi cabeza en la suya, para que después sin darme cuenta, me quedará dormido también.
Narra Johnny:
Todo el camino Kenzie y yo habíamos cruzado miradas, pero en el momento en que nuestros ojos se conectaban, ella o yo corríamos la mirada.
Hasta que cuando quedaba solo media hora de viaje, todos los chicos bajaron al baño, a excepción de Hayden y Annie, que dormían y Kenzie que estaba a mirando por la ventana.
Pero no sabía cuánto tiempo podría seguir así, no sabía si realmente me estaba ignorando porque estaba enojada o solo porque la conversación de ayer había sido bastante extraña.
-Kenz. -Hablé y volteó a verme. -¿Estás enfadada?
-No, ¿Tu lo estás?
-No... Es solo que desde la conversación de ayer se volvió todo muy incómodo.
-Sí, pero no quería que pensaras otra cosa, quiero decir, te preguntaba en todo sentido solo como amiga.
Oh.
-Lo sé. -Suspiré y luego sonrió de lado. - ¿Entonces volvemos a la normalidad?
-Supongo que si. -Sonreí. -¿Me ayudas a pasar el nivel de subway surfers? -Preguntó y reí acercándome a ella.
Pero cuando estaba entregándome su celular, sin darme cuenta, nuestras manos quedaron demasiado juntas. Ambos nos miramos al mismo tiempo, y pude notar un leve sonrojo en sus mejillas, pero rápidamente separó su mano y pretendí que nada había sucedido.
Porque así debía hacerlo, ella solo me quería como un amigo después de todo y ahora solo debía intentar controlar mi respiración al estar tan cerca mientras me observaba jugar con su teléfono.
-Sé que acabamos de terminar la incomodidad y todo pero... -Habló y deje de mirar la pantalla, para mirar sus ojos. -¿Por qué me preguntaste quien me gustaba por llamada el otro día?
Su tono de voz parecía como una risa, pero me miraba antenta a mi respuesta con una pequeña sonrisa, por lo que sonreí instantáneamente.
-No sé, curiosidad. -Contesté. -Ya sabes, pensando en Annie y Hayden, imaginé que a ti también te gustaba alguien del grupo o algo así...
-Oh, por eso entonces. -Murmuró en nuestra cercanía.
-Sip. -Afirme y desvío su vista a la ventana a ver como los chicos caminaban de vuelta al auto. -¿Es así?
-¿El qué? -Preguntó, mirándome otra vez.
-¿Te gusta alguno de lo chicos?
Y fue cuando Carson abrió la puerta entre risas, contándonos cómo a Hayden se le había quedado atascada la puerta de su cubículo y luego los demás llegaron, riéndose por la misma razón e incluso agregando detalles a la historia.
Por lo que no obtuve la tan importante respuesta de Kenzie.