Narra Johnny:
-Yo debería irme. -Susurró Nadia y asentí, mientras ella tomaba sus cosas. -Adiós, chicos.
Salió de mi habitación y Kenzie entró totalmente, cerrando la puerta a sus espaldas.
-Ayer me llamó el número de la fiesta otra vez. -Soltó y levanté amabas cejas.
-¿Y qué te dijo?
-No importa realmente... Pero más tarde recibí otra llamada y era tu voz.
-¿Qué?
-Era Asia, me mintió diciendo que tú estabas perdido en un sector bastante peligroso de la ciudad, así que fui a buscarte.
-Kenzie... No entiendo nada.
Suspiró y se sentó en mi cama, por lo que imite su acción.
-Grabó tu voz desde los vídeos de youtube, no sé cómo lo hizo tan perfectamente de hecho... Cuando llegué y la vi, me acorralo en la pared y me amenazó.
Me acerqué a ella y tomé su hombro, viendo como su voz se apagaba cada vez que decía otra palabra.
-Tenía un arma.
Y fue cuando me quedé paralizado.
-No siquiera entendí que es lo que quiere que yo haga... Pero saliendo corriendo.
-Kenz, debemos decirle a la policía.
-¿Por qué nos creerían? Tenemos quince años.
-Sí, la edad suficiente para ya tener una arma de fuego, gracias al excelente gobierno. -Expliqué y negó. -No quiero que te pasé nada malo.
-Estaré bien, tú me preocupas ahora. -Contestó, cortante. -Dijo que no le contará a nadie o que me iría peor.
-No tiene porqué saber que yo lo sé.
-Si le dices a la policía, lo descubrirá.
-Bueno no es que podamos mantener esto como un secreto tampoco, Mackenzie.
-Yo sí lo veo posible. -Dijo y se levantó de la cama, mirándome sería. -Después de todo tú eres bueno guardandolos, ¿No?
-No ahora, Kenz. -Pedí. -Tenemos que decirle a alguien, almenos a mis papás ellos sabrán que hacer.
-No voy a involucrar a mas gente, para que después les pasé algo por mi culpa, Johnny. -Aclaró. -Ni siquiera quiero contárselo a Lauren.
-¿Entonces qué harás? No puedes seguir como si nada hubiese pasado.
-Ya lo hice. -Respondió y negué, otra vez. -No, no lo haré.
-Bueno, tú no, pero yo si. -Dije, ya enfadado. -Asia está mal, muy mal... Y no vas a estar en peligro por su culpa.
-No debí haberte dicho nada.
-¡Por supuesto que sí!
-¡NO! -Gritó y la miré serio. -Johnny, entiéndelo Asia me amenazó a mi, no a ti, ni a los chicos o a tu familia, solo a mi, yo arreglaré esto.
-¿Cómo? -Pregunté. - Ni siquiera lo sabes, Kenz.
-Algo se me ocurrirá. -Susurró. -Mientras tanto... No quiero recibir tu ayuda, ni la de nadie más.
Fruncí el ceño.
-Haré algo de todas formas.
-Lo sé. -Contestó. -Y es por eso que terminamos.
-¿Qué?
-Sé que quieres ayudarme, Johnny y también sé que será imposible impedirtelo mientras estemos juntos.